CENTRO FÉNIX DE NATUROPATÍA
México - Tel. 2291 185 281
España - Tels. 680 53 75 56 - 965 78 63 38


Hola ! ! !

Más allá de las limitaciones impuestas por la percepción,
existe la certeza de ser lo que nunca perdimos.
El conocimiento de la conciencia de ser
es la única Libertad que tenemos.
Adelante, están invitados.

Bienvenid@s !!!

CIENCIAS ETERNAS


Algunas de las Imágenes que aparecen en este Blog, han sido sacadas de Internet.
Si alguien tiene derechos y quiere que no salgan en este espacio,
nos lo hacen saber y serán retiradas inmediatamente.




martes, junio 27, 2017

Las Actitudes Configuran la Falsa Personalidad

La Falsa Personalidad nos procura una existencia enteramente irreal y solo nos atrae cosas irreales. Hace que uno se identifique con lo que no es uno mismo.

Es un gran obstáculo tener una larga descendencia. La gente suele identificarse con sus antepasados y sin embargo nacen en el mundo, completamente libres de sus antepasados. La verdadera Esencia viene al mundo completamente separada de las condiciones en las cuales haya podido nacer y ser concebido. Si uno se siente orgulloso de su origen en el Tiempo y el Espacio nunca podrá llegar a su verdadero Ser.

Es preciso comprender que no nacemos por medio de nuestros padres sino que nuestra Esencia nos viene de las estrellas como algo por completo independiente de nuestro origen. En otras palabras, lo que tenemos que comprender es que descendemos de un origen por entero diferente.

Esa curiosa cosa que se llama Falsa Personalidad es capaz de hacemos sentir que somos algo porque hemos tenido en una época, o en otra, a un antepasado muy distinguido, muy notorio que cometió varios crímenes y creo a la policía muchas dificultades. La Falsa Personalidad es una cosa extraordinaria, digna de ser estudiada tanto en uno mismo como en las otras personas.

Las actitudes son en nosotros cosas irreales. Cada uno tiene ciertas actitudes, o puntos de vista, inculcados desde los cuales contemplan a todas las demás personas y también a sí mismos.

Las actitudes son cosas muy difíciles de observar en uno mismo. Fueron establecidas en nosotros en una edad muy temprana, mediante lo que nos han enseñado y son, hablando prácticamente, casi siempre actitudes negativas. Lo que la gente denomina una buena educación es lo que da a una persona sus características actitudes negativas y cuando esas actitudes negativas fueron implantadas correctamente se dice que dicha persona es bien educada.

Ahora bien, las actitudes negativas se fijan gradualmente en nosotros y luego se convierten en escudos. Una actitud típica, a menos que se la rehúya, se establece gradualmente, por así decirlo, y al cristalizar se convierte en una defensa. Una vez que se ha convertido en defensa es muy difícil de percibir. Un escudo, o defensa, es lo que nos impide ver las contradicciones en nosotros mismos. Es por eso por lo cual un hombre con muchos escudos tiene a menudo tanto éxito en la vida. Parece gozar de fuerte voluntad. Sus defensas le impiden ver que hay algo que anda mal en él, y sin embargo tal hombre es un hombre muy débil, situado en un lugar muy bajo en el Escala de Ser.

Transformar esta manera de ser requiere que empezamos con un impersonal estudio sobre uno mismo. Con la idea de que es preciso lograr el conocimiento de nuestro Ser. Evidentemente, solo se puede lograr adoptando un nuevo punto de vista y al mismo tiempo examinándose conscientemente, advirtiendo cómo se habla y se comporta uno y así sucesivamente. Este es un movimiento orientado hacia el interior. Solo de esta manera un hombre puede separarse de sí mismo. Una parte de la práctica de este auto-estudio consciente es la de observar nuestras actitudes.

Cuando llegamos al punto de ser capaces de observar nuestras actitudes, esto pone en nosotros algo en movimiento que nos conduce a algo extraño, a nuevos pensamientos y sentimientos.

En general, damos por sentado lo que somos y así nunca vemos que nuestro estado de Ser atrae en todo momento lo que nos sucede.

Nuestras actitudes son casi siempre actitudes negativas por cuyo medio nos distinguimos de los demás y así estimulamos esa falsa concepción de nosotros mismos denominada Falsa Personalidad. Es menester observar y conocer todas nuestras actitudes vengativas. En cierto sentido solemos observar nuestras actitudes negativas pero las consideramos como si fueran perfectamente justas. Pero, lo que importa aquí es que en realidad no vemos que son actitudes implantadas en nosotros por nuestra educación y por imitación y que en verdad no son en absoluto nosotros mismos. No solo debemos observar sino conocer muy bien en nuestra memoria que son definitiva y permanentemente nuestras actitudes. Las actitudes negativas nunca producen beneficio alguno, simplemente nos vacían. Y una vez que nos damos cuenta de ello ya no tenemos derecho ni excusa para identificarnos con ellas.

