CENTRO FÉNIX DE NATUROPATÍA
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Más allá de las limitaciones impuestas por la percepción,
existe la certeza de ser lo que nunca perdimos.
El conocimiento de la conciencia de ser
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CIENCIAS ETERNAS


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lunes, febrero 20, 2017

La Personalidad Humana

Antes del nacimiento, todas las influencias que actúan sobre el feto son de origen humano o sobrehumano. Después del nacimiento, las primeras influencias son de carácter animal (instinto). Hay unas que conciernen principalmente al calor y al alimento y vienen de la madre. Después de algunas semanas, el niño empieza a darse cuenta de su propio cuerpo, pero primero con las funciones animales y vegetativas; y sólo mucho después empieza a reconocer los objetos materiales y a adquirir una relación con el mundo inanimado. Se puede decir que la encarnación del espíritu humano no es completa sino hasta que reconoce el mundo material como el ambiente en que ha de desarrollarse el modelo de su vida en la tierra.

El mundo de nuestra experiencia familiar, es el de los objetos materiales, incluyendo por supuesto los animales vivos y los cuerpos humanos, pero éste no es el mundo en que entra el niño recién nacido. Ese mundo no es visible y tangible, pues el niño no sabe aún lo que son la vista y el tacto. Está formado por una serie de mundos compuestos de esencias humanas animales y vegetales, en las que operan fuerzas que no pueden reducirse al trabajo de los átomos y de los quantum.

No estamos aún preparados para examinar estos mundos invisibles, y tenemos que pasar al período en que aparece la experiencia común del hombre como persona. El niño recién nacido es impersonal, pero muy pronto los que le rodean empiezan a expresar reacciones personales. De ellas aprende que sus llantos llaman su atención y atraen su interés hacia él como persona. Así se forma poco a poco una nueva personalidad. Es una construcción artificial producida por influencias completamente distintas de las que formaron la esencia. La personalidad comprende todo lo que uno aprende del mundo exterior; y puesto que el niño aprende principalmente de otras personas, o con su ayuda, la personalidad lleva inevitablemente el sello de todas las demás personalidades que ha entrado en contacto durante sus años formativos.

Los principales instrumentos de la personalidad, son el mecanismo asociativo de los hemisferios cerebrales, que es lo que llamamos usualmente "cerebro", juntamente con el complejo aparato de las reacciones emocionales e instintivas, que proporciona el sistema nervioso autónomo y las glándulas endocrinas. El cerebro está provisto de medios para almacenar impresiones sensoriales, y para separarlas y clasificarlas con ayuda de signos.

Los signos toman la forma de lenguaje, que el niño aprende también de otras personas. Aunque las impresiones de los sentidos se reciben directamente, pasan a ser una forma de memoria utilizable casi completamente en virtud de lo que se aprende de otros. De este modo, la capacidad innata de la esencia para percibir el mundo real es suplantada y reemplazada gradualmente por la acción de pensar sobre las impresiones de los sentidos, con ayuda del lenguaje.

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sábado, febrero 18, 2017

Desarrollando el Amor

Las emociones positivas se caracterizan porque nunca se convierten en opuestos puesto que incluyen a todos los opuestos. Lo que llamamos amor puede tornarse en antipatía, en sospechas, en celos o aborrecimiento al momento. El amor quiere decir una emoción positiva y no conocemos las emociones positivas. Conocemos tan solo las emociones que se convierten rápidamente en sus opuestos, y a menudo lo hacen con la velocidad del rayo. Lo llamamos amor pero no es amor. Es vanidad. Cuando un hombre empieza a darse cuenta que no puede amar tal como es, entonces esta al menos más cerca de la verdad. Ya no es más un insensato. Se ha librado por lo menos de una parte de su imaginación, una parte de su egoísmo, se está liberando de sus máscaras, y de esta manera está más cerca del amor consciente. Lo que pasa por amor en este mundo es todo imaginación. Lo que la gente llama amor es por lo general amor de sí mismo satisfecho.

