CENTRO FÉNIX DE NATUROPATÍA
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Más allá de las limitaciones impuestas por la percepción,
existe la certeza de ser lo que nunca perdimos.
El conocimiento de la conciencia de ser
es la única Libertad que tenemos.
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domingo, junio 16, 2024

En Cursiva

¿Te has preguntado alguna vez por qué ya no enseñan a los niños a escribir en cursiva?
Y no, no es casualidad que cada vez suelen usarlo menos.

Escribir en cursiva significa traducir pensamientos a palabras; te obliga a no quitar la mano del papel. Un esfuerzo estimulante, que te permite asociar ideas, atarlas y ponerlas en relación.

Ni por casualidad la palabra cursiva proviene del latín «currere», que corre, que fluye, porque el pensamiento está alado, corre, vuela.
Por supuesto, la cursiva no tiene cabida en el mundo de hoy, un mundo que hace todo lo posible para ralentizar el desarrollo del pensamiento, para rellenarlo.

Creo que la cursiva nació en Italia y luego se extendió por todo el mundo. ¿Por qué? Porque era compacto, elegante, una escritura clara.

Pero la nuestra es una sociedad que ya no tiene tiempo para la elegancia, para la belleza, para la complejidad; tenemos sintéticos pero no claridad, velocidad pero no eficiencia, información pero no conocimiento.
Sabemos demasiado y demasiado poco porque ya no somos capaces de poner las cosas en relación.
La gente ya no puede pensar.

Esta es la razón por la que deberíamos volver a escribir en cursiva, especialmente en la escuela. Porque esto no se trata solo de recuperar un estilo de escritura, sino de volver a dar aliento a nuestros pensamientos.

Todo lo que nos hace vivir, que alimenta el alma, que sostiene el espíritu, está conectado a la respiración.
Sin aliento, como decían los antiguos griegos, no hay pensamiento. Y sin pensamientos no hay vida. Si es importante o no, dejaré que tú lo decidas...

Guendalina Middei - escritora

sábado, mayo 18, 2024

Sexalescencia

Nace la sexalescencia, hombres y mujeres nacidos en los años 50 y 60's, sin planes de envejecer.

Circula por las redes sociales un artículo del Dr. Manuel Posso Zumárraga del que surge un nuevo término, la sexalescencia, para identificar a un grupo de adultos de 60 o más años.

Describe hombres y mujeres que manejan las nuevas tecnologías, modernos, progresistas, con ganas de disfrutar de la vida, aprender, colaborar con la sociedad, viajar, conocer gente nueva, y ser dueños de su destino, renunciando a la ubicación como personas de la tercera edad.

Es una generación que ha echado fuera del idioma la palabra “sexagenario”, porque sencillamente no tiene entre sus planes actuales la posibilidad de envejecer. Se trata de una verdadera novedad demográfica parecida a la aparición, en su momento, de la “adolescencia”, que también fue una franja social nueva que surgió a mediados del Siglo XX.

Este nuevo grupo humano que hoy ronda los sesenta o setenta, ha llevado una vida razonablemente satisfactoria. Son hombres y mujeres independientes que trabajan desde hace mucho tiempo y han logrado cambiar el significado tétrico que tanta literatura le dio durante décadas al concepto del trabajo.

Lejos de las tristes oficinas, muchos de ellos buscaron y encontraron hace mucho la actividad que más le gustaba y se ganan la vida con eso. Debe ser por esto que se sienten plenos; algunos ni sueñan con jubilarse. Los que ya se han jubilado disfrutan con plenitud de cada uno de sus días sin temores al ocio o a la soledad. Disfrutan el ocio, porque después de años de trabajo, crianza de hijos, carencias, desvelos y sucesos fortuitos bien vale mirar el mar con la mente vacía.

Se escriben, y se ven, con los hijos que están lejos y hasta se olvidan del viejo teléfono para contactar a sus amigos. Por lo general están satisfechos de su estado civil y si no lo están, no se preocupan por cambiarlo.