Las actitudes nunca piensan. Obran automáticamente. Se asemejan a lugares endurecidos en el Centro Intelectual, a pensamientos cristalizados, y ya que son casi siempre negativas terminan por convertirse en escudos.

Cuando una persona habla desde sus opiniones fijas, quien le escucha se aburre, empieza a bostezar. Esa persona no está pensando. Las actitudes se establecen en el Centro Intelectual y ocupan el lugar del pensamiento verdadero, individual. Afectan el Centro Emocional, pero su punto de partida está en el Centro Intelectual. Si ve a una persona llena de actitudes adquiridas y sin otra cosa, sentirás que es imposible hablar con dicha persona; porque, dicha persona, no puede liberar su pensamiento de las actitudes adquiridas.

Si estás lleno de actitudes negativas nunca serás capaz de ponerte en contacto en ti mismo con las partes superiores de los centros y así tampoco con cualquier nivel superior de Ser. Si tienes muchas actitudes negativas de las cuales no te has enterado y las aceptas como si fueras tú, es lo mismo que llevar gran numero de abrigos. En tal caso, esa persona no puede pasar por el estrecho camino de sinceridad interior.

Es necesario agregar que no cuesta nada observar las actitudes en las otras personas, y conocemos perfectamente cuando una persona habla desde una actitud característica. Por cierto es agotador. Es mucho más difícil observar las actitudes características en uno mismo, pero es necesario hacerlo. Se lo percibe vigilando la entonación de la propia voz. Esta es una entre muchas maneras de lograrlo. Cuando se está hablando desde una actitud notarás que hablas con una voz brusca, opaca. Como lo advertirás en otras personas, trata de verlo en ti mismo. Entonces advertirás cuan común es tu vida y quizá desdichada debido a actitudes que adquiriste y no eres capaz de discernir.

Leer más...

martes, abril 11, 2017

Despertar la Conciencia

Normalmente, es imposible hacer voluntarios los sentimientos, en el sentido de poder originar nuestros propios estados de ánimo, porque tal como somos, estamos obligados a acomodar la función emocional a los reflejos espasmódicos dominantes del primer cerebro, también llamado cerebro reptil.
El sistema límbico tiene muy poca fuerza, o voluntad, ya que es el centro el centro instintivo el de mayor fuerza. Cuando el sistema límbico se transfiere al cerebro reptil, entonces es el sistema límbico el que tiene mayor fuerza y puede funcionar voluntariamente.
Cuando el cerebro reptil llegue a albergar el sistema límbico, este último compartirá la fuerza y autoridad del cerebro reptil, y por primera vez tendrá los medios para dirigir la maquinaria biológica humana en su totalidad.
Para empezar, debemos poner los arneses al centro instintivo y obligarlo a llegar a ser el centro mental, quitándole toda su actividad de centro motor, usando nuestra voluntad de atención para seguir intensamente cada movimiento del cuerpo.
El centro mental, residiendo ahora en el cerebro reptil, ya tendrá la fuerza y la voluntad orgánica necesaria para ejercer auténtica autoridad sobre toda el cuerpo. Éstos son los primeros gruñidos primitivos de la voluntad real.

La base de este trabajo es la disciplina. Si el centro mental del cerebro reptil dice, “Despiértate,” finalmente tiene la voluntad y la autoridad para ejercer su influencia sobre el cuerpo, y todo el cuerpo está obligado a obedecer.
Quita la atención del cuerpo de su normal fijación en el flujo asociativo de pensamientos pasajeros y en el diálogo interno, y colócala estrictamente en las actividades motoras del cuerpo. Éste es un ejercicio interno especialmente valioso cuando se llevan a cabo labores físicas... cavando zanjas, pintando, lijando, edificando, fregando los platos, cuidando de los niños... Por ejemplo, supongamos que sucede en este momento que tu cuerpo está usando el brazo derecho para levantar la taza para tomar café; observa al mismo tiempo como el cuerpo se apoya en la pierna izquierda, la pierna derecha mínimamente levantada; ahora el cuerpo está sonriendo y cambiando su peso a la pierna derecha.
En pocas palabras, usa la forma usual de la atención; pero en este caso, el sujeto de la atención es ahora exclusivamente la postura y los movimientos del cuerpo observad, excluyendo cualquier significado psico-emocional.
Normalmente, nuestros movimientos ocurren mucho antes de que los notemos, si es que alguna vez llegamos a ser verdaderamente conscientes de ellos, porque no estamos educados para asentar nuestra atención en los movimientos del cuerpo.
El cuerpo lleva a cabo en secreto la mayoría de sus actividades. El cuerpo bebe sin nuestra atención; come sin nuestra atención; incluso hace el amor sin nuestra atención. Ésta es la sanción que pagamos por permitir que el sistema límbico funcione como centro mental.