Algunas personas que, desde luego, desaprueban estas palabras están seguras de conocer lo que es el amor aun cuando son aparentemente tristes o desdichadas. No podemos forjarnos ninguna concepción de un "desarrollo del amor" sin un desarrollo de conciencia. Es necesario un posible desarrollo de conciencia en el Hombre; el hombre, tal como es, no es propiamente consciente. El amor debe llegar a ser consciente, no ser una pasión. El Hombre está dormido. En él todo está mezclado con sueños, con la imaginación y con emociones negativas, a las cuales se aferra más que a ninguna otra cosa. Gran parte de su vida tiene lugar en su imaginación. Es subjetivo y está gobernado en especial por el egoísmo —esa falsa personalidad que no es él mismo y a quien tiene que obedecer—. Tal como es no puede discernir nada. Pero un hombre que llega a un estado más elevado de la conciencia de su propio egoísmo está en un estado muy diferente. Si llega a alcanzar ese estado ve todas las cosas tal como son en realidad. Ya no está más en los significados subjetivos personales. Es objetivo y así universal. Puede incluir a todas las cosas en sí mismo. Esto sucede cuando un hombre llega a ser consciente en la parte más elevada o más verdadera de si —esto es, en el "Yo Real"—. Tal hombre comprendería qué es el amor. Pero un hombre que está viviendo en el egoísmo de su propio auto-centramiento, en el que solo ocurren pequeñas emociones de sí parciales, no puede hacerlo. ¿Cómo podría tal hombre, tan lleno de prejuicios, con un alma tan pequeña, tan egoísta, tan negativo, comprender qué es el amor —un hombre que mira con desprecio a los otros si no pertenecen al mismo club, y que rechazan a todo hombre que pertenece a una religión o una nación diferente?

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lunes, enero 02, 2017

El Mundo del Hombre

De acuerdo con esta terminología, se considera que el psiquismo general del hombre en su forma definitiva es el resultado de la conformidad con los tres mundos independientes:
El primero es el mundo exterior; o sea, todo lo que existe fuera de él, pero que él puede ver y sentir; así como lo que es invisible e intangible para él. El segundo es el mundo interior; es decir, todos los procesos automáticos de su naturaleza y las repercusiones mecánicas de estos procesos. El tercero es su propio mundo, que no depende ni de su mundo exterior ni de su mundo interior; es decir; que es independiente de los caprichos de los procesos que fluyen en él, así como de las imperfecciones en esos procesos que los ocasionan.

Un hombre que no posee su propio mundo nunca puede hacer nada a iniciativa propia: todas sus acciones se hacen en él; sólo puede tener su propia iniciativa para percepciones y manifestaciones aquel en cuya presencia común se ha formado, de manera independiente e intencional, el conjunto de factores necesario para el funcionamiento del tercer mundo.

De esta manera, es completamente obvio que el secreto de la existencia humana radica en la diferencia en la formación de los factores necesarios para esas tres funciones relativamente independientes del psiquismo general del hombre. Esta diferencia consiste únicamente en que los factores de los primeros dos conjuntos se forman por sí mismos, conforme a leyes, como resultado de causas fortuitas que no dependen de ellos, mientras que los factores del tercer conjunto se forman exclusivamente por una combinación intencional de las funciones de los otros dos.

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jueves, diciembre 01, 2016

El Control de las Emociones

Supongamos que un hombre o una mujer estén verdaderamente deseosos de trabajar sobre sus «sentimientos oscuros» de ira, desesperación, miedo, celos, odio o, en resumen, sus emociones negativas. ¿Significa eso algo?

Para comenzar, es necesario admitir en uno mismo que este estado emocional es una enfermedad nerviosa. La persona debe aprender a decir: «estoy enfermo». La tendencia, por supuesto, es culpar a la supuesta causa, situación, persona o incidente que pareciera haber provocado la enfermedad.

Pero no hay alivio en justificarse. Nadie nunca se ha recuperado de un acceso de mal humor culpando a la causa imaginada. Es mil veces mejor y verdadero decir: «estoy enfermo», que decir o sentir: «esto y lo otro me hizo enfermar».

