CENTRO FÉNIX DE NATUROPATÍA
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Hola ! ! !

Más allá de las limitaciones impuestas por la percepción,
existe la certeza de ser lo que nunca perdimos.
El conocimiento de la conciencia de ser
es la única Libertad que tenemos.
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CIENCIAS ETERNAS


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domingo, marzo 30, 2014

Curarse Respirando

La mayor parte de la gente pasan sus vidas sin prestar la más mínima atención a la actividad más importante para vivir: la Respiración. Es por ello que no es tarea fácil intentar explicar toda la importancia y sobre todo el poder que se tiene y se experimenta después de realizar de manera consciente y conectada el acto de respirar, para nuestra vida, tanto en el ámbito físico, como emocional y mental.

Respirar de una manera consciente, plena, libre y saludable solo supone aprender una sencillísima técnica; no obstante, esto no quiere decir que el proceso sea fácil. Existen fuertes patrones de represión bloqueados que forman parte de nuestra manera de vivir que pueden resultar muy complicado, cuando no realmente perturbador, el resolverlos.
La clave de la seguridad, para quien quiera adentrarse en esta técnica, es la siguiente: la respiración no puede hacerte daño si nunca se traspasan los límites en que deja de ser beneficiosa. Como norma, se toma conciencia solo de aquellos patrones y hábitos de comportamiento que la persona sea capaz de solucionar en cada momento.

Es muy importante practicar el proceso de respiración con un guía experimentado, para que nos muestre cómo se manifiestan los patrones de represión y la manera de resolverlos respirando. De esta manera nunca suceden experiencias desagradables.

Las reglas básicas que deben regir para facilitar el proceso son:
1. Crear un ambiente propicio para las sesiones de respiración.
2. El practicante ha de mantener los ojos cerrados durante la sesión, para poder conectar con todo lo que vaya ocurriendo en su interior; ya que todo se encuentra ahí.
3. Las sesiones se hacen tumbado, siempre que no haya impedimento que lo desaconseje. Ello va a permitir que el cuerpo se relaje mejor.
4. La persona que está respirando ha de estar callada, prestando atención a las sensaciones que sienta en su cuerpo, a los sentimientos, pensamientos y cualquier detalle que se presente, sin dejar de respirar en ningún momento.
5. Si parece que "no está pasando nada", la persona ha de continuar respirando y seguir prestando atención a ese tipo de sensación, así como los sentimientos y sensaciones al respecto.

La respiración remueve, para resolver todas las experiencias, patrones y hábitos que configuran nuestro pasado y nos atan a un futuro lleno de incertidumbre, mediante una intensa experiencia física y emocional.
Una de las mayores lecciones de la respiración consciente es que nos enseña que somos nosotros mismos quienes nos sanamos a través de una respiración primaria y fácilmente accesible.
A lo largo de todo el proceso se mantiene vigente la instrucción básica: respira y siente, respira y siente. A la que se le añade: confía en el proceso.
Mediante la respiración consciente, en poco minutos aflora a nuestra conciencia un amplio espectro de experiencias, sensaciones físicas, vívidos recuerdos, pensamientos desordenados de todo tipo, imágenes visuales, emociones con gran fuerza, etcétera. El desafío es siempre le mismo: mantenerse en la respiración y aceptarlo todo como el flujo libre del movimiento de la energía.

Aunque parezca muy sencillo, resulta bastante complicado mantener una respiración continuada. Es por eso que necesitamos de la ayuda de un guía para apoyarnos en el proceso de liberar nuestra respiración.

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martes, marzo 25, 2014

Relaciones con Amor

El concepto de "relación" vienen asociado a expectativas, recuerdos de relaciones pasadas, y conceptos mentales condicionados personales y culturales de lo que una "relación" debería ser. Después hay que hacer que la realidad se ajustase a estos conceptos. Si no lo hace, y nunca lo hace, la persona vuelve a sufrir. La cuestión del asunto es: no hay relaciones. Sólo existe el momento presente, y en el momento sólo hay un relacionarse. Cómo nos relacionemos, o mejor dicho cómo de bien amemos, depende de lo vacíos que estemos de ideas, conceptos y expectativas.