Después de haber mantenido nuestra atención en las actividades del cuerpo durante un rato, su rutina llega a ser evidente, y sus actividades parecen mucho menos arrolladoras. Después de haber transcurrido mucho tiempo, la aparentemente atareada y compleja actividad caprichosa de antes, llega a ser tediosamente previsible, porque de hecho, el cuerpo hace muy poco. Cuando por primera vez empezamos a observar seriamente, el cuerpo parece ser un remolino de actividad caótica.
Observa tu mano como si fuera un objeto extraño; pero al mismo tiempo, date cuenta de que es una parte automática del cuerpo; se enreda, se agita, todo por sí sola, sin tu dirección voluntaria.
Observa con asombro cómo, por sí solo, coge un tenedor; nota que ahora el cuerpo está sonriendo; la mano endereza el cuchillo y alisa la servilleta en la mesa. Y éstos sólo son los toscos movimientos de unas pocas partes del cuerpo, y sólo en el exterior superficial. ¿Cuándo lleva a cabo una rotación de la muñeca? ¿Qué músculos se usan?
Las diferentes combinaciones musculares producen movimientos variables. No sólo la mano, sino todo en el cuerpo está ligeramente afectado por las reverberaciones de cada movimiento. Con el tiempo deberíamos ser capaces de colocar nuestra atención con firmeza en todo lo que haga nuestro cuerpo.
¿Dónde reposa la tensión cuando el cuerpo está en reposo? Percibe el centro de gravedad del cuerpo mientras cambia. Nota de vez en cuando el centro de gravedad y dónde llegan a reposar los puntos de peso. ¿Dónde está tu mayor punto de peso? ¿Usas fuerzas para mantenerte en equilibrio? Supón que relajas totalmente toda tu musculatura, ¿qué pasa? Intenta calcular cuánta fuerza se ejerce para mantener tu cuerpo en esa postura; hazlo percibiéndolo.

La tensión sólo es mensurable en comparación con la relajación. Si nos falta la voluntad para relajar el cuerpo, no podemos usar la sensación para determinar la tensión exacta requerida para mantener una postura. La relajación y tensión deben llegar a ser voluntarias para cualquier observación seria del cuerpo.
Empezando con la postura del cuerpo en conjunto, como si estuvieras estudiando una estatua -enfocando primero en las manos, la máscara facial, el torso, los brazos y las piernas- intenta ver las actividades del cuerpo como una unidad completa. Por ejemplo, observa tus posturas sentado en una mesa, escribiendo en un cuaderno, paseando por un bar; empieza con las posturas y los movimientos más obvios y observables. Por ahora, hasta que seas muy habilidoso, olvídate de las fluctuaciones delicadas y sutiles...

Leer más...

miércoles, marzo 29, 2017

Conducta Compulsiva y Mecanica de la Personalidad

La ilusión de ser plenamente conscientes de todo lo que hacemos o decimos es muy fuerte. Como resultado de ello justificamos nuestra conducta más inconsciente. Explicamos todo, lo que en realidad quisimos decir o hacer. De este modo evitamos ver hasta qué punto actuamos mecánicamente. Si una persona se justifica a sí misma en todo es porque cree llevar siempre la razón y nunca admitirá que actúa inconsciente y compulsivamente. No obstante, una sincera observación de sí misma, imparcial y directa le mostrará que no lo es. Esto provoca un nuevo estado emocional. Esos estados vencen las emociones que pertenecen a la “falsa personalidad”. Por lo general, son penosas para la vanidad o la auto-valoración. Es, desde luego, la vanidad lo que justifica nuestra conducta compulsiva y nos impide ver que actuamos de manera mecánica.

Una emoción solo puede ser vencida por otra emoción. Tras las emociones negativas aparecen la ira, la violencia, el recelo, la amargura, los cargos internos y todo lo demás. Pero tras la emoción que surge de la comprensión de nuestro comportamiento mecánico está la paz. Y es esta emoción la que puede vencer las emociones negativas.

Si uno se observa a sí mismo percibiendo cada situación, cada evento de su vida de una manera mecánica, se puede tomar todo de una manera nueva. Un hombre ordinario no es más que un mecanismo, con defensas, actitudes y retratos de sí mismo, que siempre son los mismos. Pero si un hombre empieza a luchar contra su comportamiento mecánico, si empieza a ver que está dormido en su adquirida máquina, entonces deja de ser esa persona que la vida y la educación hicieron de él.

Es preciso recordar que el pensamiento lógico, que se funda en los sentidos orientados hacia el mundo externo, no nos pone en contacto con los Centros Superiores, que existen en toda persona, que están plenamente desarrollados y nos envían sus influencias. Lo desdichado es que no poseemos un aparato receptor para recibirlas.

"¿Qué es lo correcto y qué es lo equivocado?"
"Todo lo que induce a dormir y a identificarse más es equivocado, todo lo que despierta es correcto".