Esta actitud hacia las emociones negativas ya comienza a modificar su furor. Pero no es suficiente adoptar una actitud, aunque sea la correcta. Algo se debe hacer.

Trata de no pensar en la supuesta causa de la emoción o en las cosas y circunstancias que estén en su trasfondo. El pensar en un estado de emoción negativa necesariamente se ve distorsionado por el agitado medio que ella produce. Es como mirar un objeto a través de aguas tumultuosas y turbias. Pensar en este estado jamás conduce a la verdad.

Trata también de no sentir. Esto parece imposible a primera vista, es como un consejo para dejar de sentirse desdichado. La recomendación de no sentir no es demasiado irrelevante. No sientas más de lo que puedes soportar.

Pero el secreto no está contenido en alguno de los alivios anteriores. Es algo totalmente diferente, que puede ser descrito como sigue: cuando se está con un sentimiento amargo o en su proceso de desarrollo, observa y nota sólo tu estado físico.
El cuerpo es a veces muy elocuente, ya que muestra un conjunto especial de síntomas para cada sentimiento. Observa y nota, a manera de curiosidad personal y científica, cómo tu cuerpo manifiesta los malos sentimientos. Por ejemplo, tu boca puede secarse o tener un sabor desagradable. Tu piel puede sentir picazón, algunos músculos pueden contraerse, puedes tener indigestión, náuseas o sentir el corazón oprimido. Los síntomas se revelan por sí mismos.

Si tu simplemente los observas, anotas y enumeras, como si los estuvieras recopilando para una novela o texto de psicología, verás que cuando hayas terminado, habrán desaparecido y, además, ¡habrás ahorrado energía al usarla para observar!

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jueves, noviembre 10, 2016

El Sufrimiento

"Hay cuatro tipos de sufrimiento. La primera categoría es el sufrimiento innecesario. Este es el tipo de sufrimiento en que incurrimos debido a nuestras actitudes y expectativas irracionales hacia los demás, generados por nuestras malas intenciones, ser rechazados por alguien, odio, duda, posesividad, arrogancia y autocompasión. En otras palabras, son emociones negativas o sufrimiento que surge debido a nuestra importancia personal."

"El segundo tipo de sufrimiento es el sufrimiento inevitable. Este es el tipo de sufrimiento que nos llega por accidente o por acontecimientos fuera de nuestro control, como guerra, desastres naturales, enfermedades o la muerte de alguien."

"El tercer tipo de sufrimiento es el sufrimiento voluntario. Este es el sufrimiento que imponemos sobre nosotros mismos con el fin de lograr una meta personal, como un atleta que se auto disciplina para ganar una carrera, o un estudiante que se esfuerza mucho para conseguir un diploma".

“Y finalmente tenemos el sufrimiento intencional. Este es el sufrimiento que imponemos sobre nosotros mismos con el fin de lograr un objetivo impersonal o altruista, uno que va dirigido hacia el servicio a los demás o para el trabajo, y no para lucro personal."

- J. Bennett

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lunes, octubre 03, 2016

Una Puerta a la Presencia

“Llegar a ser quien uno es”. Conocerse es la premisa fundamental. Somos uno y muchos, diferentes personalidades a quienes entregamos la dirección de nuestras vidas. Estas diferentes personalidades o yoes viven en la impermanencia y cualquier situación exterior puede hacer que cambien de dirección como una veleta. De esta manera la presencia real en nuestra vida es escasa.

Estos estados podríamos decir que son dimensiones de nuestra vida. Lo que los diferencia es sólo el grado de conciencia que se les aplica. Podemos crear nuevas dimensiones en nuestra vida, desarrollar potencias que están latentes en nuestra ser.

Los estados de presencia tienen un soporte físico, un cuerpo y un soporte espiritual que lo podemos encontrar bajo unas formas particulares de facultades como la conciencia, la atención y la voluntad. Estas son el resultado de las tres fuerzas de la creación: activa, pasiva y conciliadora.

Sin embargo, esto no sucede solo con desearlo, sino creando un orden y comprendiendo cómo es que uno funciona, cómo son las herramientas de las que se disponen. Cada una de las inteligencias que trabajan en nosotros funcionan de forma distinta, hablan diferentes lenguajes.