Lo que convencionalmente llamamos "amor" es una estrategia del ego para evitar rendirse. Nosotros estamos buscando a alguien para que nos dé eso que sólo puede venirnos en el estado de rendición. El ego utiliza a esa persona como un sustituto para no tener que rendirse. Para el ego, amar y querer (desear) son lo mismo, mientras que el amor verdadero no tiene ningún deseo de poseer o de que tu pareja cambie. El ego elige a alguien y lo hace especial. Utiliza a esa persona para tapar el constante sentimiento subyacente de descontento, de "no suficiente", de ira y odio, que están estrechamente relacionados entre sí. Estas son facetas de un sentimiento profundamente arraigado en los seres humanos.

Cuando el ego elige algo y dice "yo amo" esto o aquello, es un intento inconsciente de ocultar o eliminar los sentimientos profundos que siempre le acompañan: el descontento, la infelicidad, la sensación de insuficiencia que es tan familiar. Por un tiempo, la ilusión realmente funciona. Pero entonces, inevitablemente, en algún momento, la persona que hemos elegido, o hemos hecho especial, deja de funcionar como una tapadera para el dolor, el odio, el descontento o la insatisfacción que tienen su origen en la sensación de insuficiencia y de sentirnos incompletos. Entonces, surge la sensación que estaba oculta, y se proyecta sobre la persona que había sido elegida y hecha especial. De repente, el amor se convierte en odio. El ego no se da cuenta de que el odio es una proyección del dolor universal que se siente dentro. El ego cree que esta persona es la causa del dolor. No se da cuenta de que el dolor es el sentimiento universal de no estar conectado con el nivel más profundo de nuestro ser – no ser uno con uno mismo.
El objeto del amor es intercambiable, tan intercambiable como el objeto del deseo egoico. Algunas personas pasan por muchas relaciones. Se enamoran y desenamoran muchas veces. Aman a una persona por un tiempo hasta que ya no funciona, porque ninguna persona puede de forma permanente ocultar ese dolor.

Sólo la rendición puede darte lo que estabas buscando en el objeto de tu amor. El ego dice que la rendición no es necesaria porque amo a esta persona. Es un proceso inconsciente, por supuesto. En el momento en que aceptas completamente lo que es, algo dentro de ti, que había sido ocultado por el deseo del ego, emerge. Es una paz innata que mora en el interior, quietud, vitalidad. Es lo incondicionado, lo que eres en esencia. Es lo que habías estado buscando en el objeto de amor. Es tú mismo. Cuando esto sucede, un tipo completamente diferente de amor está presente, que no está sujeto al amor/odio. No elige a una cosa o una persona como algo especial. Es absurdo incluso usar la misma palabra para eso. Ahora bien, puede suceder que, incluso en una relación normal amor/odio, de vez en cuando, introduces el estado de rendición. Temporalmente, brevemente, sucede: experimentas un profundo amor universal y una plena aceptación que a veces puede brillar a través, incluso en una relación egoica. Sin embargo, si la rendición no continúa, se cubre de nuevo con los viejos patrones del ego. Por lo tanto, no estoy diciendo que el verdadero amor profundo no se pueda presentar de vez en cuando, incluso en una relación normal de amor/odio. Pero es raro y por lo general de corta duración.

Siempre que se acepta lo que es, algo más profundo emerge en ese instante. Así, se puede quedar atrapado en el dilema más doloroso, externo o interno, en los sentimientos o situación más dolorosos, y en el momento en que se acepta lo que es, se va más allá de ellos, se trascienden. Incluso si se siente odio, en el momento en que se acepta que esto es lo que se siente, se le trasciende. Todavía puede estar ahí, pero de repente se está en un lugar más profundo donde nada de eso importa ya.

El universo fenoménico entero existe debido a la tensión entre los opuestos. Caliente y frío, crecimiento y decadencia, ganancia y pérdida, éxito y fracaso, las polaridades que forman parte de la existencia, y por supuesto parte de todas las relaciones.
No podemos deshacernos de las polaridades en el plano de la forma. Sin embargo, se pueden trascender las polaridades a través de la rendición. Entonces se está en contacto con un lugar más profundo dentro de uno donde, por así decirlo, las polaridades ya no existen. Siguen existiendo en el plano externo. Sin embargo, incluso allí, algo cambia en la forma en que las polaridades se manifiestan en la vida cuando se está en un estado de aceptación o renuncia. Las polaridades se manifiestan de una manera más benigna y suave.

