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jueves, marzo 02, 2017

Esencia y Personalidad

La Esencia desciende a la Tierra y allí se forma para ella un cuerpo físico con sustancias que derivan de ambos padres. De estas sustancias, que constituyen series separadas y distintas de los materiales necesarios para la formación de un cuerpo, algunas son seleccionadas del padre y otras de la madre, siendo el resto desechado. La Esencia es anterior al cuerpo por cuyo medio se pone en contacto con el mundo. Sobre este particular, es preciso corregir nuestro acostumbrado punto de vista que se funda en los sentidos según el cual los padres hacen al niño. Proveen algunos materiales que se elaboran en ellos, y todo lo demás es hecho. La única cosa que cabe decir es que los padres hicieron la unión de las dos series de materiales. Entonces, si una Esencia individual busca manifestarse, resulta de ello un niño.

Ahora bien, la muerte de varios millones de seres, en la forma de espermatozoides, está implicada en el primer contacto de la Esencia con la Tierra. La presencia y la muerte de esta vasta cantidad de células vivientes es al parecer necesaria para que una de ellas pase del cosmos de las células al cosmos del Hombre y alcance así su meta mediante un desarrollo completo. Entendemos que el objeto de la Esencia al descender a la Tierra y buscar un cuerpo es el de permitirle llegar a su completo desarrollo. Pero la Esencia solo puede crecer hasta cierto punto bajo las condiciones existentes y que requieren un alimento especial para un desarrollo ulterior. Cabe tener la seguridad de que ese alimento especial implica la muerte de otra cosa. En este caso implica la muerte de la personalidad. Es preciso comprender aquí que el cuerpo no es la Esencia misma. El cuerpo llega a su completo desarrollo por sí mismo si se le proporciona el alimento físico. Pero no ocurre así con la Esencia, que necesita un alimento espiritual. La historia del desarrollo de la Esencia no es la historia del desarrollo del cuerpo. Un cuerpo completamente desarrollado no significa una Esencia completamente desarrollada.

Primero es la Esencia y el cuerpo solamente. Luego la Esencia es activa. Después se forma gradualmente en torno de la Esencia una cubierta llamada Personalidad que cubre la Esencia. Mientras tanto el cuerpo prosigue creciendo. Por regla general el hombre no alcanza otra etapa. Su cuerpo crece. Su Esencia permanece subdesarrollada después de un breve crecimiento, y la personalidad se ha formado. El centro de atracción del hombre se desplaza cada vez más hacia la parte exterior llamada personalidad que el mundo está formando en él, sobre todo por la imitación. El hombre, por así decir, expresa al exterior lo que no es él. De este modo la personalidad se hace activa y la Esencia se hace pasiva.

Son muy escasos los que después de haberse dirigido hacia el exterior bajo la acción hipnótica del mundo de los sentidos llegan a retornar. El hombre que vive y muere en ese estado, en el cual la personalidad es activa y la Esencia pasiva, es incompleto, está vacío. Tal hombre es, en sentido general, un hombre dormido. El alimento que necesita la Esencia para desarrollarse es la Personalidad que se ha formado en tomo de ella. Pero depende de su comprensión el que la Esencia obtenga su alimento. El hombre debe primero despertar antes que sea posible y para ello debe lograr el conocimiento. Por medio del despertar se siente cada vez menos la personalidad.

En este sentido la personalidad empieza a morir. Muchos aspectos deben morir para que el hombre pueda nacer de nuevo. Así vemos que esos aspectos que forman la población de la personalidad deben disponerse en un orden correcto —a saber, los "aspectos" que pueden despertar deben estar por encima de los que no pueden. Un "aspecto" negativo debe morir. Esto es, debe ser relegado al lugar más alejado y no hay que darle alimento. Somos más lo que más alimentamos. Si amamos más los aspectos negativos los alimentamos más. Al dejar de amar muchos "aspectos" cuya calidad vemos que no nos convienen, dejamos de alimentarlos con nuestra fuerza y empiezan a marchitarse.

Cuando extraemos la fuerza, mediante la no identificación, y comprendemos por qué lo hacemos, la fuerza es retirada de la personalidad y llevada a la Esencia. Por eso es menester atacar la personalidad para debilitarla. La observación sirve para que tengamos conciencia de la personalidad, con todos sus "aspectos", actitudes, defensas, espejos, roles, etc. Si no trabajamos sobre la personalidad usará toda nuestra fuerza para sí misma y no dará nada a la Esencia. La Esencia, que en realidad es nuestro ser, pasará hambre. Si no hacemos nada con la personalidad seguiremos siendo en consecuencia casas sin terminar, gentes dormidas en nosotros mismos, y como tales, ya que fuimos creados como organismos capaces de desarrollo propio, resultaremos experimentos inútiles, fracasos, sea cual fuere nuestro lugar en el mundo. La Esencia fue puesta en conexión con un cuerpo, el cuerpo ha crecido. La Esencia ha crecido un poco y la personalidad la rodeó. Todo está preparado ahora para el desarrollo de si mediante la muerte de la personalidad. Es en esta etapa en la que el desarrollo de si puede empezar. Por regla general, ninguna otra cosa tiene lugar. El hombre vive y muere como una semilla —dormido en un mundo de gentes dormidas—. Pero no se da cuenta que las cosas suceden así, aunque lo haya oído decir muchas veces.

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