La posibilidad de un sentido real más profundo de uno mismo es una práctica para trabajar con la atención consciente; estar más vivo en el cuerpo, más claridad en la cabeza, y una especial delicadeza en los sentimientos.

Trabajar a través del cuerpo, la comunicación con el pensamiento, nos permite desarrollar una nueva fuerza conciliadora para el progreso de la atención consciente y la voluntad. Esto nos demanda observar cada acción, movimiento, gesto. No sólo con el pensamiento, sino que a través de la sensación, creando nuevas vías de comunicación, donde se activa el mundo interior.

No obstante, no es fácil de conseguir, ya que se han desarrollado funciones automáticas que no tienen relación con la “voluntad”. La atención se pierde en pensamientos o situaciones externas, que gustan o que disgustan, entonces ¿donde esta realmente la atención? y ¿la voluntad?

Cuerpo, sentimiento y pensamiento han de relacionarse en armonía, creando el ser integral. Salir del automatismo es encontrar la unidad... en la diversidad.

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lunes, julio 04, 2016

El Aliento de la Vida

El primer paso en el proceso de despertar y de toma de consciencia nuestro ser es darnos cuenta de la forma en que respiramos y de lo que representa la respiración para nuestro cuerpo.

Una respiración consciente nos ayuda a conectar con nuestras sensaciones físicas y a incrementarlas. La respiración consciente centra la atención en la energía vital que circula por todo nuestro cuerpo. Vamos a emprender un viaje interno utilizando la respiración como vehículo.

A medida que somos más sensibles al flujo respiratorio, descubrimos que podemos centrar la atención en cualquier parte del cuerpo, dirigiendo la respiración a cualquier parte de éste. Podemos crear sensaciones de estremecimiento, de calidez, intensas y a partir de ahí extender éstas sensaciones al resto del cuerpo. Para ilustrar este proceso vamos a llevar a cabo un experimento. Sólo nos llevará unos minutos.

Se cierran los ojos, nos relajamos e imaginamos que una mano amiga se sitúa suavemente sobre nuestra mano izquierda... La mano es agradable... Estamos relajados y nos sentimos receptivos al tacto... Descubrimos que somos capaces de "escucharla"... De agradecer su calidez como si se tratase de una sutil corriente de energía... Siente esta sensación de calidez a través de la mano... Ahora, inhala profundamente... Siente como pasa la energía cálida de la mano al brazo y después al resto del cuerpo...

Con la práctica podremos recibir las sensaciones más sutiles y resaltarlas mediante la respiración consciente. De esta forma la respiración se convierte en un vehículo de placer, convirtiendo todo el cuerpo en un instrumento de sensaciones.
Esta consciencia constante en la respiración nos desconecta de la atención del pensamiento, lo que es un paso fundamental de cara a apaciguar la mente. Ello crea un silencio interno que permite que las percepciones sensoriales sean más agudas e intensas.

Cuanto más profunda sea nuestra respiración, más y mejor conectaremos con nuestro verdadero ser. Sin embargo la mayoría de nosotros vive con una porción muy escasa de aire. Para que nos hagamos una idea; por término medio las personas inspiramos medio litro de aire en cada inhalación, mientras nuestros pulmones pueden alojar unos tres litros y medio cuando están totalmente dilatados.
Esta es una de las razones por las que el alcance y profundidad de nuestras experiencias y nuestras acciones generales en la vida, decepcionan nuestras expectativas.

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domingo, abril 17, 2016

Respiración y Unidad en la Vida

La respiración es un acto rítmico que se compone de dos fases: inhalación y exhalación. La respiración es el ejemplo perfecto de la ley de polaridad: dos polos, inhalación y exhalación forman, con su constante alternancia, un ritmo. Un polo depende del polo opuesto, y así la inhalación provoca la exhalación. También podemos decir que un polo no existiría sin el otro, si destruimos una fase, desaparece también la otra. Un polo complementa al otro y los dos juntos forman un todo. Podemos sustituir los dos polos de la respiración por los conceptos contracción y relajación. Hay un suspiro de inhalación que provoca contracción y un suspiro de exhalación que provoca relajación.