Leer más...

viernes, marzo 24, 2017

Nuevas Ideas que Pensar

Una función del Centro Instintivo es la sensación. Cada función puede ser dirigida hacia fuera y hacia dentro. El empleo de una función escasamente usada siempre renueva. Por el contrario, el constante uso de una misma función agota.

En toda persona está la riqueza de un nuevo terreno. Pero la gente se empeña en cruzar siempre las mismas sendas gastadas. Hay que hacer el intento de pensar de una nueva manera. Este es el comienzo de todo desarrollo. Hay que aprender a pensar. Si nuestra mente sigue siendo la misma, si nuestro modo de ver y los prejuicios siguen siendo los mismos, nuestros pensamientos también seguirán siendo los mismos, y todo en nosotros seguirá siendo lo mismo. La magia se inicia cuando tenemos nuevas ideas para pensar.

En algunas personas la percepción se produce a través de las emociones y en otras a través de las sensaciones. La percepción emocional está conectada con la parte emocional de los centros, en especial con la parte intelectual del Centro Emocional. La parte intelectual del Centro Emocional está abierto al Centro Emocional Superior y es capaz de recibir de un modo fragmentario sus vibraciones cargadas de significado superior. Las vibraciones de un centro psíquico llegan a sernos conscientes en la forma de significado en diferentes niveles. Mientras que con un centro inferior solo se ve un significado, en un Centro Superior se ven muchos que están entremezclados. Un destello de un significado más elevado otorga una perspectiva enteramente nueva. Vemos las cosas de una diferente manera —nuestros problemas y todo lo demás—. Lo que era ordinario y opaco parece transformado.

Este Trabajo se propone transformar las impresiones. Así es preciso no ver todo como se suele hacer y no identificarse con la manera acostumbrada de tomar las cosas. Observando cómo es la manera de ver todo, primero descubriendo de qué modo haces las cosas cotidianamente. Cada centro y parte de un centro puede ver la misma cosa de maneras muy diferentes. Si todos los centros estuvieran trabajando en nosotros, todas las cosas se podrían ver de muchas maneras diferentes. Por ejemplo, el pensar: pensar es una función del Centro Intelectual. Ahora consideremos el sentir: sentir es una función del Centro Emocional —ve una cosa, un problema de una manera muy diferente de lo que lo hace el pensar—. Los dos son incompatibles —nunca pueden encontrarse—. Se piensa acerca de una situación: entonces es preciso sentir, si es posible, la misma situación. Es imposible llevar el pensamiento y el sentimiento al mismo estado o punto de acuerdo. De modo que cada centro ofrece una diferente interpretación de las situaciones. En este caso hemos de aprender a usar ambas interpretaciones. En este punto emerge la individualidad que puede tomar algo del pensar y algo del sentir y llegar a una resultante, a una armonía, a una decisión. Esta es la armonización de los centros. Pero esto es solo posible por medio de la no identificación con un centro y sus funciones y excluyendo a los demás.

¿No es acaso cierto que en diferente momento el mismo problema parezca distinto? No hay que creer que esto se debe a una debilidad de la así llamada voluntad. Es el comienzo del crecimiento —el ver una situación desde muchos lados—. Seguir exclusivamente una función y sus juicios —digamos, el pensamiento— es ser esclavo de un centro —esto es ser parcial—.

El Hombre Equilibrado es un hombre en quien todos los centros pueden ser solicitados, con todos sus diferentes significados, sus diferentes interpretaciones de una situación dada—. Un Hombre Equilibrado puede lograr su propia armonía —viendo una cosa por medio de un centro de cierto modo, luego a través de otro centro de un modo diferente, y así sucesivamente. Este es el Hombre Equilibrado. Pero un hombre desequilibrado mira tan solo a través de una sola ventana, por lo tanto carece de amplitud de Ser. Es un hombre que solo usa una diminuta función para todo el significado e interpretación de la vida. Tal hombre parece gozar de mucha fortaleza e inflexibilidad, sin embargo es un hombre débil, compulsivo, parcial. La parcialidad es una señal de debilidad del Ser.

Leer más...

martes, marzo 21, 2017

Un Verdadero Despertar - El Inicio de la Transformación del Ser

La gente encuentra, a menudo, dificultades en todo —de hecho, este crear dificultades suele pertenecer al Rasgo Principal. Cada persona tiene un Rasgo Principal, sobre el cual todo descansa. Es como un eje central en torno al cual todo gira en el hombre o la mujer. Cuando una persona intenta olvidarse de sí misma y solo recuerda su propósito, el Rasgo Principal se interpone. En cada decisión, el Rasgo Principal decide. En suma, en lo que respecta al cambio, en transformar el propio Ser, constituye la fuerza más poderosa en nosotros. Cada manifestación es el punto de encuentro de tres fuerzas. La Primera Fuerza es llamada activa y la Segunda Fuerza es una fuerza de resistencia a la fuerza activa, o fuerza oponente. La Segunda Fuerza está en todas las cosas, hasta en la imaginación y en la fantasía donde se supone podemos hacer lo que nos da la gana. Si no fuera por esa fuerza de resistencia, todo estaría sin restricción alguna, sin la necesidad de esfuerzo, sin forma —pero decirlo es absurdo, porque en todo lo que existe, en todo lo que se manifiesta, esta la Segunda Fuerza—. Ahora bien, cuando alguien se hace el propósito de cambiar, su Rasgo Principal se yergue como Segunda Fuerza y le opone resistencia. Pero la gente no se da cuenta que tienen en ellas mismas la Segunda Fuerza. La ven siempre como si estuviera fuera.

