CENTRO FÉNIX DE NATUROPATÍA
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Más allá de las limitaciones impuestas por la percepción,
existe la certeza de ser lo que nunca perdimos.
El conocimiento de la conciencia de ser
es la única Libertad que tenemos.
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jueves, abril 27, 2023

Algunas Teorias que Perjudican a la Humanidad

Solemos confiar en los científicos para comprender el mundo y a nosotros mismos. Sin embargo, algunas teorías científicas han causado mucho daño y sufrimiento a la humanidad.

En la búsqueda de la verdad objetiva, algunos científicos no solo han propuesto hipótesis equivocadas o han sacado conclusiones erróneas de sus observaciones, sino que han estado tan lejos de la verdad que han causado un grave daño a la humanidad. Estas son algunas de estas teorías recopiladas por la cadena rusa Moyá Planeta

Racialismo
El racialismo es la idea de un sistema en el que algunas personas dominan en todas las esferas de la vida pública y otras obedecen pasivamente. A mediados del siglo XIX, el francés Joseph de Gobineau aseguró que la raza aria era superior y estaba destinada a dominar a las demás. Posteriormente, la teoría racial sirvió de base científica para la política nazi de limpieza racial, cuyo objetivo era la discriminación y la eliminación de personas "inferiores" como, por ejemplo, judíos y gitanos.
Por su parte, la ciencia moderna niega la división de la gente en razas: la mayoría de los científicos occidentales estima que las diferencias externas que ocurren dentro de nuestra especie no son suficientes para una división en categorías adicionales y no tienen nada que ver con la capacidad mental. Después de la Segunda Guerra Mundial, todas las teorías raciales se consideraron infundadas.

Teoría de la Infección Focal
La teoría de la infección focal ganó popularidad a mediados del siglo XIX y perduró hasta la Segunda Guerra Mundial. Debido a esta teoría un gran número de personas fueron operadas innecesariamente y sufrieron grandes lesiones debido a que en aquellos tiempos algunos médicos creían que el foco de una acumulación de bacterias en el interior del cuerpo podía ser la causa de retraso mental, artritis o cáncer. Como resultado, la extracción de dientes, el apéndice, intestinos y otras partes del cuerpo potencialmente peligrosas fue común.
A principios del siglo XX el médico inglés William Hunter defendió la idea de que todas las enfermedades son causadas por la mala higiene bucal y que los tratamientos dentales son inútiles, ya que no eliminan la fuente de infección. Como resultado, en Europa y América comenzaron a extraer dientes, amígdalas y adenoides a los pacientes que podían tener caries.



En 1940, se demostró que la teoría de la infección focal es insostenible ya que las operaciones perjudicaban a los pacientes mientras que las toxinas supuestamente evolucionadas por dientes infectados, no podían influir en la psique.

Frenología
El principal teórico austriaco de la frenología, Franz Joseph Gall, creía que las propiedades mentales, los pensamientos y las emociones dependen de los dos hemisferios del cerebro y que una fuerte manifestación de algunas de las características se refleja en la forma del cráneo. Según Gall la zona, de las sienes, por ejemplo, es responsable de la pasión por el vino y la comida; la parte occipital, de la amistad y la sociabilidad; mientras que la zona del "amor a la vida" está detrás de las orejas. Según el teórico, cada convexidad del cráneo es un signo de avanzado desarrollo de los rasgos mentales y la concavidad, al contrario, indica ausencia de sus manifestaciones.
El gran interés que despertó la frenología cayó en picado con el desarrollo de la neurofisiología en 1840, cuando se demostró que las propiedades mentales del individuo no dependen ni de la superficie del relieve del cerebro ni de la forma del cráneo.



Eugenesia
La idea de la selección conocida como 'eugenesia' y presentada por Francis Galton, primo de Charles Darwin, se hizo popular en las primeras décadas del siglo XX y tenía como objetivo mejorar el acervo genético.
Según los partidarios de la eugenesia, la teoría podía contribuir a la reproducción de personas con cualidades útiles para la sociedad. Pero, ¿qué cualidades son útiles? Por otra parte, los mecanismos de herencia de características tales como la predisposición al alcoholismo o, por el contrario, la buena salud y el índice de inteligencia son igualmente poco conocidos. Muchos de estos síntomas solo aparecen bajo la influencia del medio ambiente en el que vive y se cría una persona.
La eugenesia fue desacreditada como ciencia en 1930, cuando sirvió como justificación de la posición de las políticas raciales de la Alemania nazi. Programas eugenésicos como la esterilización forzosa de personas con deficiencias mentales o de criminales se llevaron a cabo en Suecia, Finlandia, EE.UU., Dinamarca, Estonia, Noruega y Suiza. Actualmente la lucha contra las enfermedades hereditarias se lleva a cabo en el marco de la genética.

Telegonía
La telegonía es una teoría científica sobre la transmisión de la herencia genética que postulaba que la progenie de una mujer podía adquirir caracteres de un hombre con el que esta hubiera mantenido relaciones sexuales antes de quedarse embarazada de otro hombre. La teoría tuvo acogida entre las personas que intentaban justificar que la mujer debía permanecer virgen antes del matrimonio para no perjudicar la herencia genética de sus hijos. Sin embargo, con el descubrimiento de la genética, ninguna de las ideas de la telegonía se confirmó.



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domingo, enero 15, 2023

La Aceptacion en la Vida

¿Qué es veneno?
Cualquier cosa que sea más de lo que necesitamos, es veneno. Puede ser poder, riqueza, hambre, ego, codicia, pereza, lujuria, ambición, odio o cualquier otra cosa.

¿Qué es el miedo?
El miedo es la no aceptación de la incertidumbre. Si la aceptamos, la incertidumbre se convertirá en una aventura.

¿Qué es la envidia?
La envidia es la no aceptación de lo bueno que hay en los demás. Si aceptáramos lo bueno que hay en los demás, entonces se convertiría en inspiración.

¿Qué es la ira?
La ira es la no aceptación de las cosas que están fuera de nuestro control. Si las aceptamos, entonces se convertirá en tolerancia.