Por lo que se refiere al cuerpo, la función central de la respiración es un proceso de intercambio: mediante la inhalación, el oxígeno contenido en el aire es conducido a los glóbulos rojos y en la exhalación expulsamos el anhídrido carbónico. La respiración encierra la polaridad de atrapar y expulsar, de tomar y dar.

Todas las lenguas antiguas utilizan la misma palabra para designar el aliento que para el espíritu.
La doctrina hindú, nos enseña que la respiración es portadora de la auténtica energía vital a la que llaman prana.
En la Biblia se nos cuenta que Dios infundió su aliento divino en una figura de barro, convirtiéndola en una criatura "viva", dotada de alma.

Este es el misterio de la respiración. La respiración actúa en nosotros, pero no nos pertenece. El aliento no está en nosotros, sino que nosotros estamos en el aliento.
Por medio del aliento, nos hallamos constantemente unidos a algo que se encuentra más allá de la forma y de las palabras.
La respiración hace que esta unión con el plano metafísico permanezca en nosotros.

Vivimos en el aliento como en un gran claustro materno que abarca mucho más de lo que nuestro pequeño y limitado ser puede llegar a entender con su mente racional. La vida es ese secreto supremo que el ser humano no puede definir ni explicar. La vida sólo se experimenta abriéndose a ella y dejándose inundar por ella.

La respiración es el cordón umbilical por el que esta vida viene a nosotros y hace que nos mantengamos en esa unión.
Aquí reside su importancia: la respiración impide que el ser humano se cierre a todo, se aísle, que haga impenetrable la frontera de su yo. Por muy deseoso que esté de encerrarse en su ego, la respiración le obliga a mantener la unión con lo ajeno al yo. Recordemos que nosotros respiramos el mismo aire que nuestro "enemigo". Es el mismo aire que respiran los animales y las plantas.

La respiración nos une constantemente con todo. Por más que alguien quiera aislarse, la respiración le une con todo y con todos. El aire que respiramos nos une a unos con otros, nos guste o no.

La respiración tiene que ver con "contacto" y "relajación". Este contacto entre lo que viene de fuera y el cuerpo se produce en los alvéolos pulmonares. El pulmón es el mayor órgano de contacto, el otro es la piel.
El contacto de la piel es inmediato y directo y está sometido a nuestro deseo. Uno puede tocar o no a otra persona. El contacto que establecemos con los pulmones es indirecto, pero obligatorio. No podemos evitarlo.

Existe un síntoma de enfermedad que puede pasar de uno a otro de estos órganos de contacto: el asma y la erupción cutánea. Una erupción cutánea abortada puede manifestarse en forma de asma que, a su vez, con el correspondiente tratamiento, se convierte en erupción. El asma y la erupción cutánea corresponden al mismo tema: contacto, roce, relación. La resistencia a establecer contacto con el mundo por medio de la respiración se manifiesta, por ejemplo, en el espasmo respiratorio del asma.

Con el primer aliento empezamos la vida y con el último la terminamos. Con el primer aliento damos el paso al mundo exterior al desprendernos de la unión simbiótica con la madre y hacernos autónomos, independientes y libres.
Cuando a uno le cuesta respirar, ello es señal de temor a dar por sí mismo los primeros pasos con libertad e independencia.
La libertad le corta la respiración, es algo insólito que le produce temor. La misma relación entre libertad y respiración se advierte en el que sale de una situación de agobio y pasa a otra en la que se siente "desahogado" y lo primero que hace es inhalar profundamente, por fin puede respirar con libertad.
El proverbial ahogo que nos aqueja en circunstancias agobiantes es ansia de libertad y de espacio vital.

En resumen, la respiración simboliza ritmo, en el sentido de aceptación "tanto lo uno como lo otro".
Contracción - Relajación. Tomar - Dar. Contacto - Repudio. Libertad – Agobio.