La recepción de impresiones negativas acrecienta la Segunda Fuerza. Intentemos ver por qué ocurre así. Una persona, cuyo objeto es acrecentar la conciencia y transformar el Ser, no puede progresar más allá de cierto punto a no ser que detenga las impresiones negativas de los demás. Al recibir y aceptar las impresiones negativas de los otros, de la vida, de todo, se alimenta la parte negativa del Centro Emocional.

Puesto que todos nacemos en medio de gentes dormidas —puesto que papá y mamá y todo el resto estaban dormidos, quedamos contaminados por las emociones negativas—. Inhalamos la atmósfera de aquello que nos rodea desde el nacimiento —y la gente son negativas y gobernadas por las emociones negativas—. Así en nuestra Personalidad adquirida hemos formado un centro adulterado llamado la parte negativa del Centro Emocional. Cuando nacemos el Centro Emocional carece de parte negativa. La validez de ser negativo no es esencial. Es cuestión de la personalidad adquirida. Esta es una introspección maravillosa —un verdadero despertar— el inicio de la transformación del Ser.

Ahora bien, cuando recibimos y aceptamos emociones negativas de otra persona, se acrecienta la fuerza de la parte negativa del Centro Emocional que se ejerce sobre nosotros. Pero no es solo esto lo que ocurre. Repercute sobre nosotros —a saber, la representación de dicha persona en nosotros se vuelve negativa—. Cada persona que conocemos existe en nosotros como representación exterior de los sentidos. El mundo externo es reflejado en nosotros a través de los sentidos por medio del sistema nervioso y sus impulsos, y representado en nosotros como personas, cosas.

La recepción de las impresiones negativas acrecienta la Segunda Fuerza en uno. Acrecienta los enemigos en uno. Ahora bien, si por medio de la observación se llega a ver cómo una impresión negativa tiene la capacidad de actuar en uno y si no se identifica con ella, ni la deja ir a dónde desea entonces te mantiene aparte del resultado compulsivo de dicha impresión. Esta es la magia. Este es el lugar que todos debemos dejar libre en nuestro mundo interior.

Cuando uno se da cuenta que la vida exterior, la gente y las cosas solo vienen en la forma de impresiones, a través de los sentidos, entonces se prepara ese espacio interior, se las deja entrar y se aceptan algunas impresiones y se rechazan otras. Esto es recibir las impresiones conscientemente. Así se comienza a ser un Hombre, y Mujer, Consciente.

Ahora bien, si se recibe y aceptan las inacabables, celosas, envidiosas, desdichadas, impresiones negativas de los eventos de la vida cotidiana y de los demás, se es tan solo una persona dormida. Se está en función de la vida y regido por la vida, siendo consciente de nada.

Leer más...

viernes, marzo 10, 2017

Comprendiendo el Estado de Felicidad

Alguien que siempre tiene exigencias es muy desdichada, porque la propia felicidad depende de que ciertas cosas exteriores sean correctas con arreglo a lo que esperaba, y si no es así se sumerge en la depresión y la negatividad. No le gustan esas personas, tampoco le gustan esas circunstancias, opone reparos a esto o aquello, y así sucesivamente. Tal persona carece de un estado interior suficientemente desarrollado. Tal vez te sorprenda escuchar que se puede encontrar muchas veces la felicidad cuando todas las cosas andan mal.

Si tu felicidad depende de los elogios de otras personas tú eres un artificio. Si tu felicidad depende de ganar dinero, no eres más que una máquina. Si tu felicidad depende de que la gente te trate de acuerdo con la idea que te forjaste de ti mismo, seguro que algo anda mal. Las exigencias no suelen ser una fuente de paz interior. Pensar siempre que las cosas no son como se desean solo puede conducirnos a una continua desdicha y negatividad. Eres tú quien debe despertar y sustentar en ti mismo el secreto de ser feliz. Y ese sustentar significa sellarse a los efectos de los aconteceres exteriores que predominan compulsivamente en ti. Todos nosotros hemos adquirido maneras absurdas y típicas de comportarnos hacia la gente y las condiciones exteriores. Es justamente aquí donde se puede lograr la separación, advirtiendo por medio de la observación de qué modo se está reaccionando en todo momento.