A diferencia de los jóvenes; los sexalescentes conocen y ponderan todos los riesgos. Nadie se pone a llorar cuando pierde: sólo reflexiona, toma nota, cultivan su propio estilo… Ellos no envidian la apariencia de jóvenes astros del deporte, ni ellas sueñan con tener la figura de una vedette. En lugar de eso saben de la importancia de una mirada cómplice, de una frase inteligente o de una sonrisa iluminada por la experiencia. Hoy la gente de 60 o 70, como es su costumbre, está estrenando una edad que todavía no tiene nombre, antes los de esa edad eran viejos, hoy están plenos física e intelectualmente, recuerdan la juventud, pero sin nostalgias y ellos lo saben.

La gente de 60 y 70 años de hoy celebra el Sol cada mañana y sonríe para sí misma muy a menudo… hacen planes con su propia vida, no con la de los demás.

domingo, abril 21, 2024

Ley de Tres - Segunda Parte

Esta entrada es una continuación de otra anterior que se puede ver a través de este enlace: Ley de Tres - Primera Parte

2. Dos: El Absoluto, la Unidad, al hacerse consciente de sí, crea la multiplicidad o polaridad. El uno se hace dos. Dos no es uno más uno. Metafísicamente, el dos nunca puede ser la suma de uno más uno, ya que sólo hay un uno, que es el Todo.

El Dos expresa la oposición fundamental, la contrariedad fundamental de la naturaleza: la polarización. Y la polaridad es fundamental para todos los fenómenos sin excepción. En el mito egipcio, esta oposición fundamental se describe vívidamente en el interminable conflicto entre Set y Horus (finalmente reconciliados tras la muerte del rey). La escisión primordial provoca, postula, la reacción. La ciencia moderna es consciente de la polaridad fundamental de los fenómenos, aunque sin reconocer sus implicaciones o su naturaleza necesariamente trascendente. La energía es la expresión mensurable de la rebelión del espíritu contra su confinamiento en la materia. No hay modo alguno de expresar esta verdad fundamental en un lenguaje científico aceptable. Pero el lenguaje del mito lo expresa de forma elocuente: en Egipto se representa a Ptah, el creador de las formas, aprisionado, envuelto en ropas ajustadas.

La polaridad es fundamental para todos los fenómenos sin excepción, pero cambia de aspecto según la situación. Este hecho se refleja en el lenguaje común. Aplicamos nombres distintos en función de la situación o de la categoría de los fenómenos: negativo, positivo; activo, pasivo; masculino, femenino; favorecedor, entorpecedor; afirmativo, negativo; sí, no; verdadero, falso; cada par representa un aspecto distinto del mismo principio fundamental de polaridad. En aras de la claridad y la precisión, distinguimos cuidadosamente entre estos conjuntos de polaridades según su función específica en una situación dada. Y es cierto que, al hacerlo, podemos ganar en claridad y precisión; pero, al mismo tiempo, podemos perder de vista —y, en la ciencia, sucede inevitablemente— la naturaleza cósmica y omnímoda de la polaridad. En el mito se evita este peligro. Aquí, la naturaleza cósmica se intensifica, y el erudito, filósofo o artista individual utiliza el aspecto concreto del principio que se aplica a su tarea o a su investigación, sea ésta la que fuere. Así, no hay que sacrificar la precisión y la claridad en aras de la difusión.

El Dos, considerado en sí mismo, representa un estado de tensión primordial o principal. Es una situación hipotética de opuestos eternamente irreconciliables (en la naturaleza no existe tal estado). El Dos es estático. En el mundo del Dos nada puede ocurrir.

3- Tres. Entre las fuerzas opuestas se debe establecer una relación. Y el establecimiento de esta relación constituye, en sí mismo, la tercera fuerza. El Uno, al hacerse Dos, simultáneamente se hace Tres. Y este «hacerse» es la tercera fuerza, que proporciona automáticamente el principio, inherente y necesario (y misterioso), de reconciliación.

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domingo, abril 14, 2024

Respiración Curativa

La mayor parte de la gente pasan sus vidas sin prestar la más mínima atención a la actividad más importante para vivir: la Respiración. Es por ello que no es tarea fácil intentar explicar toda la importancia y sobre todo el poder que se tiene y se experimenta después de realizar de manera consciente y conectada el acto de respirar, para nuestra vida, tanto en el ámbito físico, como emocional y mental.

