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domingo, abril 17, 2016

Respiración y Unidad en la Vida

La respiración es un acto rítmico que se compone de dos fases: inhalación y exhalación. La respiración es el ejemplo perfecto de la ley de polaridad: dos polos, inhalación y exhalación forman, con su constante alternancia, un ritmo. Un polo depende del polo opuesto, y así la inhalación provoca la exhalación. También podemos decir que un polo no existiría sin el otro, si destruimos una fase, desaparece también la otra. Un polo complementa al otro y los dos juntos forman un todo. Podemos sustituir los dos polos de la respiración por los conceptos contracción y relajación. Hay un suspiro de inhalación que provoca contracción y un suspiro de exhalación que provoca relajación.

Por lo que se refiere al cuerpo, la función central de la respiración es un proceso de intercambio: mediante la inhalación, el oxígeno contenido en el aire es conducido a los glóbulos rojos y en la exhalación expulsamos el anhídrido carbónico. La respiración encierra la polaridad de atrapar y expulsar, de tomar y dar.

Todas las lenguas antiguas utilizan la misma palabra para designar el aliento que para el espíritu.
La doctrina hindú, nos enseña que la respiración es portadora de la auténtica energía vital a la que llaman prana.
En la Biblia se nos cuenta que Dios infundió su aliento divino en una figura de barro, convirtiéndola en una criatura "viva", dotada de alma.

Este es el misterio de la respiración. La respiración actúa en nosotros, pero no nos pertenece. El aliento no está en nosotros, sino que nosotros estamos en el aliento.
Por medio del aliento, nos hallamos constantemente unidos a algo que se encuentra más allá de la forma y de las palabras.
La respiración hace que esta unión con el plano metafísico permanezca en nosotros.

Vivimos en el aliento como en un gran claustro materno que abarca mucho más de lo que nuestro pequeño y limitado ser puede llegar a entender con su mente racional. La vida es ese secreto supremo que el ser humano no puede definir ni explicar. La vida sólo se experimenta abriéndose a ella y dejándose inundar por ella.

La respiración es el cordón umbilical por el que esta vida viene a nosotros y hace que nos mantengamos en esa unión.
Aquí reside su importancia: la respiración impide que el ser humano se cierre a todo, se aísle, que haga impenetrable la frontera de su yo. Por muy deseoso que esté de encerrarse en su ego, la respiración le obliga a mantener la unión con lo ajeno al yo. Recordemos que nosotros respiramos el mismo aire que nuestro "enemigo". Es el mismo aire que respiran los animales y las plantas.

La respiración nos une constantemente con todo. Por más que alguien quiera aislarse, la respiración le une con todo y con todos. El aire que respiramos nos une a unos con otros, nos guste o no.

La respiración tiene que ver con "contacto" y "relajación". Este contacto entre lo que viene de fuera y el cuerpo se produce en los alvéolos pulmonares. El pulmón es el mayor órgano de contacto, el otro es la piel.
El contacto de la piel es inmediato y directo y está sometido a nuestro deseo. Uno puede tocar o no a otra persona. El contacto que establecemos con los pulmones es indirecto, pero obligatorio. No podemos evitarlo.

Existe un síntoma de enfermedad que puede pasar de uno a otro de estos órganos de contacto: el asma y la erupción cutánea. Una erupción cutánea abortada puede manifestarse en forma de asma que, a su vez, con el correspondiente tratamiento, se convierte en erupción. El asma y la erupción cutánea corresponden al mismo tema: contacto, roce, relación. La resistencia a establecer contacto con el mundo por medio de la respiración se manifiesta, por ejemplo, en el espasmo respiratorio del asma.

Con el primer aliento empezamos la vida y con el último la terminamos. Con el primer aliento damos el paso al mundo exterior al desprendernos de la unión simbiótica con la madre y hacernos autónomos, independientes y libres.
Cuando a uno le cuesta respirar, ello es señal de temor a dar por sí mismo los primeros pasos con libertad e independencia.
La libertad le corta la respiración, es algo insólito que le produce temor. La misma relación entre libertad y respiración se advierte en el que sale de una situación de agobio y pasa a otra en la que se siente "desahogado" y lo primero que hace es inhalar profundamente, por fin puede respirar con libertad.
El proverbial ahogo que nos aqueja en circunstancias agobiantes es ansia de libertad y de espacio vital.

En resumen, la respiración simboliza ritmo, en el sentido de aceptación "tanto lo uno como lo otro".
Contracción - Relajación. Tomar - Dar. Contacto - Repudio. Libertad – Agobio.

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