Cuando uno se ha forjado una fuerte imagen de sí mismo es propenso a ser herido por la vida. El auto-retrato es una forma fija de imaginación acerca de uno mismo. Creía ser un buen chico. Naturalmente, como era un buen chico, no podía decir nunca una mentira y, naturalmente, decía muchas mentiras. No podía ver el lado oscuro de mí mismo, lo que yo era en realidad, sino que siempre veía un solo lado debido a la influencia del retrato.

Todo lo que es falso da origen a su opuesto. Ahora ya sabes por qué es preciso aceptar el lado opuesto de nosotros mismos, o el lado oscuro, lo cual significa simplemente que no somos propiamente conscientes de ese lado y no lo aceptamos. La conciencia es la luz. Aquello de lo cual no tenemos exacta conciencia es oscuridad para nosotros.

Un auto-retrato imposibilita ver la realidad y nos impide aceptar aspectos de nosotros mismos que no concuerdan con las imágenes que nos hemos creado. En consecuencia quedamos divididos en un lado iluminado y otro oscuro, y eso crea una marcada falta de armonía. Se suele ver personas que viven siempre en una imagen que han creado de sí mismas y se sienten constantemente heridos o sorprendidos.

¡Con cuánta facilidad nuestra mente es dominada y lastimada, por las cosas exteriores! Ahora bien, cómo puede alguien ser feliz estando lleno falsas creencias adquiridas que actúan sobre él a todo lo largo del día. Merece el esfuerzo comprenderlo mientras se practica la importante disciplina observar muy cuidadosamente lo que nos hiere, lo que destruye toda la felicidad que se es capaz de experimentar. Cuando se ha realizado una buena observación, hay que tratar de darse cuenta si se debió a una imagen de uno mismo que no fue satisfecho por el comportamiento de alguna persona, o un papel que se representó y no fue alabado, o una actitud que era completamente inútil.

Como es sabido, las actitudes son por regla general actitudes negativas desde las cuales juzgamos a las cosas y a la gente. ¿Cómo es posible empezar a ver las cosas como son en realidad, ver a las personas como son verdaderamente si estamos llenos de imágenes y actitudes que nos ciegan? ¿Cómo es posible imaginar que podemos establecer sencillas relaciones si desempeñamos nuestros típicos papeles y nos jactamos de ello?

Comienza por observar tus actitudes y tus comportamientos, y la memoria y el discernimiento que surgen de ello. Por medio de esta observación podemos formar una nueva psicología interior que observe el comportamiento exterior y, a través de ella, llegar a ser cada vez más independientes de los condicionamientos exteriores y de todo cuanto sucede. Así llegamos a comprender de qué depende la felicidad.

Leer más...

miércoles, marzo 08, 2017

Contradicciones Interiores

Si un hombre o una mujer sintiera a todo lo largo de su vida sus contradicciones interiores, no podría vivir y actuar con tanta calma como lo hace ahora. Estarían dominados por continuos roces e inquietudes. En general, uno de los problemas de la humanidad, y quizá de la humanidad moderna en particular, es que nadie se da cuenta de las contradicciones. De resultas de ello, la psicología humana permanece en un nivel bajo de desarrollo, y ya que el desarrollo de la humanidad en su conjunto depende enteramente del desarrollo de cada individuo, es poco probable al parecer la posibilidad de un genuino desarrollo —en todo caso por el momento—. Por esta razón, no es de esperar ningún arreglo mundial.

El nivel de conciencia, de cada quien, atrae la vida —esto es, usted atrae sus problemas y situaciones típicas, y si intenta cambiar las cosas es preciso empezar a trabajar sobre las propias creencias y cambiarlas —esto es, cambiar la clase de persona que es—. Entonces los problemas exteriores y situaciones típicas cambiarán. Cuando uno advierte que las cosas ocurren así, puede tener la seguridad que ya se produjeron algunos cambios. El cambio de conciencia, sin embargo, no es fácil y exige un arduo trabajo y mucha paciencia, y puesto que, cabe decir, la humanidad no trabaja sobre la conciencia, o hasta lo ignora, la misma forma de vida será atraída —o aun una forma peor— y todos los intentos de mejorar la existencia humana fundados en cambios externos fracasarán necesariamente, ya que la humanidad permanece igual a lo que era antes. Pero un individuo puede cambiar su conciencia.

La conciencia de un hombre, la conciencia de una mujer, no puede cambiar más allá de cierto punto, a no ser que se vean las contradicciones. Para cambiar su conciencia, es preciso empezar a darse cuenta de las contradicciones de su vida, por medio de una observación de sus actos directa e imparcial. O, dicho de otra manera, cuando empieza a ver sus contradicciones, su ser ya se está modificando, debido a otra manera de ver el mundo.