Respirar de una manera consciente, plena, libre y saludable solo supone aprender una sencillísima técnica; no obstante, esto no quiere decir que el proceso sea fácil. Existen fuertes patrones de represión bloqueados que forman parte de nuestra manera de vivir que pueden resultar muy complicado, cuando no realmente perturbador, el resolverlos. La clave de la seguridad, para quien quiera adentrarse en esta técnica, es la siguiente: la respiración no puede hacerte daño si nunca se traspasan los límites en que deja de ser beneficiosa. Como norma, se toma conciencia solo de aquellos patrones y hábitos de comportamiento que la persona sea capaz de solucionar en cada momento.

Es muy importante practicar el proceso de respiración con un guía experimentado, para que nos muestre cómo se manifiestan los patrones de represión y la manera de resolverlos respirando. De esta manera nunca suceden experiencias desagradables.

Las reglas básicas que deben regir para facilitar el proceso son:
1. Crear un ambiente propicio para las sesiones de respiración.
2. El practicante ha de mantener los ojos cerrados durante la sesión, para poder conectar con todo lo que vaya ocurriendo en su interior; ya que todo se encuentra ahí.
3. Las sesiones se hacen tumbado, siempre que no haya impedimento que lo desaconseje. Ello va a permitir que el cuerpo se relaje mejor.
4. La persona que está respirando ha de estar callada, prestando atención a las sensaciones que sienta en su cuerpo, a los sentimientos, pensamientos y cualquier detalle que se presente, sin dejar de respirar en ningún momento.
5. Si parece que "no está pasando nada", la persona ha de continuar respirando y seguir prestando atención a ese tipo de sensación, así como los sentimientos y sensaciones al respecto.

La respiración remueve, para resolver todas las experiencias, patrones y hábitos que configuran nuestro pasado y nos atan a un futuro lleno de incertidumbre, mediante una intensa experiencia física y emocional.
Una de las mayores lecciones de la respiración consciente es que nos enseña que somos nosotros mismos quienes nos sanamos a través de una respiración primaria y fácilmente accesible.
A lo largo de todo el proceso se mantiene vigente la instrucción básica: respira y siente, respira y siente. A la que se le añade: confía en el proceso.
Mediante la respiración consciente, en poco minutos aflora a nuestra conciencia un amplio espectro de experiencias, sensaciones físicas, vívidos recuerdos, pensamientos desordenados de todo tipo, imágenes visuales, emociones con gran fuerza, etcétera. El desafío es siempre le mismo: mantenerse en la respiración y aceptarlo todo como el flujo libre del movimiento de la energía.

Aunque parezca muy sencillo, resulta bastante complicado mantener una respiración continuada. Es por eso que necesitamos de la ayuda de un guía para apoyarnos en el proceso de liberar nuestra respiración.

lunes, marzo 11, 2024

Ley de Tres - Primera Parte

Parece extraño clasificar los números en «limitados e ilimitados; pares e impares; sencillos y múltiples; derechos e izquierdos; masculinos y femeninos; rectangulares y curvados; claros y oscuros; buenos y malos; cuadrados y oblongos». Y nos parece igualmente extraño denominar al cinco el número del «amor», y al ocho, el de la «justicia». Pero nos parecerá menos extraño si examinamos el pensamiento que llevó a realizar dichas atribuciones.

El hecho de que la mente humana pueda discriminar demuestra que el número dos tiene un significado distinto al del uno. La capacidad de distinguir implica diferencia, y la diferencia requiere el dos para tener algún significado.
Evidentemente, podemos crear trampas lingüísticas, y afirmar que no hay forma de probar que el lenguaje se corresponde con la «realidad». Este tipo de trampa no tiene escapatoria. Pero si concedemos que, de algún modo, el lenguaje se corresponde con la realidad, entonces, desde el punto de vista filosófico, el número adquiere significado, y los números dejan de ser meras abstracciones intelectuales.

