Hola ! ! !
existe la certeza de ser lo que nunca perdimos.
El conocimiento de la conciencia de ser
es la única Libertad que tenemos.
Adelante, están invitados. Bienvenid@s !!!
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nos lo hacen saber y serán retiradas inmediatamente.
martes, enero 21, 2025
Desafiando Límites
Cada uno de nosotros siente su existencia a través de su cuerpo y de su mente. Cada uno “es” por intermedio de esos aspectos perceptivos de su ser, sólo en raras y especiales ocasiones llega a percibir, de manera tenue y fugaz, su aspecto trascendental.
Más allá de su cuerpo y de su mente, a través de los cuales se afirma y reafirma de manera continua, su inmutable realidad, siempre presente, lo sostiene de forma invisible. Idealmente un hombre debería funcionar a partir de todos los aspectos de su ser, relacionando y reconciliando los innumerables patrones de energía que provienen de diversos niveles.
La frustración aparece cuando hay un desfase entre cuerpo y mente, cuando no llevan el mismo paso ni se comunican entre sí de manera armónica. Muy a menudo, un ritmo acelerado hace que la mente se adelante al cuerpo, o bien una constricción corporal perturba la relación con la parte pensante. Ver ese desfase es el primer paso hacia la armonía.
Hay un incremento de la conciencia que sigue el flujo natural. Una atención equilibrada, sostenida durante un breve periodo, culmina de manera invariable en la reconciliación del cuerpo y de la mente, desarrolla la sensibilidad y permite el acceso a otro nivel. La sensación, la práctica de dirigir la atención a una parte o área específica del cuerpo, amplía y profundiza la recepción de impresiones, confiere una mayor inteligencia a las funciones automatizadas del cuerpo.
Verse a sí mismo, particularmente como un todo, allana el camino y ayuda a fortalecer la capacidad de ver las asociaciones y pensamientos que flotan al azar en la cabeza. Esta práctica, junto a la observación de nuestros estados de ánimo y de nuestras emociones cambiantes, plantea la pregunta acerca de la existencia de una realidad superior atrás o dentro de esa corporeidad que uno llama “yo”.
Más allá de su cuerpo y de su mente, a través de los cuales se afirma y reafirma de manera continua, su inmutable realidad, siempre presente, lo sostiene de forma invisible. Idealmente un hombre debería funcionar a partir de todos los aspectos de su ser, relacionando y reconciliando los innumerables patrones de energía que provienen de diversos niveles.
La frustración aparece cuando hay un desfase entre cuerpo y mente, cuando no llevan el mismo paso ni se comunican entre sí de manera armónica. Muy a menudo, un ritmo acelerado hace que la mente se adelante al cuerpo, o bien una constricción corporal perturba la relación con la parte pensante. Ver ese desfase es el primer paso hacia la armonía.
Hay un incremento de la conciencia que sigue el flujo natural. Una atención equilibrada, sostenida durante un breve periodo, culmina de manera invariable en la reconciliación del cuerpo y de la mente, desarrolla la sensibilidad y permite el acceso a otro nivel. La sensación, la práctica de dirigir la atención a una parte o área específica del cuerpo, amplía y profundiza la recepción de impresiones, confiere una mayor inteligencia a las funciones automatizadas del cuerpo.
Verse a sí mismo, particularmente como un todo, allana el camino y ayuda a fortalecer la capacidad de ver las asociaciones y pensamientos que flotan al azar en la cabeza. Esta práctica, junto a la observación de nuestros estados de ánimo y de nuestras emociones cambiantes, plantea la pregunta acerca de la existencia de una realidad superior atrás o dentro de esa corporeidad que uno llama “yo”.
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