¿Qué es el odio?
El odio es la no aceptación de otra persona por su forma de ser. "Si aceptáramos a las personas de una forma incondicional, entonces se convertiría en amor"

Por lo tanto, en realidad, todo es cuestión de aceptación.

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sábado, enero 14, 2023

Tu modo de pensar afecta directamente tu vida


¿Cómo puede tu mente
influir en situaciones importantes
para cambiar tu vida?


Si tienes los mismos pensamientos y sentimientos, seguirás creando la misma realidad de siempre
Si insistes en pensar y sentir de acuerdo con las circunstancias de tu vida, estás consolidando esa realidad en concreto.

Para cambiar, ve más allá del entorno, el cuerpo y el tiempo
La mayoría de la gente centra su vida en tres cosas: su entorno, su cuerpo y el tiempo. Además de centrarse en estos tres elementos, piensan de acuerdo con ellos. Pero para dejar el hábito de ser el mismo de siempre, debes pensar mucho más allá de las circunstancias de tu vida, trascender los sentimientos que has estado memorizando en tu cuerpo y vivir en una nueva línea del tiempo.
Si deseas cambiar, ten presente un yo idealizado, un modelo al que emular que sea distinto del «yo» que hoy existe en tu entorno, tu cuerpo y el tiempo.

Tus recuerdos moldean tu mundo interior
Los recuerdos de las experiencias que hemos tenido con las personas y las cosas en distintos lugares y momentos de nuestra vida es lo que denominamos nuestro entorno exterior.
Como tus pensamientos determinan tu realidad, si sigues teniendo los mismos pensamientos de siempre (que son producto y reflejo de tu entorno), seguirás creando la misma realidad día tras día. Tus pensamientos y sentimientos coinciden exactamente con tu vida exterior porque es tu realidad exterior —con todos sus problemas, condiciones y circunstancias— la que está influyendo en cómo piensas y te sientes en tu realidad interior.

Tus recuerdos habituales te “indican” que vuelvas a reproducir las mismas experiencias de siempre
Podría decirse que es el entorno quien nos controla la mente. Lo que te rodea define tu identidad, porque te identificas con todos los elementos de los que se compone tu mundo exterior. Y como observas la realidad con una mente igual a ello. Creas más de lo mismo.
Al responder con la misma configuración cerebral que coincide con lo que recuerdas, estás creando un nivel de mente idéntico al del pasado, porque tu cerebro está activando automáticamente los circuitos existentes para reflejar todo lo conocido y experimentado.
Reflexiona sobre ello: cuando piensas basándote en tus recuerdos del pasado, solamente puedes crear experiencias pasadas. Como todo lo que «conoces» en tu vida hace que tu cerebro piense y sienta de la misma manera de siempre, creando los resultados acostumbrados, sigues reafirmando tu vida tal como la conoces. Y como tu cerebro es igual que tú entorno, cada mañana tus sentidos te conectan a la misma realidad e inician el mismo flujo de conciencia.
Asocias el mundo exterior que conoces con quién crees ser, al recordarte a ti mismo en esta dimensión, en este tiempo y lugar en concreto.

Tus rutinas: conectando con tu yo pasado
La mayoría de las personas cada mañana, nos mantenemos conectados al yo del pasado siguiendo una rutina constante, actuando automáticamente.
¿Por qué esperas en el fondo que te ocurra algo distinto en la vida si cada día tienes los mismos pensamientos, actúas de la misma manera y sientes las mismas emociones?

Configurado para los tiempos difíciles
El uso de la palabra configurado, se refiere a que las agrupaciones de neuronas se han activado tantas veces de la misma manera que se han organizado en determinadas estructuras unidas por conexiones duraderas. Cuanto más se activan estas redes de neuronas, más se conectan en rutas estáticas de actividad. Con el paso del tiempo, sea cual sea el pensamiento, la conducta o el sentimiento que se repita, se volverá automático, un hábito inconsciente. Cuando el entorno influye en tu mente hasta este punto, tu hábitat se convierte en tu hábito.
Este inocente ciclo de respuesta hace que tu cerebro, y después tu mente, consoliden incluso aún más la realidad de tu mundo exterior.
Hablando en términos neuroquímicos, te apegas a las condiciones de tu vida. Y con el paso del tiempo, empiezas a pensar «de la misma forma de siempre», porque tu cerebro activa una serie limitada de circuitos que crean una huella mental en concreto. A esta huella se le llama tu personalidad.

Cómo adquieres el hábito de ser el mismo de siempre
Debido a esta habituación neural, las dos realidades, la de la mente interior y la del mundo exterior, parecen volverse casi inseparables. Esta situación se podría llamar rutina y todos caemos en ella, pero no sólo son tus acciones las que se vuelven repetitivas, sino también tus actitudes y tus sentimientos. En cierto modo, has adquirido el hábito de ser el mismo de siempre, eres esclavo de tu entorno. Tu forma de pensar va a la par con las condiciones de tu vida, y, por lo tanto, como observador cuántico, estás creando una mente que solamente refuerza estas circunstancias en tu realidad. Todo cuanto estás haciendo es reaccionar a tu mundo exterior, conocido y que no cambia.
Te has convertido literalmente en el efecto de las circunstancias exteriores de tu vida. Has dejado de controlar tu destino. No luchas ni siquiera contra la monotonía en la que tú y tu vida habéis caído. Y lo peor de todo es que no eres la víctima de una fuerza misteriosa e invisible que te ha metido en ese bucle repetitivo, sino que eres tú quien lo ha creado.

La buena noticia es que como tú lo has creado también puedes decidir salir de él.

El modelo cuántico de la realidad nos dice que para cambiar nuestra vida debemos cambiar nuestra forma de pensar, actuar y sentir. Debes cambiar tu estado del ser. Como nuestros pensamientos, sentimientos y conducta son, en esencia, nuestra personalidad, es ésta la que crea nuestra realidad personal. Así que para crear una nueva realidad personal, una nueva vida, debemos crear una nueva personalidad, convertirnos en otra persona. Para poder cambiar, debes pensar y actuar más allá de tus circunstancias presentes, más allá de tu entorno.