Por la experiencia cotidiana, somos conscientes de que el universo constituye un sistema increíblemente heterogéneo hecho de una multiplicidad de aparentes unidades. Una persona es una unidad, hecha de una multiplicidad de células, cada una de las cuales es una unidad hecha de una multiplicidad de moléculas, cada una de las cuales es una unidad hecha de una multiplicidad de átomos, cada uno de los cuales es una unidad hecha de una multiplicidad de «partículas», para cuya descripción ya no basta el lenguaje ordinario: vistas de una manera, son partículas, o unidades; vistas de otra, son formas de comportamiento de la energía; y es la energía lo que hoy se considera la unidad última que subyace al universo material.

La misma línea de pensamiento, aplicada a la esfera macrocósmica, lleva a la misma conclusión. La persona es una unidad que constituye un aspecto del planeta Tierra, el cual es una unidad, que, a su vez, forma parte del sistema solar, el cual es una unidad... y así sucesivamente hasta las galaxias, que, en su conjunto, constituyen la inimaginable unidad que llamamos «universo». Los positivistas y ciertos filósofos lingüísticos podrían argumentar que el concepto de universo es una falacia, que el universo es una ilusión, que no es más que la suma de sus partes. Pero, en ese caso, una persona —o un positivista— es también una falacia y una ilusión, porque tampoco es más que la suma de sus partes.

La multiplicidad presupone la unidad. La multiplicidad carece de sentido a menos que también la unidad lo tenga. Ambos términos confieren un significado real al número, y no meramente abstracto.
Es el modo en que nuestros sentidos reciben la información el que crea un problema automático y, a menudo, insuperable. La multiplicidad asalta nuestros sentidos por todas partes, mientras que las unidades a las que denominamos «persona», «célula» y «molécula» son provisionales y relativas; y nosotros lo sabemos. Filosófica y lógicamente, podemos postular una unidad última, pero ésta resulta impalpable para nuestros sentidos.

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sábado, febrero 24, 2024

Autoeficacia

Autoeficacia es el juicio positivo de nuestra capacidad de actuar. Pero, la autoeficacia no es lo mismo que nuestras capacidades reales, sino más bien lo que creemos que podemos llegar a hacer con ellas. Por sí sola, nuestra capacidad no basta para garantizar el desempeño óptimo, sino que también debemos creer en ella para poder sacarle el máximo provecho.

Las personas autoeficaces afrontan sin dificultades los desafíos pero quienes dudan de sí mismos la mayor parte de las veces ni siquiera lo intentan, por bien que puedan hacerlo. Dicho de otra manera, la confianza en uno mismo alienta nuestras esperanzas mientras que la duda las socava.

Existe una relación muy estrecha entre la conciencia de uno mismo y la autoconfianza. Cada uno de nosotros dispone de un mapa interno de sus propias preferencias. La sensación de autoeficacia es específica de un dominio concreto, ya que lo bien que creamos que podemos desempeñar una labor no equivale a lo que podamos hacer en un dominio paralelo de la vida cotidiana.

Se suelen evitar aquellas situaciones o entornos en los que se tiene miedo de fracasar, aun cuando realmente se posean las capacidades requeridas para poder afrontar con éxito una determinada tarea porque, si no creemos ser capaces de superar sus desafíos, nos comportaremos de un modo que terminará abocándonos en el fracaso. La misma idea de que “no puedo hacerlo” resulta paralizante.

Tener el necesario valor de expresarse y la idea de poder saltarse las reglas y los procedimientos usuales, son las cualidades distintivas de la confianza en uno mismo.
Las personas dotadas de una mayor confianza en sí mismas serán las que se hallen más dispuestas a asumir el riesgo de expresar y denunciar los problemas y las injusticias que los demás solo se atreven a eludir o mencionar en voz baja.

lunes, febrero 19, 2024

Energía Vital


Siempre ha existido una energía oculta, una fuerza vital, en las cosas que son auténticas y genuinas. Esta energía emana de cosas reales, naturales y, como el contacto humano, el amor, el arte hecho con el ingenio sensible, la música tocada por humanos, todo lo relacionado con la naturaleza, los animales, los árboles.