Leer más...

jueves, marzo 02, 2017

Esencia y Personalidad

La Esencia desciende a la Tierra y allí se forma para ella un cuerpo físico con sustancias que derivan de ambos padres. De estas sustancias, que constituyen series separadas y distintas de los materiales necesarios para la formación de un cuerpo, algunas son seleccionadas del padre y otras de la madre, siendo el resto desechado. La Esencia es anterior al cuerpo por cuyo medio se pone en contacto con el mundo. Sobre este particular, es preciso corregir nuestro acostumbrado punto de vista que se funda en los sentidos según el cual los padres hacen al niño. Proveen algunos materiales que se elaboran en ellos, y todo lo demás es hecho. La única cosa que cabe decir es que los padres hicieron la unión de las dos series de materiales. Entonces, si una Esencia individual busca manifestarse, resulta de ello un niño.

Ahora bien, la muerte de varios millones de seres, en la forma de espermatozoides, está implicada en el primer contacto de la Esencia con la Tierra. La presencia y la muerte de esta vasta cantidad de células vivientes es al parecer necesaria para que una de ellas pase del cosmos de las células al cosmos del Hombre y alcance así su meta mediante un desarrollo completo. Entendemos que el objeto de la Esencia al descender a la Tierra y buscar un cuerpo es el de permitirle llegar a su completo desarrollo. Pero la Esencia solo puede crecer hasta cierto punto bajo las condiciones existentes y que requieren un alimento especial para un desarrollo ulterior. Cabe tener la seguridad de que ese alimento especial implica la muerte de otra cosa. En este caso implica la muerte de la personalidad. Es preciso comprender aquí que el cuerpo no es la Esencia misma. El cuerpo llega a su completo desarrollo por sí mismo si se le proporciona el alimento físico. Pero no ocurre así con la Esencia, que necesita un alimento espiritual. La historia del desarrollo de la Esencia no es la historia del desarrollo del cuerpo. Un cuerpo completamente desarrollado no significa una Esencia completamente desarrollada.

Primero es la Esencia y el cuerpo solamente. Luego la Esencia es activa. Después se forma gradualmente en torno de la Esencia una cubierta llamada Personalidad que cubre la Esencia. Mientras tanto el cuerpo prosigue creciendo. Por regla general el hombre no alcanza otra etapa. Su cuerpo crece. Su Esencia permanece subdesarrollada después de un breve crecimiento, y la personalidad se ha formado. El centro de atracción del hombre se desplaza cada vez más hacia la parte exterior llamada personalidad que el mundo está formando en él, sobre todo por la imitación. El hombre, por así decir, expresa al exterior lo que no es él. De este modo la personalidad se hace activa y la Esencia se hace pasiva.

Son muy escasos los que después de haberse dirigido hacia el exterior bajo la acción hipnótica del mundo de los sentidos llegan a retornar. El hombre que vive y muere en ese estado, en el cual la personalidad es activa y la Esencia pasiva, es incompleto, está vacío. Tal hombre es, en sentido general, un hombre dormido. El alimento que necesita la Esencia para desarrollarse es la Personalidad que se ha formado en tomo de ella. Pero depende de su comprensión el que la Esencia obtenga su alimento. El hombre debe primero despertar antes que sea posible y para ello debe lograr el conocimiento. Por medio del despertar se siente cada vez menos la personalidad.

En este sentido la personalidad empieza a morir. Muchos aspectos deben morir para que el hombre pueda nacer de nuevo. Así vemos que esos aspectos que forman la población de la personalidad deben disponerse en un orden correcto —a saber, los "aspectos" que pueden despertar deben estar por encima de los que no pueden. Un "aspecto" negativo debe morir. Esto es, debe ser relegado al lugar más alejado y no hay que darle alimento. Somos más lo que más alimentamos. Si amamos más los aspectos negativos los alimentamos más. Al dejar de amar muchos "aspectos" cuya calidad vemos que no nos convienen, dejamos de alimentarlos con nuestra fuerza y empiezan a marchitarse.

Cuando extraemos la fuerza, mediante la no identificación, y comprendemos por qué lo hacemos, la fuerza es retirada de la personalidad y llevada a la Esencia. Por eso es menester atacar la personalidad para debilitarla. La observación sirve para que tengamos conciencia de la personalidad, con todos sus "aspectos", actitudes, defensas, espejos, roles, etc. Si no trabajamos sobre la personalidad usará toda nuestra fuerza para sí misma y no dará nada a la Esencia. La Esencia, que en realidad es nuestro ser, pasará hambre. Si no hacemos nada con la personalidad seguiremos siendo en consecuencia casas sin terminar, gentes dormidas en nosotros mismos, y como tales, ya que fuimos creados como organismos capaces de desarrollo propio, resultaremos experimentos inútiles, fracasos, sea cual fuere nuestro lugar en el mundo. La Esencia fue puesta en conexión con un cuerpo, el cuerpo ha crecido. La Esencia ha crecido un poco y la personalidad la rodeó. Todo está preparado ahora para el desarrollo de si mediante la muerte de la personalidad. Es en esta etapa en la que el desarrollo de si puede empezar. Por regla general, ninguna otra cosa tiene lugar. El hombre vive y muere como una semilla —dormido en un mundo de gentes dormidas—. Pero no se da cuenta que las cosas suceden así, aunque lo haya oído decir muchas veces.

