La respiración y la energía están tan íntimamente ligadas como el corazón lo está a la sangre.
Bastan unos cinco minutos, más o menos, de respiración consciente y conectada para que comience a producirse un buen número de sensaciones. Desde hormigueos en las manos hasta desfallecimiento; dejaremos casi de respirar durante un largo periodo de tiempo, porque hacerlo representará un gran esfuerzo.
A veces se sienten también nauseas, ahogos, espasmos musculares y/o subidas y bajadas extremas de temperatura.
Todas y cada una de las partes del cuerpo que alguna vez han sufrido dolor, se volverán hipersensibles con la respiración consciente y conectada.
Recordaremos nuestro nacimiento, así como la existencia prenatal en la matriz.
Sin duda, "sentiremos" con toda intensidad. Acudirán a nosotros sentimientos de tristeza, vergüenza, rabia, miedo, descontrol, vulnerabilidad, desamparo, tratando de aflorar a la superficie.
Pero, sentiremos también que el hormigueo por todo el cuerpo, desencadena una excitación que produce un éxtasis gozoso; oleadas de placer sexual por todo el organismo; una relajación muy profunda; una honda comprensión de la naturaleza de la vida; intensas visiones místicas y un renacimiento espiritual que no podremos olvidar. Descubriremos en nuestras células la conexión esencial entre respiración, emoción y energía.
Los beneficios de la respiración consciente y conectada, son reconocidos por los practicantes asiduos, pues, cuando se mantiene este tipo de respiración durante un tiempo adecuado, las molestias desaparecen dando paso a una sensación cada vez más placentera.
El poder de la respiración, suficientemente demostrado, reside en que cuando respiramos intensamente, el continuo flujo de energía atraviesa y abre nuestros viejos patrones de comportamiento, llenos de contracción, limitación y miedo; aportando luz donde sólo había oscuridad, suavizando y relajando las zonas más duras y dolorosas de nuestra experiencia personal y transformando las antiguas heridas emocionales en un gozo que ahora solo irradia amor.
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