La grandeza es aferrarte a un sueño, al margen de tu entorno
Es posible pensar trascendiendo tu realidad presente. Cuando atesoras un sueño, una visión o un objetivo mucho mayor que uno mismo. Cuando crees en un destino que sea tan real en tu mente que empieces a vivir como si este sueño ya estuviera sucediendo. Quizá, no puedas verlo, oírlo, saborearlo, olerlo ni sentirlo, pero has de estar tan poseídos por él que actúes de acuerdo con esta posible realidad del futuro. Es decir, actuar como si tu visión interior fuera ya una realidad.
Cuando nuestra conducta coincide con nuestras intenciones, cuando nuestras acciones están de acuerdo con nuestros pensamientos, cuando la mente y el cuerpo actúan juntos, cuando nuestras palabras son coherentes con nuestras acciones, detrás de nosotros hay un poder inmenso.
Recuerda que debes dejar que la mente superior se ocupe del cómo ocurrirá.
La grandeza consiste en aferrarte a un sueño, independientemente del entorno donde vivas. Trascender el entorno está íntimamente ligado a trascender el cuerpo y el tiempo. No te puedes dejar influir por lo que esté acaeciendo en el mundo exterior (entorno), ni preocuparte el cómo te sientas o lo que te pueda suceder (cuerpo), ni cuánto vas a tardar en alcanzar tu sueño de libertad (tiempo). Simplemente has de saber que tarde o temprano todos estos elementos cederán a tus intenciones.

El repaso mental: cómo los pensamientos se convierten en la experiencia
La neurociencia ha demostrado que cambiamos nuestro cerebro —y por lo tanto de conductas, actitudes y creencias— al pensar de distinta manera (es decir, sin que cambie nada de nuestro entorno). Por medio del repaso mental (imaginar repetidamente que realizamos una acción), los circuitos del cerebro se reorganizan para reflejar nuestros objetivos.
Podemos hacer que nuestros pensamientos sean tan reales que el cerebro cambia como si la situación ya fuera una realidad física.
Nuestro cerebro, además de cambiar al pensar de distinta forma, no distingue el mundo interior mental de lo vivido en el mundo exterior. Aquello que pensamos se convierte en nuestra experiencia.
Esta idea es esencial para triunfar o fracasar en tus intentos de reemplazar algunos viejos hábitos (eliminar viejas conexiones neurales) con otros nuevos (generar nuevas redes neurales).
Tanto si adquirimos una habilidad física como una mental, todos empleamos cuatro procedimientos para cambiar nuestro cerebro: adquirir los conocimientos necesarios, recibir las instrucciones prácticas, prestar atención y la repetición.
El aprendizaje consiste en crear conexiones sinápticas. Las instrucciones ayudan al cuerpo a adquirir una nueva experiencia que enriquece al cerebro. Cuando además prestamos atención y repetimos la nueva habilidad adquirida una y otra vez, nuestro cerebro cambia.
Debido a nuestro desarrollado lóbulo frontal y a la capacidad exclusivamente humana de hacer que nuestros pensamientos sean más reales que ninguna otra cosa, el cerebro anterior es capaz de «bajar el volumen» del entorno exterior para procesar con determinación un único pensamiento. Esta clase de procesamiento interior nos permite involucrarnos tanto en nuestras imágenes mentales que el cerebro modifica sus redes neurales sin haber vivido la situación en la vida real. Cuando somos capaces de cambiar nuestra mente al margen del entorno y mantenemos tenazmente un ideal con sostenida concentración, el cerebro se adelanta al mundo físico.

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domingo, enero 08, 2023

Las Creencias

La creencia es una “convicción”, algo de lo que estamos convencidos, algo en lo que creemos o tenemos fe.
Una creencia se compone de sentimientos e imágenes que generamos y de las cosas “que nos decimos” a nosotros mismos.

La fe es más bien un estado, una representación interna que dirige el comportamiento. Puede ser una fe que nos impulse hacia adelante, capacitadora, como la creencia en una posibilidad (la convicción de que vamos a triunfar en una cosa o conseguir otra), o una fe limitadora, que nos incapacita (la creencia de que no podemos, de que nuestras limitaciones evidentes son incorregibles y no las podemos superar).
Al creer que se puede lograr el éxito (con respecto a alguna meta fijada), se ha allanado mucho el camino, y se estará bastante más cerca de lograrlo.
Si por el contrario, al creer que no se puede lograr algo, es una indicación que llevará a la persona al fracaso.

Hemos de recordar que siempre tenemos razón tanto si pensamos que puede como si pensamos que no se puede. Ambas convicciones son poderosas. La clave es saber qué clase de creencias conviene tener, y cómo desarrollarlas.

La excelencia personal, comienza cuando nos damos cuenta que podemos elegir de manera consciente nuestras creencias; por lo tanto hemos de identificar aquellas que nos motiven, nos capaciten, nos acerquen a la excelencia.
Las creencias provienen de muchas fuentes: la educación, el ambiente en el que creció la persona, los modelos que sirvieron de guía a la persona, como los padres, hermanos, familiares, amigos, experiencias, etc.

Una técnica de PNL para cambiar Creencias Limitadoras
Muchas veces nos preguntamos por qué no obtenemos los resultados que queremos y nos desilusionamos, quedándonos sin ganas de volver a intentar aquello que queríamos alcanzar.
Es cuando nos metemos en un ciclo negativo, y en ese ciclo están implicadas nuestras creencias y la autoestima, que hay que revertir. Existe una manera de darse cuenta y revertir esto, a partir de un sencillo recurso de la Programación Neurolingüística, es entrar en el llamado Ciclo del Éxito.

Las creencias son la base de la autoestima. Creer en uno mismo, convencerse de que se es valioso como persona, abandonar la convicción de ser tímidos o inseguros, es lo que determina la propia autoestima... y el poder del éxito en nuestras vidas.
Por ello, la autoestima depende de las creencias que se tienen sobre uno mismo y sobre el mundo que nos rodea.

Las creencias son también la base de nuestro carácter, de nuestra manera de ver las cosas y de comunicar. Por lo tanto, se pueden aprender todas las técnicas de la PNL que se quiera, pero si se está convencido de que una persona es antipática o no te quiere, no podrás comprenderla y reflejarla para lograr sintonizar con ella.