No se necesitan pruebas de ello, sólo un sentimiento. Y tendría curiosidad por saber si nos van a poder engañar haciéndonos pensar que todo estaría bien si esta energía estuviera ausente. Dudo que se pueda saber de inmediato.

Esta energía oculta está en todas partes y, a lo largo de los siglos, los seres humanos se han alejado cada vez más de ella. Hubo un tiempo en que estuvo presente en casi todo. Si las manos humanas tenían voz y voto en la creación de algo, estaba ahí. Los artesanos que construyeron su hogar en el siglo XIX, a través de sus manos, con el corazón y mente hábiles, transmitieron esta energía oculta. Los artistas que crean esculturas, pinturas y música siempre presentaron en su trabajo algo que la gente admiraba y encontraba reconfortante. Se encontraba en la poesía, la literatura y cualquier cosa creada por un ser humano.

Y, por supuesto, se encontraba en el amor y el amor transmitido de un ser humano a otro a través del tacto, el abrazo, el estar presente y hacer el amor. El contacto visual fue suficiente incluso para transmitir esta energía oculta. Al reunirse, estuvo presente. Caminar de la mano por la calle o por un prado. Se hizo presente en una sonrisa y un gesto cortés.

Sin embargo, a lo largo de los tiempos recientes, hemos hecho todo lo posible para erradicar cualquier cosa que transmita esta energía oculta. Luchamos por reemplazar a los artesanos humanos, luchamos por mecanizar la construcción, luchamos por sustituir a los humanos y el contacto humano siempre que podamos. Incluso sustituyendo al personal de caja y a los camareros en los restaurantes, estamos destruyendo la transmisión del alma. Estamos perdiendo rápidamente esta energía oculta. Todavía está aquí hasta cierto punto, pero está desapareciendo rápidamente.

El transhumanismo lidera el grupo en este esfuerzo, pero vemos el desgarro de esta energía dondequiera que miremos si observamos con atención. Debido a que es una energía oculta, es fácil pasarla por alto. Y como nadie parece pensar que sea importante, como una vitamina faltante que es esencial para la vida, nadie está haciendo un esfuerzo por detener este ataque. Nuestra conexión con el espíritu es a través de nuestra conexión con la naturaleza y nuestra creatividad humana. Somos humanos y, como humanos, participamos en el mundo natural de la creación. Cuando nosotros, como seres humanos, tocamos algo, amamos algo y creamos algo desde el corazón, expresamos humanidad y, por tanto, expresamos la naturaleza y, por tanto, expresamos la Creación. Cuando esta expresión desaparezca, nosotros no tenderemos sentido.

jueves, febrero 15, 2024

Los Hemisferios Cerebrales

Nuestro cerebro está dividido en los hemisferios derecho e izquierdo que están unidos y comunicados por medio del cuerpo calloso.
Tener dos hemisferios es importante para un órgano fundamental como el cerebro, porque en ocasiones, si hay una lesión en un hemisferio del cerebro que afecte alguna función, el otro hemisferio puede llegar suplirla y realizarla.

Los dos hemisferios están separados, pero también comunicados por el cuerpo calloso, que es una porción de masa encefálica que contiene también infinidad de fibras nerviosas.

Los dos hemisferios no son idénticos. Comparten algunas funciones como las del pensamiento y la regulación de la temperatura del cuerpo, pero también realizan otras diferentes.

El hemisferio cerebral izquierdo controla el lenguaje, el pensamiento lógico y la escritura. En él se encuentra el centro del habla, del pensamiento que nos permite analizar lo que sucede y del control de la mano derecha. También controla la capacidad para las matemáticas y la sensibilidad.

El hemisferio cerebral derecho controla el pensamiento creativo, controla la mano izquierda, la fantasía, el talento musical y todas las actividades artísticas que podemos desarrollar.

