La Flor de Loto

La evolución espiritual no se manifiesta por la posibilidad de almacenar conocimiento, declamar verdades u obrar milagros, sino por la capacidad de corregir los propios errores...

Basta un poco de espíritu aventurero para estar siempre satisfechos, pues en esta vida, afortunadamente, nada sucede como deseábamos, como suponíamos, ni como teníamos previsto...

La flor de loto nos enseña que todos nacemos con la extraordinaria capacidad de extraer nutrientes vitales del fango de nuestras peores desdichas, los que podemos utilizar para generar hermosos resultados.

Ser espiritual no significa aislarte del mundo, encerrarte dentro de un templo o monasterio, convirtiendo tu vida en un sacrificio de ayunos y abstinencias.
Ser espiritual es fluir con la vida, respetándote y amándote a ti mismo y a los demás, y disfrutando las experiencias que aparecen en tu camino, con Amor, aceptación, comprensión, alegría, entusiasmo y valor.

Colecciona los tesoros que alimentan tu espíritu, las buenas obras, el bien que haces al ayudar a tus hermanos a encontrar el camino hacia la paz, hacia el amor, la bondad, la alegría , el perdón, la comprensión, la compasión, porque todas estas riquezas te acompañaran más allá de esta vida.

- ¿Eres un Dios?
- No.- dijo Buda
- ¿Eres un mago?
- No.- dijo Buda
- ¿Entonces qué eres?
- Alguien despierto.

Es fundamental que lleves más conciencia a tu vida en las situaciones ordinarias, cuando todo va relativamente bien. Así irá creciendo el poder de tu presencia, que genera en ti y a tu alrededor un campo de alta frecuencia vibratoria. Ninguna inconsciencia ni negatividad, ninguna discordia o violencia podrán entrar en ese campo y sobrevivir, del mismo modo que la oscuridad no puede sobrevivir en presencia de la luz.

Atrévete a aceptar las cosas que se salen de tu control con el mismo amor con que recibes lo que sale de acuerdo a tus planes, confiando plenamente que todo mejorará y que tienes el poder de resarcir hasta lo que parece irreparable...

Hay una forma de vivir en el mundo que no está aquí, pero parece estarlo. Tu apariencia no cambia, pero sonríes más. Tu frente es serena; tus ojos son calmados... Transitas ese sendero como los demás, no pareces ser distinto a ellos pero realmente lo eres. De este modo puedes servirles mientras te sirves a ti mismo...

La persona sabia, no se cree grande;
he ahí su grandeza.