Imagina que el punto de partida es una creencia potenciadora o limitante que tienes sobre ti. Por ejemplo, podrías decir con convicción que eres un excelente compañero de trabajo o un buen vendedor o cualquier aspecto particular: primero lo ves en tu mente, con tu imaginación… y ese proceso mental va a influir sobre la obtención de lo que quieras lograr.
La creencia positiva y potenciadora de ser excelente, te va a permitir acceder a recursos como la seguridad, la determinación, la capacidad de comunicar con entusiasmo y la motivación; y tus acciones serán consecuencia de esta creencia. También estarás transmitiendo a los demás tu convicción, tu creencia positiva y en consecuencia tus resultados se irán retroalimentando positivamente.
Esquema del ciclo del éxito: Creencias = Recursos = Acciones = Resultados...

El secreto de este mecanismo es partir de una convicción o creencia potenciadora, que encierra el mensaje de que puedes lograrlo; y desde ese punto de partida en adelante no puedes más que mejorar.
Esta técnica es muy útil para lograr excelentes resultados, tal como la programación neurolingüística nos dice, es bueno participar y mejor es obtener esos resultados reales que deseamos alcanzar en nuestra vida.
Se trata de que tus convicciones se vayan retroalimentando positivamente. Las creencias se fortalecen por sí solas en el mismo esquema del ciclo de éxito que indicábamos anteriormente:
Creencias = Recursos = Acciones = Resultados...

Las Creencias son la base de tus logros y de todo lo que crees ser. Las creencias no son verdaderas o falsas, no son acertadas o son equivocadas. Las creencias son limitadoras o potenciadoras: te llevan a alcanzar el éxito de lo que quieras lograr en la vida o a fracasar en el intento, y eso es lo que nos debe interesar.

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martes, diciembre 27, 2022

Obediencia a la Autoridad


El psicólogo social norteamericano Stanley Milgram a raíz del holocausto provocado por los nazis, empezó a hacerse preguntas acerca de la obediencia a la autoridad y a plantearse si cualquier sujeto sería capaz de torturar y asesinar obedeciendo órdenes.
La obediencia a la autoridad es la tendencia que tienen las personas de complacer a personas en posiciones de autoridad. La evidencia psicológica indica que la gente suele respetar y seguir a las personas que perciben que tienen autoridad legítima.
Algunas de las conclusiones que Milgram obtuvo de este experimento es que no necesariamente los ejecutores tenían por qué tener un perfil de personalidad cruel. Aunque sí influía el grado académico en la obediencia final, siendo menos obedientes aquellas personas con mayor formación.

El experimento de Milgram no nos dice nada acerca de la capacidad del hombre para el mal, sino de su disposición a la obediencia. Esto no puede constituir en el fondo una crítica, dado que justamente la investigación de Milgram no fue sobre la capacidad para hacer el mal sino sobre obediencia a órdenes crueles.
El término obediencia (del latín oboedientia) indica el proceso que conduce de la escucha atenta a la acción, que puede ser duramente pasiva o exterior o, por el contrario, puede provocar una profunda actitud interna de respuesta.
El experimento Milgram fue un estudio de psicología social que llevó a cabo Stanley Milgram, psicólogo de la Universidad de Yale para estudiar el comportamiento de una persona para obedecer a las órdenes de la autoridad, aunque éstas entren en conflicto con su conciencia personal.

El experimento de Milgram representa uno de los experimentos de la Psicología social de mayor interés a la criminología a la hora de demostrar la fragilidad de los valores humanos ante la obediencia ciega a la autoridad.
La obediencia ciega es la que se presta sin examinar los motivos o razones del que manda.
Milgram razonaba que la proximidad física de la víctima (el alumno) podía constituir un factor importante de la obediencia... Así mismo, una autoridad con presencia física producía una obediencia mucho mayor (65%) que una autoridad ausente que daba sus órdenes por teléfono (21%).
La segunda es la teoría de la cosificación (agentic state), donde, según Milgram, la esencia de la obediencia consiste en el hecho de que una persona se mira a sí misma como un instrumento que realiza los deseos de otra persona y por lo tanto no se considera a sí mismo responsable de sus actos.

La variable dependiente del experimento fue la memoria, la obediencia, el daño y el aprendizaje.

Historia del famoso experimento conducido en 1961 por el científico Stanley Milgram para testear los límites de la obediencia a la autoridad en el ser humano: El Experimento de Milgram

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domingo, abril 10, 2022

Teoría de la Estupidez de Bonhoeffer

En el capítulo más oscuro de la historia alemana, durante una época en que turbas incitadas tiraban piedras a las ventanas de tiendas de dueños inocentes, y mujeres y niños eran cruelmente humillados al aire libre; Dietrich Bonhoeffer, un joven pastor luterano, comenzó a hablar públicamente en contra de estas atrocidades.

Después de años de intentar cambiar la opinión de la gente, Bonhoeffer llegó a casa una noche y su propio padre tuvo que decirle que dos hombres estaban esperando en su habitación para llevárselo.
En prisión, Bonhoeffer comenzó a reflexionar sobre cómo su país de poetas y pensadores se había convertido en un colectivo de cobardes, ladrones y criminales. Eventualmente concluyó que la raíz del problema no era la malicia, sino la estupidez.

En sus famosas cartas desde la prisión, Bonhoeffer argumentaba que la estupidez es un enemigo del bien más peligroso que la malicia, porque mientras “uno puede protestar contra el mal; se puede denunciar y prevenir mediante el uso de la fuerza, ante la estupidez estamos indefensos. Ni las protestas ni el uso de la fuerza logran nada aquí. La razón cae en oídos sordos”.