Cuanto más inconsciente seas, más identificado estás con la forma. La esencia de la inconsciencia es la siguiente: la identificación con la forma, ya sea una forma externa (una situación, lugar, evento o experiencia), una forma de pensamiento o una emoción. Cuanto más apegado estás a la forma, menos rendido (entregado) estás, y más extrema, violenta o cruel es tu experiencia de las polaridades. Hay personas en este planeta que viven prácticamente en el infierno y en el mismo planeta hay otros que viven una vida relativamente pacífica. Los que están en paz interior aún experimentan las polaridades, pero de una forma mucho más benigna que la forma extrema en la que muchos humanos las experimentan todavía. Por lo tanto, la forma en que las polaridades se experimentan cambia. Las propias polaridades no se puede eliminar, pero se puede decir, que el universo entero se vuelve algo más benevolente. Ya no es tan amenazante. El mundo ya no se percibe como hostil, que es como el ego lo percibe.
Cuando se vive en la rendición, algo viene a través de nosotros hacia el mundo de la dualidad que no es de este mundo.

Lo interno y lo externo son en última instancia uno. Cuando ya no se percibe el mundo como hostil, ya no hay más miedo, y cuando no hay más miedo, se piensa, se habla y se actúa de manera diferente. El amor y la compasión surgen y afectan al mundo. Incluso si uno se encuentra en una situación de conflicto, hay una emanación de paz en las polaridades. Entonces, algo cambia. Hay algunos maestros o enseñanzas que dicen, nada cambia. Ese no es el caso. Algo muy importante sí que cambia. Aquello que está más allá de la forma brilla a través de la forma, lo eterno brilla a través de la forma en este mundo de la forma.
La falta de "reacción en contra", la aceptación de los opuestos de este mundo, es lo que provoca cambios en la forma en que los opuestos se manifiestan. Los opuestos seguirán ocurriendo, pero no se alimentan de uno nunca más. Esto significa, que a menudo se experimenta un colapso de las polaridades, tales como en situaciones de conflicto. Ninguna persona, ninguna situación se convierte en un "enemigo".
Entonces, los opuestos, en vez de fortalecerse, se debilitan. Y así es como comienzan a disolverse. Vivir así, es el comienzo del fin del mundo.

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sábado, marzo 15, 2014

El Estado de Salud

Nuestra energía vital es la fuente de nuestro bienestar tanto físico como mental, de la salud resplandeciente y de la alegría de vivir.
La salud es, en el ser humano, la armonía y el equilibrio de la estructura corporal, los procesos intelectuales y la integridad de sus creencias.

La salud constituye la expresión más plena de todas las facultades y pasiones de la persona, colaborando en perfecta coherencia. La salud es la total ausencia de dolor y de contrariedad mental.
La salud es belleza, vitalidad, gracia, impecabilidad y espontaneidad. La salud es esa condición en la que el individuo constituye la expresión más elevada del poder y el amor de la Creación.
Cuando un ser humano es armonioso en su propia naturaleza, en su cuerpo y en su mente, equilibrado en sus armoniosas acciones y en la adaptación al medio, y vive en perfecta armonía con la Naturaleza, con sus semejantes y con el espíritu, puede decirse que se encuentra en un estado de salud.

El gran reto del sanador, médico o terapeuta es ir más allá de lo evidente y encontrar la causa del mal que aqueje a su paciente. La, cada vez mayor, dependencia de la tecnología y metodología moderna, nos van alejando de esa capacidad intuitiva de conexión con el paciente que siempre ha caracterizado a un verdadera terapeuta o sanador.
Los intentos de paliar síntomas mediante medicamentos o fórmulas simplistas, sin profundizar en los diversos factores que existen en desarmonía dentro del individuo, y que son los causantes de su mal, se convierten en fallidos tratamientos y en problemas recurrentes.

La necesidad del conocimiento para poder acceder a esa información profunda y desarrollar de esa manera la capacidad intuitiva de conexión, es vital para una curación completa e integral.

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lunes, marzo 03, 2014

La Autoeficacia

Autoeficacia es el juicio positivo de nuestra capacidad de actuar. Pero, la autoeficacia no es lo mismo que nuestras capacidades reales, sino más bien lo que creemos que podemos llegar a hacer con ellas. Por sí sola, nuestra capacidad no basta para garantizar el desempeño óptimo, sino que también debemos creer en ella para poder sacarle el máximo provecho.