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jueves, abril 07, 2016

Práctica de la Respiración Lenta y Profunda

Realiza una exhalación completa. La mayoría de las personas no vacían los pulmones por completo al exhalar, quedando cierto volumen de aire viciado en los pulmones.
Una exhalación completa produce automáticamente una buena ventilación al inhalar.

Ayúdate del abdomen para vaciar los pulmones.
Exhala lenta y relajadamente. Cuando llegues al límite de una exhalación cómoda, ayúdate de los músculos abdominales para forzar, por medio de la contracción, la salida de más cantidad de aire. La exhalación ha de ser lenta y relajada, pero sin ser intermitente.

Inhala y exhala siempre por la nariz. La nariz caldea, filtra y humedece el aire. Si se respira por la boca se puede producir hiperventilación.

Mantén una postura correcta y erguida. Al practicar, siéntate en el suelo o en una silla, pero con la espalda recta. Si te sientas con el busto doblado, el vientre no puede levantarse y la caja torácica pierde movilidad.

Secuencia correcta de los movimientos de inhalación y exhalación

- Inhalación:
Primero llena el vientre, luego las costillas y por último el esternón.
La inhalación empieza y la exhalación termina en la región central del cuerpo: el vientre.

- Exhalación:
Primero el esternón, luego las costillas y por último el vientre.
Cuando respiramos sólo con la caja torácica, se aumenta el nerviosismo, se pierde contacto con uno mismo y se tiende a la hiperventilación.

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viernes, abril 01, 2016

Una Visión de la Paternidad Novedosa y Radical

La psicología prenatal ha conseguido, en un breve periodo de tiempo, descubrir lo suficiente sobre la mente y las emociones del niño intrauterino como para ayudar a rescatar a miles de pequeños de una vida de debilitantes trastornos emocionales. La psicología prenatal ofrece un modo de mejorar prácticamente las posibilidades que toda generación tiene de ingresar en la vida libre de los corrosivos trastornos mentales y emocionales que, en el pasado han acosado a los niños.
Esto no significa que la psicología prenatal sea una panacea, ni que cualquier trastorno emocional que nos afecta se remonte al útero. La vida no es estática y lo que nos ocurre en todos los años de existencia nos influye y nos altera. Sin embargo, es importante recalcar que los acontecimientos nos afectan de manera muy distinta en las primeras etapas de la vida. Un adulto y, en menor medida, un niño han tenido tiempo de desarrollar defensas y respuestas. Pueden suavizar o desviar el impacto de la experiencia. Un niño intrauterino no puede hacerlo. Lo que le afecta lo hace de manera directa. Por ese motivo, las emociones maternas se graban tan profundamente en su psique y su fuerza sigue siendo tan poderosa más tarde, en la vida. Las principales características de la personalidad rara vez cambian. Si el optimismo queda grabado en la mente del niño intrauterino, más adelante serán necesarias muchas adversidades para borrarlo.

El punto en que estos conocimientos pueden significar legítimamente una diferencia reside en ayudar a identificar y prevenir el origen de graves problemas de personalidad. La mayoría de las mujeres saben que ocuparse emocionalmente de sí mismas significa ocuparse de sus hijos no nacidos. La capacidad de reconocer en el útero una conducta potencialmente conflictiva y perturbada puede ser altamente beneficiosa para miles de niños que todavía han de nacer, para sus padres y, en última instancia, para la sociedad.

El hecho de que más embarazadas empezaran a comunicarse con sus hijos, representaría un comienzo extraordinario. Podemos imaginar cómo se sentiría uno a solas en una habitación durante seis, siete u ocho meses sin el menor estímulo emocional o intelectual. Ésa es, más o menos, la consecuencia de ignorar a un niño intrauterino. Lógicamente, sus necesidades emocionales e intelectuales son mucho más primitivas que las nuestras. Pero lo importante es que existen. Necesita sentirse amado y deseado tan apremiantemente como nosotros. Es necesario hablarle y pensar en él; de lo contrario, su espíritu y a menudo también su cuerpo comienza a debilitarse.