Los hechos que contradicen el prejuicio de una persona estúpida simplemente no necesitan ser creídos y cuando son irrefutables, simplemente se dejan de lado como intrascendentes, como incidentales.
En todo esto, la persona estúpida está satisfecha de sí misma y, al irritarse fácilmente, se vuelve peligrosa al lanzarse al ataque.
Por eso, se requiere mayor cautela al tratar con una persona estúpida que con una maliciosa. Si queremos saber cómo sacar lo mejor de la estupidez, debemos tratar de comprender su naturaleza.
Esto es cierto, la estupidez, en esencia, no es un defecto intelectual sino moral. Hay seres humanos que son notablemente ágiles intelectualmente, pero estúpidos, y otros que son intelectualmente aburridos, pero todo menos estúpidos.

La impresión que se tiene no es tanto de que la estupidez sea un defecto congénito sino de que, en determinadas circunstancias, las personas se vuelven estúpidas o, mejor dicho, permiten que esto les suceda.
Las personas que viven en soledad manifiestan este defecto con menos frecuencia que los individuos en grupo. Y así parecería que la estupidez es quizás menos un problema psicológico que sociológico.

Se hace evidente que todo fuerte ascenso del poder, ya sea de carácter político o religioso, infecta de estupidez a gran parte de la humanidad. Casi como si se tratara de una ley sociológica-psicológica donde el poder de uno necesita la estupidez del otro.
El proceso en juego aquí no es que las capacidades humanas particulares, como el intelecto, fallen repentinamente. En cambio, parece que bajo el impacto abrumador del poder en ascenso, los humanos se ven privados de su independencia interior y, más o menos conscientemente, renuncian a una posición autónoma.

El hecho de que la persona estúpida sea a menudo testaruda no debe ocultarnos el hecho de que no es independiente. Al conversar con él, uno siente virtualmente que no está tratando en absoluto con él como persona, sino con eslóganes, consignas y cosas por el estilo que se han apoderado de él.
Está bajo un hechizo, cegado, maltratado y abusado en su propio ser. Habiéndose convertido así en una herramienta sin sentido, la persona estúpida también será capaz de cualquier mal, incapaz de ver que es malo.
Sólo un acto de liberación, no de instrucción, puede vencer la estupidez. Aquí debemos aceptar el hecho de que, en la mayoría de los casos, una liberación interna genuina se vuelve posible solo cuando la ha precedido una liberación externa.
Hasta entonces, debemos abandonar todo intento de convencer a la persona estúpida. Bonhoeffer murió debido a su participación en un complot contra Adolf Hitler en la madrugada del 9 de abril de 1945 en el campo de concentración de Flossenbürg, solo dos semanas antes de que los soldados de los Estados Unidos liberaran el campo.

“La acción no brota del pensamiento, sino de la disposición a la responsabilidad. La prueba definitiva de una sociedad moral es el tipo de mundo que deja a sus hijos”. Bonhoeffer dijo una vez.

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viernes, septiembre 24, 2021

Reactancia Psicológica

Un ejemplo clásico de reactancia psicológica podría ser este: Recientemente, mientras limpiaba la mesa, le pregunté a mi hija si podía lavar los platos.
"Iba a hacerlo, papá", dijo. "Pero ahora que me lo has pedido, ya no quiero".

big>¿Qué es la reactancia psicológica?
La reactancia psicológica es nuestra reacción negativa instintiva a que nos digan qué hacer.

Es por eso que, cuando eras un adolescente y tu madre te dijo que te pusieras la chaqueta, no lo hiciste, solo porque te lo había dicho. Solo más tarde, cuando escuchabas el castañeteo de tus dientes por el frío, reconocías que deberías haber seguido el consejo de tu madre.
También es por lo que te enojas cuando tu jefe te pide que hagas una tarea, a pesar de que sabes, cuando lo piensas lógicamente, que la tarea es necesaria.

Casi todo el mundo tiene este reflejo mental negativo. Se activa cada vez que sentimos que nuestra autonomía está siendo amenazada. Esto no es intrínsecamente malo: si las personas son demasiado sumisas, son vulnerables a la manipulación. Pero la reactancia psicológica puede, a veces, evitar que hagamos las cosas que deberíamos hacer, a veces incluso las que queremos hacer. Lo más alarmante es que puede provocar un autosabotaje.
¿Cómo? Ese impulso instintivo de "¡No me digas qué hacer!" puede activarse incluso cuando eres tú mismo diciéndote qué hacer.
Esto es común cuando intentas hacer compromisos y cumplirlos mediante la construcción de un horario
Es posible que hayas programado un tiempo para algo que legítimamente deseas hacer, por ejemplo, hacer ejercicio o leer un libro de no ficción. Pero cuando llega el momento de hacer esas cosas según un horario fijo, es posible que sientas un poco de reactancia. Esto sucede porque, en ese momento, no parece que estés decidiendo qué hacer. Más bien, eres tu yo del pasado dando órdenes a tu yo del presente. Uf, ¿quién se cree ese tipo que es?

Los psicólogos nos dicen que esta paradoja es la razón por la que a menudo podemos ser hipócritas: decimos que haremos algo, pero cuando llega el momento, no lo hacemos.


¿Cómo podemos evitar la reactancia psicológica?

Afortunadamente, ahora que comprendemos la teoría de la reactancia psicológica, podemos disminuir su poder. En lugar de escatimar compromisos debido a un sentimiento instintivo, se puede cambiar la perspectiva sobre la situación concreta.

Aquí hay un truco: para desarmar la reactancia psicológica, cambia la forma en que te hablas a ti mismo. En lugar de pensar que "tienes que" hacer algo, dite a ti mismo que "puedes" o incluso que "mereces" hacerlo.
Al cambiar el diálogo, se empodera. Ahora estás a cargo. No te dicen qué hacer, estás eligiendo hacer tiempo para algo que te importa. De esta manera, tu libertad no se ve amenazada; se está ejercitando.

Combatir la reactancia psicológica requiere práctica, pero vale la pena aprender a lidiar con este sentimiento incómodo que con demasiada frecuencia nos desvía del camino.
Intenta cambiar la forma en que manejas la reactancia y, hasta entonces, hagas lo que hagas, no compartas este artículo.

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lunes, agosto 23, 2021

Preocupaciones Humanas

Nos preocupamos por todo lo que puede salir mal,
pero esto rara vez sucede. Sin embargo,
sufrimos cada complicación imaginada como si fuera real.


