La Mosca de Camilito y la Urgencia Inconsciente de Muerte

Qué bueno que haya muerto!
¡Qué muerte incesante que no me deja respirar!
¡Qué persistente eres, muerte!
Por qué buscar explicaciones a la experiencia misma?
Yo te doy realidad y quiero dejar de hacerlo. Como diría don Juan, quiero hacer un no-hacer contigo, mi muerte.
Sé que mío es el Poder y lo mal-gasto en sueños absurdos que me llevan a enfrentarme a todo. ¡Qué pérdida de energía! y, después de todo, ¿para qué? Necesito demostrar que existes, me refiero a ti, eterna compañera de mis días de ilusión. Ahora quiero ser libre. Quiero reclamar mi libertad y tengo el poder de hacerlo, ¿dónde estás tú ahora? No puedes reclamar nada porque ya está entregado todo y, además, no quiero continuar con mi sueño absurdo de que he nacido y de que tengo que morir. Si, soy un desafiante de la muerte, siempre lo he sido. Parece que sólo hay uno, pero somos muchos los que hemos sido llamados y hemos elegido que "eso" es lo que queremos.

El mundo es extraño. La Creación es libre.
Entrega con alegría y gratitud tus sentimientos hacia ese ser que camina por el oscuro mar de la consciencia.
Sé libre y vuela.
Siente gratitud y alegría. Suelta, deja partir.
Todos tendremos que partir en algún momento en la ilusión del tiempo; sea hora de donde sea.
Agradece lo que te está enseñando ese Ser no-nacido para tu conciencia de Ser.
Saca la rabia. Llora como mujer. El llanto está asociado al hígado y a la vesícula biliar y ambos son refugio de la rabia.

¿Qué contradicción verdad?
Que la muerte traiga la vida. Esa es la "realidad" que hemos hecho.
Por eso la muerte te trae el "ahora" que es lo que es verdad. lo único real. Ahí encontramos impecabilidad porque sólo nos queda la acción.
Una cosa, la muerte no regala nada. La muerte lo "da" todo.
En la ilusión que nos encontramos quizá puede parecer que la muerte nos regala un poco más de vida (tiempo), pero en realidad no es así. Ella tiene su función y la realiza de manera impecable e implacable y no está sujeta al tiempo. Esa función se la hemos dado nosotros mismos desde la ilusión de que hemos de morir, porque hemos nacido. En realidad tiene sentido, pero podemos ir más allá. Existe una puerta. La gente se da constantemente contra el muro, sin llegar a considerar, si quiera, que pueda existir una puerta. Dentro del mismo sentido.
Hemos de estar siempre alertas, pero no con el mundo externo, o algo exterior, sino con nosotros mismos. Esto es como la "mosca" de Camilito.