Hemisferios Cerebrales

Sincronización de los Hemisferios Cerebrales con Kensiología

miércoles, febrero 14, 2024

Relaciones con Amor

El concepto de "relación" vienen asociado a expectativas, recuerdos de relaciones pasadas, y conceptos mentales condicionados personales y culturales de lo que una "relación" debería ser. Después hay que hacer que la realidad se ajustase a estos conceptos. Si no lo hace, y nunca lo hace, la persona vuelve a sufrir. La cuestión del asunto es: no hay relaciones. Sólo existe el momento presente, y en el momento sólo hay un relacionarse. Cómo nos relacionemos, o mejor dicho cómo de bien amemos, depende de lo vacíos que estemos de ideas, conceptos y expectativas.

Lo que convencionalmente llamamos "amor" es una estrategia del ego para evitar rendirse. Nosotros estamos buscando a alguien para que nos dé eso que sólo puede venirnos en el estado de rendición. El ego utiliza a esa persona como un sustituto para no tener que rendirse. Para el ego, amar y querer (desear) son lo mismo, mientras que el amor verdadero no tiene ningún deseo de poseer o de que tu pareja cambie. El ego elige a alguien y lo hace especial. Utiliza a esa persona para tapar el constante sentimiento subyacente de descontento, de "no suficiente", de ira y odio, que están estrechamente relacionados entre sí. Estas son facetas de un sentimiento profundamente arraigado en los seres humanos.

Cuando el ego elige algo y dice "yo amo" esto o aquello, es un intento inconsciente de ocultar o eliminar los sentimientos profundos que siempre le acompañan: el descontento, la infelicidad, la sensación de insuficiencia que es tan familiar. Por un tiempo, la ilusión realmente funciona. Pero entonces, inevitablemente, en algún momento, la persona que hemos elegido, o hemos hecho especial, deja de funcionar como una tapadera para el dolor, el odio, el descontento o la insatisfacción que tienen su origen en la sensación de insuficiencia y de sentirnos incompletos. Entonces, surge la sensación que estaba oculta, y se proyecta sobre la persona que había sido elegida y hecha especial. De repente, el amor se convierte en odio. El ego no se da cuenta de que el odio es una proyección del dolor universal que se siente dentro. El ego cree que esta persona es la causa del dolor. No se da cuenta de que el dolor es el sentimiento universal de no estar conectado con el nivel más profundo de nuestro ser – no ser uno con uno mismo.
El objeto del amor es intercambiable, tan intercambiable como el objeto del deseo egoico. Algunas personas pasan por muchas relaciones. Se enamoran y desenamoran muchas veces. Aman a una persona por un tiempo hasta que ya no funciona, porque ninguna persona puede de forma permanente ocultar ese dolor.

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martes, febrero 13, 2024

La Salud es lo más Importante

Nuestra energía vital es la fuente de nuestro bienestar tanto físico como mental, de la salud resplandeciente y de la alegría de vivir.
La salud es, en el ser humano, la armonía y el equilibrio de la estructura corporal, los procesos intelectuales y la integridad de sus creencias.

La salud constituye la expresión más plena de todas las facultades y pasiones de la persona, colaborando en perfecta coherencia. La salud es la total ausencia de dolor y de contrariedad mental.
La salud es belleza, vitalidad, gracia, impecabilidad y espontaneidad. La salud es esa condición en la que el individuo constituye la expresión más elevada del poder y el amor de la Creación.
Cuando un ser humano es armonioso en su propia naturaleza, en su cuerpo y en su mente, equilibrado en sus armoniosas acciones y en la adaptación al medio, y vive en perfecta armonía con la Naturaleza, con sus semejantes y con el espíritu, puede decirse que se encuentra en un estado de salud.

El gran reto del sanador, médico o terapeuta es ir más allá de lo evidente y encontrar la causa del mal que aqueje a su paciente. La, cada vez mayor, dependencia de la tecnología y metodología moderna, nos van alejando de esa capacidad intuitiva de conexión con el paciente que siempre ha caracterizado a un verdadera terapeuta o sanador.
Los intentos de paliar síntomas mediante medicamentos o fórmulas simplistas, sin profundizar en los diversos factores que existen en desarmonía dentro del individuo, y que son los causantes de su mal, se convierten en fallidos tratamientos y en problemas recurrentes.

La necesidad del conocimiento para poder acceder a esa información profunda y desarrollar de esa manera la capacidad intuitiva de conexión, es vital para una curación completa e integral.