Parece ser que la naturaleza de los seres humanos es preocuparse. Nos preocupamos por el dinero, la carrera profesional, las relaciones, la salud, etc. Si es importante para ti, puedes preocuparte por eso. La realidad es que el 85% de las preocupaciones nunca ocurren. Afortunadamente, las investigaciones de la Universidad de Cornell nos han proporcionado una visión fascinante de la preocupación. Llevaron a cabo un estudio que siguió a las personas durante un tiempo prolongado y descubrieron que el 85 por ciento de lo que preocupaba a la gente nunca sucedía.

Pero hay más, del 15 por ciento de las preocupaciones que se materializaron, el 79 por ciento de las veces, las personas manejaron esos problemas mejor de lo que pensaban. Incluso informaron haber aprendido algo valioso de la experiencia. Si hacemos los cálculos, nos daríamos cuenta que no hay nada de qué preocuparse el 97 por ciento de las veces.

Así es, el 97% de las cosas que nos preocupan o nunca suceden, o las manejamos y posiblemente aprendemos algo valioso en el proceso. Solo el 3 por ciento de las veces las preocupaciones de la gente resultaron estar bien fundadas. ¡Solo 3%! Obtengo mejores rendimientos en mis inversiones en el mercado de valores que en mis preocupaciones, y una de esas preocupaciones es, irónicamente, el mercado de valores.

Ahora, quizás quieras preocuparte por tus preocupaciones innecesarias.

¿Saber esto nos hace preocuparnos menos? No. De hecho, ahora te puede llegar a preocupar que haya algo mal en ti porque sigues preocupándote a pesar de saber que es una mala inversión de tu tiempo. Así que hemos de suponer que no se puede escapar de la preocupación.

Cuando te des cuenta de que estás preocupado, trata de utilizar esa información para convencerte de que el tiempo y la energía que estás dedicando a preocuparte es una mala inversión. Luego busca algo más en lo que pensar o hacer, algo que te proporcione una mejor tasa de retorno. No es un método perfecto pero, a pesar de ser preocupante, ayuda.

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lunes, junio 21, 2021

La Serenidad es un Éxito diferente

"La paz no es la ausencia de caos en el mundo,
sino la ausencia de conflictos dentro de nosotros".



En el mundo en el que vivimos hoy, con nuestro estilo de vida diario perfecto para las redes sociales, estresados de 9 a 5 y COVID agotando a todos, vivir en paz parece alejarse más de nuestro alcance. Lamentablemente, sin paz interior, no podemos disfrutar plenamente de la vida en su máxima expresión.
Cuando tienes paz, la vida se siente mejor; los alimentos son más sabrosos. El tiempo que se pasa con la familia y los amigos es más enriquecedor. Nuestros trabajos se vuelven más satisfactorios.
Por otro lado, sin paz, cada día de nuestras vidas se siente como si estuvieran tirando en todas direcciones. Estresado y viviendo en constante aprensión por los días venideros.

Las culturas asiáticas tienen varios conceptos inusuales sobre cómo vivir una vida feliz, pacífica y satisfactoria. “Wa”, (por ejemplo), es una idea japonesa sobre la convivencia armoniosa junto con otros conceptos como Ikigai y Ukeireru.
En Japón, Ukeireru, que significa aceptación, es más que una simple palabra. Es una filosofía. Una forma de vida. La aceptación de la vida por lo que es. No por lo que queremos que sea.
A medida que se profundiza en Ukeireru, se te invita a centrarte en la autoaceptación, la aceptación de los eventos y de las personas que te rodean. Para aprender a controlar tus pensamientos, emociones y comportamientos. Y aceptar tus peculiaridades; fortalezas y debilidades, como parte de lo que te hace ser tú. Vivir sin autocrítica, resentimiento o el deseo de ser otra cosa que tu verdadero yo.
La fuerza de esta práctica radica en aceptar que no tienes control sobre todo lo que sucede. Tratar de controlar la vida te pone en un ciclo de infelicidad y fatiga existencial. Ahí radica tu dolor de corazón.
Si buscamos encontrar la paz en nuestras vidas, ¿cómo puede Ukeireru ayudarnos?

Acéptate a ti mismo
La aceptación comienza en uno mismo. Eres la mayor amenaza para tu paz. Eres quien eres. La forma en que hablas y caminas: la forma de tus ojos es peculiar para ti. Tanto si eres alto como si no, de piel oscura o pálida, eres quien eres. Tiene defectos y puede que siempre lo tengas.
Todo el mundo no puede ser como tú. ¿Tampoco deberías intentar ser como nadie? La vida debe estar llena de individuos únicos que hacen alarde de sus peculiaridades con orgullo.
La paz llega al aceptarte a ti mismo primero.

Aceptación de otros
Algo fundamental es darse cuenta que se necesita una comunidad para hacer que la vida suceda. La unión entre tu y yo hace posible nuestra existencia.
Sin embargo, también debemos ser conscientes de que una cosa que se puede esperar de las personas es su personalidad. No puedes cambiar a la gente. No, a menos que estén dispuestos a cambiar. Te decepcionas al esperar que los demás actúen de cierta manera. O hacer las cosas que te hacen feliz.
Aceptación significa permitirles ser quienes elijan ser. Las acciones de las personas reflejan quiénes son. No quién eres. Y no es necesario tomar aspirinas para los dolores de cabeza de los demás.

Aceptación de circunstancias
Lo que sucede fuera de ti está fuera de tu control. Por tanto, acéptalo como tal.
La paz radica en nuestro centro de control. Lo que sucede fuera de ti está fuera de tu control. Cuando suceden cosas en la vida, en retrospectiva, es fácil pensar que podríamos haberlas prevenido. Pero hay una razón por la que podría, debería y debería haber ocurrido solo en retrospectiva.
Mientras no estemos seguros de lo que nos depara la próxima hora, todo lo que tenemos es esperanza. Espero que salga bien. ¿Y cuando no es así? Lo que puedes hacer es no romper tu propio puño al golpear la pared. Sino aceptar y seguir adelante.