Las personas autoeficaces afrontan sin dificultades los desafíos pero quienes dudan de sí mismos la mayor parte de las veces ni siquiera lo intentan, por bien que puedan hacerlo. Dicho de otra manera, la confianza en uno mismo alienta nuestras esperanzas mientras que la duda las socava.

Existe una relación muy estrecha entre la conciencia de uno mismo y la autoconfianza. Cada uno de nosotros dispone de un mapa interno de sus propias preferencias. La sensación de autoeficacia es específica de un dominio concreto, ya que lo bien que creamos que podemos desempeñar una labor no equivale a lo que podamos hacer en un dominio paralelo de la vida cotidiana.

Solemos evitar aquellas situaciones o los entornos en los que tenemos miedo de fracasar, aun cuando realmente poseamos las capacidades requeridas para poder afrontar con éxito una determinada tarea porque, si no creemos ser capaces de superar sus desafíos, nos comportaremos de un modo que terminará abocándonos en el fracaso. La misma idea de que “no puedo hacerlo” resulta paralizante.

Tener el necesario valor de expresarse y la idea de poder saltarse las reglas y los procedimientos usuales, son las cualidades distintivas de la confianza en uno mismo.
Las personas dotadas de una mayor confianza en sí mismas serán las que se hallen más dispuestas a asumir el riesgo de expresar y denunciar los problemas y las injusticias que los demás solo se atreven a eludir o mencionar en voz baja.

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viernes, febrero 21, 2014

Caminos para Mejorar

La confianza en uno mismo nos proporciona la energía suficiente para tomar decisiones o emprender desempeños de acción en los que uno cree a pesar de las posibles opiniones en contra o incluso de la desaprobación explícita de alguna persona con más autoridad. La persona dotada de confianza en sí mismo permanece firme, sin mostrarse arrogante ni ponerse a la defensiva y es consecuente con sus decisiones.
Las personas que confían en sus propias posibilidades suelen considerarse individuos eficaces, capaces de asumir desafíos y dominar nuevas tareas. Se ven a sí mismos como catalizadores, promotores e iniciadores cuyas habilidades les colocan por encima de la media. Esta percepción de su fortaleza interna les permite justificar mejor sus decisiones y acciones, y permanecer inamovibles frente a cualquier tipo de oposición.

La confianza en uno mismo puede revelarse en una presentación muy decidida que implica una proyección de la propia “presencia”. Son personas que parecen exudar carisma e inspirar seguridad en quienes les rodean.
En cambio, para quienes carecen de autoconfianza cada fracaso no hace sino confirmar su sensación de incompetencia. La falta de confianza en uno mismo puede manifestarse como sentimientos de impotencia, inoperancia y una abrumadora sensación de inseguridad. Por el contrario, un exceso de confianza puede acabar convirtiéndose en arrogancia. Especialmente en el caso de que la persona carezca de habilidades sociales y, del mismo modo, tampoco debe confundirse con la impulsividad porque, para tener un impacto positivo, la confianza en uno mismo debe hallarse en armonía con la realidad. Es también por lo que la falta de autoconciencia constituye un obstáculo para tener una seguridad en nosotros mismos basada en la realidad.

La confianza en uno mismo es la condición indispensable de toda actuación sobresaliente porque, a falta de ella, las personas solemos carecer de la suficiente convicción para afrontar las dificultades que se nos presentan.
La conciencia de uno mismo constituye un instrumento valiosísimo para el cambio, especialmente en el caso de que nuestra necesidad de cambio se halle en consonancia con nuestras propias metas personales, con nuestra “misión” y con nuestros valores fundamentales, entre los que se incluye la creencia de que el hecho de intentar mejorar es algo positivo.

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viernes, febrero 14, 2014

Aprender de los Propios Errores

El primer paso necesario para aumentar nuestra eficiencia consiste en identificar una necesidad que debamos mejorar aunque esa conciencia pueda ser difícil de alcanzar.
Permanecer ciego a nuestros propios problemas puede poner en peligro toda nuestra vida. Las personas fracasadas parecen mostrarse muy poco dispuestas a reconocer sus propios errores y desprecian a quienes osan señalárselos. Su resistencia es, pues, un claro indicador de que no pueden hacer nada por cambiar las cosas. Por el contrario, las personas triunfadoras son aquellas que son conscientes de sus límites y que, en consecuencia, conocen todos los aspectos que deben mejorar o saben cuándo pueden hacer o estar con alguien que posea las capacidades de las que ellos carecen.