Leer más...

martes, febrero 28, 2017

Mentira Principal

El orgullo y el deseo no pueden darse por separado. El orgullo es una manifestación del egoísmo y el deseo es una manifestación de ambos.

El deseo de la personalidad ha de ser sacrificado. Una persona suele poner objeciones a una cosa y reparos a otra, o exigir una cosa, o reivindicar algo antes de aceptar cosa alguna. Son todas estas manifestaciones de la personalidad bajo el aspecto del orgullo de si, del egoísmo y del deseo.

La personalidad adquirida dirige nuestra vida. Lo difícil para una persona, ya sea hombre o mujer, es no discernir durante mucho tiempo que esto es así. Los seres humanos, es curioso observarlo, o presumen de ser orgullosos o dicen que no tienen orgullo alguno. El orgullo está en todos pero en algunos el Rasgo Principal está conectado directamente con dicho orgullo y en otros tan solo indirectamente. El orgullo es una cualidad latente en todos nosotros cuya observación no es fácil, pero suele levantar una barrera muy solida contra todo adelanto en el desarrollo interior.

Justificamos nuestro orgullo muy fácilmente, pero cuando por medio de la percepción interior empezamos a saborear esta fría, dura e inquebrantable cualidad nos damos cuenta de la importancia de suavizarla y de ponernos en el lugar de aquellos a quienes condenamos debido a nuestro orgullo sintiéndonos mejores que ellos.

Ahora bien, supongamos que contemplas al orgullo como una experiencia personal diaria por medio de la observación. Entonces ves a uno de esos dos gigantes, el orgullo y la vanidad, que andan delante de nosotros y deciden nuestra vida.

Si ya empiezas a comprender verás que se debe luchar contra el orgullo, en cualquiera de las formas en las cuales se expresa en tu vida. Recuerda que el orgullo suele resultar el origen del Rasgo Principal. Entonces oirás, comprenderás y acatarás una nueva manera de actuar lo que manifestará un nuevo nivel de conciencia, y esto hará de ti una persona nueva.

Este trabajo no añade a lo que eres ahora, sino que es una transformación. Esta toma de conciencia te va a cambiar, no agrega algo en ti tal como eres, sino que cambia completamente lo que eres ahora. No se puede hacer este trabajo y seguir siendo la misma persona.

Leer más...

sábado, febrero 25, 2017

Desarrollo Interior del Hombre

El desarrollo espiritual, la comprensión espiritual, es algo que se sustrae a los hechos puntuales de los sentidos. El desarrollo interior del hombre no se realizará a través de la ciencia y nunca lo será a no ser que los descubrimientos de la ciencia observen el aspecto espiritual. Es la comprensión espiritual lo que eleva a un hombre por encima del nivel sensorial de la mente.

Un hombre gobernado por sus sentidos, que solo cree en las realidades que le muestran sus cinco sentidos y se niega a creer que él puede ser otra cosa, algo que esté por encima de la realidad física, un hombre que cree que la naturaleza se creó a sí misma accidentalmente —que el átomo de una manera u otra llego a existir con sus terribles fuerzas encadenadas— tal hombre está muerto en sí mismo. Esta muerto espiritualmente.

El poder del evidente mundo externo junto con el poder de la ciencia hace creer que la dirección del desarrollo del hombre está fuera de él si quiere investigar y controlar la materia.

Un hombre sensorial es aquel que solo sigue lo que ve y carece de las ideas que pueden desarrollar la comprensión, personifica al hombre que muere o es muerto. Esto no se refiere a la muerte física. Se refiere al alma, al lado espiritual del hombre —porque un hombre puede estar espiritualmente muerto y físicamente vivo, cuando vive en contra de sí mismo, esto es, en contra de su alma—

Un hombre que encuentra una nueva vida en sí mismo, un nuevo significado, empezará a vivir de un modo diferente en medio de la vida porque ya no vive más desde sí mismo, desde su voluntad de sí, sino desde una serie de ideas que nada tienen que ver con la vida externa sino que se refiere al desarrollo interior de su propia alma hacia un nivel más elevado. Por eso se dice que si un hombre que ha vivido de cualquier manera y su alma sub-desarrollada que, casi como la de un animal, es la principal sede de su deseo y amor de sí —si tal hombre cambia, entonces "todas las transgresiones que cometió, no le serán recordadas; en su justicia que hizo vivirá". (Ezequiel, XVIII, 22.)

Somos, en suma, un acopio de hábitos. Esto es, somos simplemente maquinas. Decimos las mismas cosas una y otra vez, reaccionamos contra los mismos sucesos de la misma manera, nos encolerizamos del mismo modo, llegamos a ser negativos de la misma manera. Todo esto nos mantiene en un estado de sueño, en un nivel inferior de conciencia al que estamos destinados por derecho alcanzar.

Leer más...