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viernes, diciembre 11, 2015
Regulador Emocional del Organismo
Todas las sensaciones reales que relacionamos con estados como la ansiedad, la depresión y la excitación se inician en el hipotálamo; pero los cambios físicos reales que las emociones provocan se crean en los dos centros controlados por éste: el sistema endocrino y el sistema nervioso autónomo (SNA).
El hipotálamo está situado debajo del tálamo. Hay un tallo (neurohipófisis) que lo conecta con el interior del cerebro y ciertas áreas de sustancia gris situadas en las paredes laterales de un espacio lleno de líquido, que tiene que ver con el equilibrio, conocido como el tercer ventrículo, forman también parte del hipotálamo. La hipófisis y el hipotálamo están directamente conectados. El hipotálamo es el regulador emocional del organismo. Al llevar la respiración a este centro conscientemente, éste se estimula, permitiendo que salgan a la superficie de la consciencia mecanismos reactivos, tanto fisiológicos como emocionales, del individuo.
Este descubrimiento nos podría permitir poder volver de nuevo elegir qué es lo que queremos que suceda, o al menos podríamos ser conscientes de lo que sucede, o como queremos actuar, ante un determinado patrón de conducta, largamente arraigado.
El hipotálamo por medio de su contribución a la supervivencia sana, es una de las estructuras encefálicas más importantes. Los impulsos de las neuronas, cuyas dendritas y cuerpos celulares están situados en el hipotálamo, son conducidos por sus axones hasta las neuronas localizadas en la médula espinal y muchos son transmitidos después a los músculos y las glándulas de todo el cuerpo. Así pues, el hipotálamo ejerce un control importante sobre prácticamente todos los órganos internos.
Entre las funciones vitales que, el hipotálamo, contribuye a controlar se incluyen el latido cardíaco, la constricción y la dilatación de los vasos sanguíneos y las contracciones del estómago y del intestino.
Algunas neuronas del hipotálamo funcionan de un modo sorprendente; fabrican las hormonas que la neurohipófisis segrega a la sangre. Una de ellas es la hormona antidiurética (ADH) que afecta al volumen de orina excretada, por lo que el hipotálamo interpreta un papel esencial en el mantenimiento del equilibrio hídrico del cuerpo. Otras hormonas que dependen del hipotálamo son las hormonas liberadoras que controlan, a su vez, otras glándulas endocrinas.
El hipotálamo se encarga, asimismo, de la temperatura corporal, la regulación del balance hídrico, como hemos visto anteriormente, de los ciclos del sueño, del apetito y de muchas emociones como el placer, el miedo, la ira, la excitación sexual y el dolor.
La Conciencia de nuestro Cuerpo
Explorando el Placer del Cuerpo
El hipotálamo está situado debajo del tálamo. Hay un tallo (neurohipófisis) que lo conecta con el interior del cerebro y ciertas áreas de sustancia gris situadas en las paredes laterales de un espacio lleno de líquido, que tiene que ver con el equilibrio, conocido como el tercer ventrículo, forman también parte del hipotálamo. La hipófisis y el hipotálamo están directamente conectados. El hipotálamo es el regulador emocional del organismo. Al llevar la respiración a este centro conscientemente, éste se estimula, permitiendo que salgan a la superficie de la consciencia mecanismos reactivos, tanto fisiológicos como emocionales, del individuo.
Este descubrimiento nos podría permitir poder volver de nuevo elegir qué es lo que queremos que suceda, o al menos podríamos ser conscientes de lo que sucede, o como queremos actuar, ante un determinado patrón de conducta, largamente arraigado.
El hipotálamo por medio de su contribución a la supervivencia sana, es una de las estructuras encefálicas más importantes. Los impulsos de las neuronas, cuyas dendritas y cuerpos celulares están situados en el hipotálamo, son conducidos por sus axones hasta las neuronas localizadas en la médula espinal y muchos son transmitidos después a los músculos y las glándulas de todo el cuerpo. Así pues, el hipotálamo ejerce un control importante sobre prácticamente todos los órganos internos.
Entre las funciones vitales que, el hipotálamo, contribuye a controlar se incluyen el latido cardíaco, la constricción y la dilatación de los vasos sanguíneos y las contracciones del estómago y del intestino.
Algunas neuronas del hipotálamo funcionan de un modo sorprendente; fabrican las hormonas que la neurohipófisis segrega a la sangre. Una de ellas es la hormona antidiurética (ADH) que afecta al volumen de orina excretada, por lo que el hipotálamo interpreta un papel esencial en el mantenimiento del equilibrio hídrico del cuerpo. Otras hormonas que dependen del hipotálamo son las hormonas liberadoras que controlan, a su vez, otras glándulas endocrinas.
El hipotálamo se encarga, asimismo, de la temperatura corporal, la regulación del balance hídrico, como hemos visto anteriormente, de los ciclos del sueño, del apetito y de muchas emociones como el placer, el miedo, la ira, la excitación sexual y el dolor.
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Etiquetas:
Alineamiento Energético,
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