Deja ir el pasado
Algo en lo que deberíamos convertirnos es en personas que viven y aprecian el momento presente. Y el principio es estar presente en el momento y en ningún otro lugar.
Aferrarse al pasado priva a la actualidad de su uso. Vivimos en la realidad, y la realidad solo ocurre ¡ahora! Estar en otro lugar que no sea este momento presente es no estar en ninguna parte.
Lo que sea que pasó hace semanas, meses o años, se ha ido. Déjalo estar para que puedas seguir adelante. Recuerde que solo conducimos hacia adelante mirando a través del parabrisas, no por el espejo retrovisor.

En resumen: La tranquilidad es "el nuevo éxito". Vivir una vida de sencillez es "un nuevo lujo". Practicar el acto de la aceptación puede ser el primer paso para ayudarte a que te encamines por el camino correcto.

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sábado, junio 19, 2021

La Ansiedad está en tu Cuerpo, no en tu Mente

Imagina que eres un neandertal paseando tranquilamente por los campos. De repente, en los arbustos cercanos, escuchas un tigre. En un nanosegundo, todo tu cuerpo comienza a reaccionar. Tu pulso se acelera, tu respiración se vuelve superficial, tus ojos se dilatan, tu cuerpo comienza a producir adrenalina.
Todo lo que sucede en tu cuerpo es bueno; que es estar preparado para sobrevivir a este encuentro con un tigre. Solo hay un pequeño problema. No era un tigre. Era una pequeña comadreja prehistórica. Ahora tu cuerpo está preparado para luchar o huir, tu corazón se acelera, estás totalmente saturado de adrenalina... pero no hay peligro.
Este es tu cuerpo en estado de ansiedad. Reemplaza el tigre (inexistente) en los arbustos con las redes sociales, el tráfico, la política, el Covid-19, el dinero, el cuidado de los niños, el cambio climático, el estrés laboral, el drama familiar, y podrás ver rápidamente por qué la ansiedad es la enfermedad mental más común en Estados Unidos, afectando a casi el 20% de la población. Los humanos de hoy en día son básicamente un grupo de neandertales asustados en modo de lucha-huida 24 horas al día, 7 días a la semana.

“La ansiedad es un impulso en nuestro cuerpo que dice: 'No estoy segura en este momento'”, dice Elizabeth Stanley, PhD, autora de Widen The Window: Entrenando su cuerpo y cerebro para prosperar durante el estrés y recuperarse de un trauma. "Es automático, muy rápido e inconsciente".

Cerebro de Supervivencia frente a Cerebro Pensante
En su trabajo, Stanley hace la distinción entre el cerebro pensante, nuestro neocórtex, responsable de la toma de decisiones, el razonamiento, la ética, la memoria consciente, el aprendizaje y el cerebro de supervivencia (el sistema límbico, el tronco encefálico y el cerebelo) que maneja nuestras necesidades básicas: supervivencia, emociones, memoria implícita y activación del estrés.
Una de las funciones más importantes del cerebro de supervivencia, según Stanley, es la neurocepción, un proceso inconsciente de escanear rápidamente el entorno interno y externo en busca de seguridad y peligro. Cuando se detecta un peligro, el cerebro de supervivencia envía un mensaje instantáneo de activación del estrés al cuerpo activando el sistema nervioso simpático, lo que resulta en la liberación de hormonas específicas que conducen a ciertas sensaciones físicas relacionadas con el corazón, la respiración y la digestión. “Lo que sea que esté sucediendo en el cerebro de supervivencia tiene estos tremendos efectos en cadena en nuestro cuerpo”.

Como explica Stephen Porges, PhD, psicólogo y creador de la teoría polivagal, en una entrevista con PsychAlive, “Estas respuestas no son voluntarias. Nuestro sistema nervioso está recogiendo información en el entorno, no a un nivel cognitivo, sino a un nivel neurobiológico".
Es importante destacar que cuando nos vemos atrapados en una respuesta defensiva, el cerebro pensante es el último en darse cuenta de que algo anda mal. “El cerebro pensante no es lo que decide si estamos estresados, si nos sentimos amenazados o desafiados, si vamos a activar el estrés, si vamos a activar las emociones”, dice Stanley. "La excitación del estrés y las emociones pertenecen al cerebro de supervivencia".
Entonces, si se desea realizar un seguimiento de la ansiedad, el cuerpo, y no los pensamientos, serán el mapa más preciso.

La Trampa de la Terapia de Conversación
A diferencia de nuestros antepasados prehistóricos (que podrían haber lidiado con la ansiedad corriendo, jadeando o temblando como un animal y dejando que el cortisol actúe a través de su sistema, según Stanley), los que padecen ansiedad moderna recurren a su amigo de confianza, su cerebro pensante. “La mayoría de la gente identifica la ansiedad por sus pensamientos porque la mayoría de la gente se identifica con su cerebro pensante”.
El problema es que cuando se trata de regular nuestro sistema nervioso después de una respuesta al estrés (léase: ansiedad), nuestro cerebro pensante es la peor herramienta para el trabajo. Eso es porque, según Porges, incluso después de tomar conciencia de la respuesta física, a menudo no sabemos qué ha desencadenado esa respuesta. Para Stanley, un veterano que fue diagnosticado con PTSD, darse cuenta de esto fue un gran punto de inflexión. "La recuperación del estrés y la ansiedad es un trabajo cerebral de supervivencia".