En líneas generales, la personalidad del niño intrauterino es una función de la calidad de la comunicación madre-hijo y también de su especificidad. Si la comunicación fue abundante, enriquecedora y, sobre todo, nutritiva, existen muchas posibilidades de que el bebé sea robusto, sano y feliz. Esta comunicación es parte del vínculo. La vida desde los primeros minutos y horas, ofrece infinitas distracciones: imágenes, sonidos, olores y ruidos. Por su parte, la vida en el útero es mucho más uniforme y está completamente rodeada por su madre y todo lo que ésta dice, siente, piensa y espera. Hasta los ruidos externos pasan a través de ella.
Por este motivo es tan importante que la embarazada piense en su hijo. Sus pensamientos ─su amor, su rechazo o su ambivalencia─ comienzan a definir y a modelar la vida emocional del niño. Lo que ella crea no son rasgos específicos, como la extroversión, el optimismo o la agresividad. Estas palabras son, sobre todo, palabras adultas con un significado adulto, demasiado específicas y afinadas para aplicarlas a la mente de un niño intrauterino de seis meses.
Lo que se forma son tendencias más amplias y más profundamente arraigadas, como el sentimiento de seguridad o de autoestima. A partir de estas tendencias, más adelante, en la infancia, se desarrollan los rasgos específicos del carácter. Un ejemplo es la seguridad. Una persona segura confía profundamente en sí misma. ¿Cómo no va a hacerlo si desde el filo mismo de la conciencia se le ha dicho que es deseada y querida? Atributos como el optimismo, la confianza, la cordialidad y la extroversión surgen naturalmente de ese sentimiento.
Se trata de elementos preciosos para dar a un niño, elementos que pueden proporcionarse fácilmente: al crear en el útero un entorno cálido y emocionalmente enriquecedor, la mujer puede lograr una diferencia decisiva en todo lo que su hijo siente, espera, sueña, piensa y obtiene a lo largo de su vida.

Durante esos meses, la mujer es el nexo entre su bebé y el mundo. Todo lo que le afecta incide en él y no hay nada que le afecte más profundamente como las preocupaciones con respecto a su marido (o compañero). Por este motivo, emocional y físicamente hay pocas cosas más peligrosas para un niño que un padre que maltrata o deja sola a su esposa embarazada.
Este hecho por sí mismo convierte al hombre en una parte importante de la ecuación prenatal. Un factor igualmente vital del bienestar emocional del niño es la actitud del padre hacia su pareja. Diversos elementos pueden incidir en la capacidad de un hombre para relacionarse con su compañera, desde lo que siente hacia ella o hacia su propio padre hasta las presiones laborales o sus propias inseguridades. Las investigaciones han demostrado que lo que afecta más profundamente su sentido de compromiso ─para bien o para mal─ es en qué momento comienza la relación con su hijo, si es que ésta tiene lugar.

Por evidentes motivos fisiológicos el hombre está en desventaja. El niño no es una parte de su ser. Sin embargo, no todos los impedimentos físicos del embarazo son insuperables. Algo tan corriente como hablar es un buen ejemplo: un niño oye en el útero la voz de su padre y existen claras pruebas de que escuchar esa voz supone una importante diferencia emocional.
La relación también influye directamente en el futuro padre en un sentido más general. Los estereotipos suelen retratarlo como bienintencionado pero torpe. Esto crea una perniciosa crisis de confianza en muchos hombres. A modo de defensa, suelen alejarse de sus esposas durante el embarazo y recurrir a la seguridad de amigos y colegas que les proporcionan respeto y el sentido de la propia valía. La relación es un modo ─un modo muy importante─ de romper este círculo vicioso e interesar al hombre mucho más profunda y significativamente en la vida de su hijo desde el principio mismo. Cuanto antes se interese, más posibilidades de beneficiarse tendrán su futuro hijo o su futura hija.


Esta visión de la paternidad es ciertamente novedosa y radical porque significa un profundo cambio desde la raíz del ser para alejarse de prácticas pasadas. Esto y solo esto es necesario si abrigamos la esperanza de producir futuras generaciones de niños cada vez más sanos y emocionalmente seguros.

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