Algunas personas que ocupan posiciones privilegiadas pueden considerar la necesidad de cambio como un signo de debilidad o fracaso. El esfuerzo competitivo que les ha permitido llegar a la cumbre puede también impedirles reconocer sus errores, aunque solo sea por miedo a sus posibles competidores.
Todos nosotros compartimos esta tendencia a la negación, una estrategia emocionalmente cómoda que nos protege del sufrimiento que se deriva del hecho de reconocer nuestras verdades más crueles, una actitud defensiva, en suma, que puede adoptar múltiples formas: minimizar los hechos, soslayar información crucial, racionalizar y buscar excusas, recursos, todos ellos, que cumplen con la función de distorsionar nuestra realidad. Y las personas que nos rodean tienden a secundar nuestras negaciones.

Todas las competencias son hábitos aprendidos y, en consecuencia, si tenemos alguna carencia el algún sentido, siempre podemos aprender a hacer mejor las cosas. En este sentido la persona arrogante e impaciente puede aprender a escuchar y tener en cuenta las opiniones ajenas, por ejemplo. Pero el hecho es que este tipo de progresos jamás puede tener lugar si no se comienza dando antes el primer paso, que consiste en conocer el modo en que esos hábitos perjudican e intoxican nuestras relaciones. Sin el menor atisbo de hábitos sobre nosotros y sobre los demás, careceremos de la motivación necesaria para cambiarlos.
Las personas que no admiten ningún fallo, exageran sus propias capacidades y rechazan todo aprendizaje de los demás porque no desean escuchar nada sobre sus deficiencias, siendo ésta la visión que tiene de sí mismo el narcisista.

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lunes, febrero 10, 2014

Breve Historia de la Gemoterapia

A partir de algo tan simple como son átomos de hierro, cromo, carbono, litio, moléculas de agua, etc. encajados en diferentes formas, surgen minerales de bellos colores, que nada más verlos levantan el ánimo y nos invitan a soñar solo con su contemplación.
Tenemos al alcance de la mano verdaderos tesoros. Las gemas y los minerales pueden mejorar nuestra calidad de vida, ayudarnos en momentos de transición, aliviar un impertinente dolor, etc.

La gemoterapia es tan antigua como el hombre. Los primeros textos escritos datan del año 4.000 a.C. en Egipto. Los faraones sutilizaban el lapislázuli como cosmético y para proteger sus ojos de los rayos del sol. Cleopatra (69-31 a.C.) usaba una especie de casco recubierto en su interior por hematites para conservar su belleza y juventud. Griegos y romanos también conocían las propiedades de las gemas, como nos relata Plinio el viejo, en sus textos de historia natural. por aquel entonces, la esmeralda era recomendada para las personas con vista cansada, probablemente como consecuencia de que Nerón tenía la costumbre de mirar los combates de gladiadores a través de una fina lámina de esta gema para que el sol que se reflejaba en la arena del circo no le dañara los ojos. Esto se debe a una propiedad física del mineral, la de polarizar la luz. Sin proponérselo, el emperador había inventado las primeras gafas de sol de la historia. En occidente, en la Edad Media es la etapa de más experimentación con gemas. Se construían copas de mineral para potenciar los efectos de los elixires, la cornalina se prescribía como remedio homeopático para detener hemorragias, etc.

A principios del siglo XX ya se conoce la “piezoelectricidad” del cuarzo. Casi a comienzos de la Primera Guerra Mundial se empieza a sintetizar en el laboratorio hasta obtener un cristal limpio de inclusiones para utilizarlo como osciladores de radio. Hasta 1957 era normal entrar en la tienda de un químico londinense para comprar polvo de rubí, esmeralda o perla y utilizarlo como medicina.

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domingo, febrero 09, 2014

Nuestro Don mas Preciado

Cuando no sabes a donde te diriges, cualquier camino sirve. Este viejo refrán significa que, cuanto menos conscientes seamos de lo que realmente nos apasiona, más perdidos nos hallaremos. Y este ir a la deriva puede llegar incluso a dañar nuestra salud.

