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CIENCIAS ETERNAS


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sábado, mayo 22, 2010

Energia de Vida

Cuando visualizamos que en cada inhalación introducimos energía en nosotros y nos llena, realmente adquirimos más vigor y nos sentimos mucho más ligeros y eufóricos. Una vez que hemos inhalado la energía, comprobamos si tenemos la emoción adecuada.
Esta es una autentica prueba para experimentar si estamos o no efectivamente conectados al amor.

El amor no es un concepto intelectual, ni un imperativo moral, ni nada parecido. Es una vibración de base que existe cuando uno está conectado a la energía disponible del Universo, que es la energía de la Creación.

Los pensamientos parecen distintos cuando uno se ha conectado con la energía. Las palabras que habitualmente se nos ocurren en un intento de manipular los acontecimientos desaparecen cuando abandonamos los dramas del control.
A medida que reconocemos la energía de nuestro interior, nos damos cuenta de otro género de pensamientos procedentes de una parte más auténtica de nuestro ser. Son nuestras intuiciones y tienen un cariz diferente. Su manifestación es espontánea y está libre de juicios, a veces en una especie de ensueño o de minivisión, y si lo permitimos se encargan de dirigirnos, de guiarnos.

Cuando ocupamos nuestra energía de manera conveniente, empezamos a prepararnos para comprometernos conscientemente en la evolución, para hacer que empiece a fluir el bienestar y a generar los acontecimientos que nos impulsan hacia adelante.

Para avanzar en nuestro de evolución primero hemos de reorganizar la energía básica de nuestra vida; la que nos legaron nuestros padres, identificando los problemas que nos llevan al desgaste de nuestra esencia vital.
Estos problemas siempre conciernen a nuestros hábitos de comportamiento de los cuales casi nunca somos conscientes y definen en qué punto nos encontramos del proceso de nuestra vida. Esta indagación la llevaremos a efecto durante toda nuestra vida.

Una vez conscientes de los actos desgastantes de nuestra energía en esos momentos de nuestra vida, vamos a recibir una especie de dirección intuitiva sobre lo que debemos hacer y hacia dónde debemos ir. Teniendo el conocimiento de cuál será el próximo paso. Si eso no ocurre es que nos estamos ocupando de problemas que no son reales, que no se corresponden con el ahorro de nuestra energía vital.
Lo difícil en la vida no es recibir respuestas a nuestras preguntas reales, lo difícil es identificar las preguntas reales, las preguntas que son efectivas. Si identificamos las preguntas adecuadas, las respuestas llegan siempre.
También tenemos que mantenernos en alerta; porque si bajamos la guardia se producirán otros acontecimientos que nos empujarán en la dirección de volver a realizar actos desgastantes a los cuales estamos tan habituados.

No debemos olvidar detenernos, tantas veces como sea necesario, para considerar en qué estamos utilizando nuestra energía. Nuestro estado natural es estar en plenitud y llenos de gozo y alegría. Cuando alcanzamos ese estado, nada ni nadie consigue hacer que nos sintamos en un estado bajo de energía. De hecho, la energía fluye en nosotros a través de una corriente continua y sin interrupción cuando es bien utilizada. Nunca se nos agota. Pero debemos permanecer conscientes de este proceso a fin de que funcione, lo cual tiene especial importancia cuando se interactúa con otras personas.

Deja que tu percepción de la belleza y de la iridiscencia guíe tu camino. Los lugares y las personas que tienen respuestas para ti te parecerán más luminosas y atractivas.

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