Somos una cultura cerebral, lo que nos hace muy preparados para lidiar con problemas que requieren razón y lógica (piensa en dilemas morales) y menos equipados para lidiar con problemas en los que el razonamiento cognitivo puede empeorarlos. Tener una respuesta de "lucha o huida" por llegar tarde al almuerzo puede parecer una reacción exagerada, pero sentado en el tráfico, fisiológicamente lo estás experimentando de todos modos. Usamos nuestro cerebro pensante para tratar de decidir si vale la pena estar ansiosos por el tema, y luego tratamos de obligar a nuestro sistema nervioso a obedecer. “Nuestra conciencia se desconecta de nuestro cuerpo en esos momentos”, dice Stanley. Tu cerebro pensante decide que no tienes nada de qué sentirte ansioso, por lo que pasas tus días caminando diciéndote a ti mismo que todo está bien mientras sigues sintiendo los síntomas físicos de la ansiedad en todo tu cuerpo.
Si has pasado algunas décadas (y el equivalente al pago inicial de una casa) en psicoterapia analizando todas las razones por las que estás ansioso, probablemente esta sea una píldora difícil de tragar. No solo todo ese hablar no hizo mucho para aliviar la ansiedad, sino que también podría haberla agudizado. "Nuestro cerebro de supervivencia quiere mantenernos a salvo, pero cuando ignoramos nuestro cuerpo y sus señales porque estamos tan atrapados en las historias y pensamientos de nuestro cerebro pensante, el cerebro de supervivencia realmente percibe eso como aún más amenazante", dice Stanley. “Como un niño pequeño, hará una rabieta más fuerte hasta que su mensaje llegue. Y es por eso que se convierte en un círculo vicioso ".

Tomemos, por ejemplo, la terapia cognitivo-conductual, una de las formas más comunes de terapia de conversación. Según la Clínica Mayo, "CBT ayuda a tomar conciencia de los pensamientos inexactos o negativos para que se puedan ver situaciones desafiantes con mayor claridad y responder a ellas de una manera más eficaz". Suena genial, ¿verdad? Si bien este tipo de análisis podría ser de gran ayuda cuando se trata de problemas familiares o se resuelve una cuestión ética, cuando se trata de ansiedad, que no se produce en el cerebro pensante, se centra en el pensamiento (“Pensé que allí ¡había un tigre!”) y no la respuesta física que precedió, e incluso provocó, el pensamiento (“mi corazón está acelerado y estoy lleno de adrenalina y necesito herramientas para calmarme”).
“No necesariamente queremos ser conscientes y sentir la incomodidad en nuestros cuerpos porque la ansiedad en nuestros cuerpos es incómoda. En cambio, queremos intentar fijarlo y darle este objeto externo”, explica Stanley. Pero si el objeto externo no causó la ansiedad, arreglarlo no aliviará el sentimiento de ansiedad.

Una Solución de Abajo hacia Arriba para la Ansiedad
Si bien la terapia de conversación y la medicación siguen siendo las soluciones principales que se ofrecen para la ansiedad crónica, existen otras modalidades que ofrecen un enfoque centrado en el cuerpo. Y aunque estas modalidades todavía se consideran "alternativas", un mayor interés en la "ciencia del cerebro" y la neurobiología junto con la investigación continua sobre la atención plena y las conexiones mente-cuerpo están cambiando nuestra comprensión psicológica de centrarse solo en la mente a ver el cerebro y el cuerpo como una unidad cohesiva.

Parte del desafío, según Pat Ogden, PhD, el creador de la psicoterapia sensoriomotora, es que se necesita cerrar el ciclo que se inició cuando el cuerpo entró por primera vez en una respuesta al estrés. Ogden usa el ejemplo de un cliente que es negro y frecuentemente es detenido por la policía sin motivo. Cuando esto sucedió, el hombre se sintió comprensiblemente enojado y su cuerpo se tensó: una respuesta de "pelea". Como parte de su trabajo en conjunto, Ogden lo ayudó a identificar y representar la desescalada física que su cuerpo necesitaba para regresar a un estado regulado, en este caso logrando atacar y defenderse dentro de la seguridad de una sesión de terapia. “Queremos completar ese impulso en la atención plena para que el cerebro esté integrado y ya no se mantenga en el cuerpo”, dice Ogden.
Ogden señala que parte de la limitación de la terapia de conversación es que la ansiedad a menudo se relaciona con una respuesta desregulada conectada a una memoria implícita, que luego se fija incorrectamente en una experiencia o pensamiento actual. “No tiene nada que ver con el contenido actual”.

Stanley, que ofrece un curso de entrenamiento mental para ayudar a las personas a desarrollar resiliencia, se enfoca en técnicas de atención plena. Y aunque en este punto es un cliché decirle a cualquier persona con ansiedad que respire profundamente 10 veces, su curso ha ayudado a miles de personas, incluidos militares en servicio activo. “Los militares tienen mucha experiencia en situaciones estresantes y se han entrenado para activar el cerebro de supervivencia, pero no siempre saben cómo desactivarlo”, dice Stanley. Los estudios financiados por el Departamento de Defensa mostraron que el método de Stanley ayudó significativamente a mejorar el rendimiento cognitivo durante el estrés, reducir los niveles de estrés percibido, aumentar la regulación y fomentar un retorno más rápido a la línea de base después de la activación del estrés.

Cuando el cuerpo está teniendo una respuesta al estrés, lo primero es tomar conciencia de los objetos que ayudan al cerebro de supervivencia a sentirse seguro, como lo que puede ver y oír. “Una de las mejores formas de ayudar a que el cerebro de supervivencia se sienta enraizado es llamar la atención sobre el lugar donde nuestro cuerpo está en contacto con nuestro entorno”, dice Stanley. Ella sugiere enfocarse en el contacto entre sus pies con el piso o su cuerpo en su silla. Tan pronto como el cerebro de supervivencia percibe la conexión a la Tierra y la seguridad, automáticamente inicia el proceso de recuperación.
Obviamente, cuando se está atrapado en un momento de ansiedad severa, tratar de respirar profundamente o estar atento puede parecer casi imposible. En esas situaciones, lo que se necesita es sacar la adrenalina y el cortisol del sistema. Stanley sugiere saltar la cuerda o correr escaleras arriba y abajo. Después de 10 minutos, intentar nuevamente un ejercicio de atención plena.
¿Hay algún papel para la psicoterapia o tratar de pensar lógicamente sobre tu ansiedad? Absolutamente. Pero solo una vez que tu cuerpo esté regulado, Stanley dice: “Una vez que hayamos ayudado a que nuestro cerebro de supervivencia se sienta seguro y estable, podemos trabajar en nuestros pensamientos. De lo contrario, nuestra respuesta cognitiva seguirá estando sesgada por nuestro estrés y nuestras emociones".

Autor: Emma Pattee
Por qué es posible que desee dejar de hablar sobre su ansiedad y probar esto en su lugar

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