La conciencia de nosotros mismos nos proporciona una dirección segura para armonizar nuestras decisiones con nuestros valores más profundos.
Aquellos que nunca llegan a plantearse la relación existente entre su conducta sometida al estrés y su capacidad de mantenerse fieles a sí mismos, suelen ser personas que tienen la difusa sensación de estar desatendiendo algo sumamente importante, una sensación que puede originarse en el fracaso matrimonial o en el descubrimiento de que su ruido interior les lleva a incurrir en todo tipo de errores. No obstante, este tipo de crisis suelen ser fructíferas, porque con ellas empieza a resquebrajarse su capa de inflexibilidad. Entonces es cuando empiezan a experimentar emociones que nunca antes se habían permitido sentir y adquieren una nueva perspectiva de ese aspecto de sus vidas.

Solo sabremos lo que tenemos que hacer cuando comprendamos lo que es correcto en nuestro caso. En este sentido, la atención constituye nuestro don más preciado. Los sentimientos son la versión corporal de la situación que estamos viviendo y nos revelan todo lo que necesitamos saber sobre ella.
Cuando la persona se da cuenta de que lo que creía fácil era en realidad difícil, y que lo que creía difícil, en realidad suele ser arbitrario, experimentan un gran avance. En este sentido, los sentimientos constituyen guías fiables capaces de ayudarnos a responder cuestiones tan fundamentales como: ¿hacia dónde me dirijo?

Conocer nuestros recursos, nuestras capacidades y nuestras limitaciones internas nos permite darnos cuenta de nuestros puntos fuertes y de nuestras debilidades; reflexionar y ser capaces de aprender sinceramente de la experiencia, a los nuevos puntos de vista, a la formación continua y al desarrollo de uno mismo; y contar con un sentido del humor que nos ayuda a tomar distancia de nosotros mismos.

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viernes, febrero 07, 2014

El Estimulo que nos Motiva

Tienes que obligarte a ti mismo a pasar algún tiempo alejado del trasiego y el ajetreo del trabajo y del mundo que te rodea para poder conectar de nuevo con la realidad porque, en caso contrario, uno termina perdiendo las riendas y generándose todo tipo de problemas.
Estos problemas son los que conllevan a traicionar nuestros propios valores personales. Porque hay que tener en cuenta que éstos no son meras abstracciones sino creencias internas que nunca llegamos a articular en forma de pensamientos, sino, a lo sumo, en forma de sentimientos. Nuestros valores se traducen en aquello que tiene cierta resonancia o poder emocional sobre nosotros, ya sea en un sentido positivo o negativo.

La conciencia de uno mismo constituye una especie de barómetro interno que nos dice si la actividad que estamos llevando a cabo –o la que vamos a emprender– merece realmente el esfuerzo.
Los sentimientos nos proporcionan una imagen global de toda situación. Y, en el caso de que existan discrepancias entre nuestros valores y nuestros sentimientos, el resultado será una profunda inquietud en forma de culpabilidad, vergüenza, dudas, inquietud, remordimientos o similares. Y todo este ruido de fondo actúa a modo de niebla emocional que inspira sentimientos que pueden acabar saboteando todos nuestros esfuerzos.

Por el contrario, las decisiones que se ajustan a nuestra conciencia interna resultan estimulantes. Ya que, no solo nos hacen sentir que estamos haciendo lo correcto sino que impulsan la atención y la energía necesaria para conseguir lo que queremos.
De este modo, las personas que hacen a su sensación interna de lo que vale la pena minimizan el ruido emocional. Sin embargo, mucha gente considera por desgracia que no puede contar con sus valores en determinados círculos, algo que, por cierto, resulta inadmisible.
Porque el hecho de no tener en cuenta nuestros valores solo contribuye a separar la sensación colectiva de lo que nos motiva, haciendo que el dinero, por ejemplo, resulte más importante de lo que es en realidad.

Uno de los estímulos más poderosos para alentar nuestro interés es la sensación de propósito y pasión. Por esto, cuando surge la ocasión, las personas nos sentimos atraídas por aquello que nos proporciona un sentido, por aquello que compromete plenamente nuestro talento, nuestra energía y nuestra habilidad, algo que puede llevarnos a ir cambiando hasta encontrar aquello que mejor se adapte a lo que realmente nos importa.

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