CENTRO FÉNIX DE NATUROPATÍA
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Hola ! ! !

Más allá de las limitaciones impuestas por la percepción,
existe la certeza de ser lo que nunca perdimos.
El conocimiento de la conciencia de ser
es la única Libertad que tenemos.
Adelante, están invitados.

Bienvenid@s !!!



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Si alguien tiene derechos y quiere que no salgan en este espacio,
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martes, diciembre 31, 2024

El Uso la Respiración para Integrar Emociones Reprimidas

Existen variaciones en la respiración, cuyas diferencias obedecen al volumen de aire inspirado, a la velocidad de la respiración y al empleo de la nariz o de la boca como canales de respiración, producen un resultado preciso, que conviene conocer.



Con respecto a la cantidad de aire inspirado lo principal es encontrar el volumen de aire apropiado para sentirse totalmente abierto a las estructuras de energía de tu ser interior, sin entrar en un espacio de lucha por respirar.
Siempre que nos referimos al ritmo aludimos al ritmo de la inhalación, ya que la exhalación nunca ha de ser controlada. Por consiguiente a una inhalación lenta le puede seguir una exhalación rápida o viceversa. Dejemos que sea nuestro cuerpo el que decida su proceso liberador. No es importante que la inhalación y la exhalación no tengan la misma duración.
Por ejemplo una respiración lenta y profunda es la indicada al comienzo de la sesión así como cuando se termina de integrar una estructura energética, y por consiguiente, uno se dispone a entregarse a una nueva. Tomando una gran cantidad de aire se tiene una mayor conciencia del patrón de energía que se esté respirando, y el ritmo lento favorecerá la concentración.
Por el contrario una respiración rápida y superficial se aplica a aquellos momentos en los que se anuncia una gran intensidad energética. La ligereza de la respiración facilita el encuentro con dicha energía y la rapidez permite acelerar la integración. Es la forma de enfocarnos en los detalles del patrón de energía que nos encontramos.
Respirar de manera rápida y profunda, sería la adecuada cuando una oleada de energía incita a abandonar el cuerpo, es el caso de la anestesia o que la memoria activada sea demasiado intensa para ser observada por la mente en superficie. Tomando una mayor cantidad de aire a un ritmo rápido provocará el deseo de entrar de nuevo en el cuerpo.

En cuanto al hecho de respirar por la boca significa activar principalmente nuestros centros de energía más en contacto con la Tierra, la madre, las emociones (entraríamos más en el cuerpo), mientras que por la nariz, activamos más los centros energéticos conectados con el Cielo, el padre, los pensamientos, (conectaríamos con aspectos más sutiles de nuestro Ser).

En algunas sesiones de respiración podemos encontrar un efecto de hormigueo y parálisis muscular involuntaria que denominamos tetania.
Cuando se presenta afecta principalmente a las manos y a los músculos faciales, especialmente a los que rodean la boca, aunque puede afectar asimismo a otros lugares del cuerpo.
La tetania, durante la sesión de respiración, no tiene consecuencias peligrosas, ni siquiera molestas, a menos que uno trate de resistirse y luche activamente contra ella. La causa de la tetania es el esfuerzo por controlar la exhalación de alguna forma. El hecho de retener la exhalación, así como forzarla, pueden provocar tetania. Podemos minimizar su intensidad o incluso prevenirla si se comprende que en tu proceso no hay nada a lo que resistirse y -te relajas durante la exhalación, y durante todo el proceso en general-. Si en algún caso se presenta de forma intensa, -centra tu atención en las sensaciones que percibes y déjate llevar por ellas. Respira de forma rápida y poca profunda y se integrará rápidamente-. La tetania es una experiencia que obedece a la resistencia y, con la práctica, disminuyen las posibilidades de que se presente.

La técnica respiratoria que libera las emociones reprimidas se tiene que acompañar de cuatro elementos más.
Son cinco los elementos que, además de favorecer la integración, determinan que el proceso en su conjunto resulte una experiencia agradable.

Los cinco elementos son:
- Respiración consciente y sin pausa
- Relajación total
- Conciencia de los detalles
- Integración en el éxtasis
- Hagas lo que hagas, sé plenamente consciente de que todo funciona

La respiración consciente no es el único medio para integrar emociones y sentimientos reprimidos, pero sí uno de los más eficaces. Al no atender a la mente, evita la necesidad de hacer uso de la imaginación y las demoras que ello supone.

La respiración es un mecanismo natural de curación y al practicarla nos encontramos en un eterno Aquí y Ahora, por el que pasan las imágenes y los sentimientos olvidados. Adentrarse en la respiración energética, las imágenes y sentimientos salen del campo de la inconsciencia y dejan de tener repercusiones psicológicas en nuestras vidas.

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lunes, diciembre 30, 2024

La Manera de Hablar

El uso y el poder de la palabra es el primer aspecto a tener en cuenta en nuestro proceso de convertirnos en el alquimista de nuestra vida y del mundo que nos rodea.
Jesús decía, como así lo recoge la Biblia, que el poder de la vida y la muerte está en el lenguaje.
La palabra o el lenguaje que utilizamos es la verdadera moneda de cambio, la que nos abre las puertas o las puede cerrar.
En mi vida, he observado este proceso por mí mismo y compruebo que cuando mantengo una actitud positiva, en relación al mundo que me rodea, los demás y hacia mí mismo, el cambio que se produce es espectacular. Todo mi ser goza y está lleno de alegría. Cualquier pensamiento o palabra que digo para ofender o criticar a alguien, inevitablemente me causa un dolor casi irreparable. Muchas veces me pregunto, ¿hasta cuándo conseguiré aguantar los embates de mi propia irresponsabilidad? ¿Qué me lleva a actuar de esta manera? Es más, ¿Por qué, si aun sabiéndolo, sigo cometiendo los mismos errores?

El acomodamiento, el hábito y sobre todo la “importancia personal” son los elementos que inducen este comportamiento.

Pero, ¿por qué me acomodo al malestar? El acomodamiento es una falta de responsabilidad. Es la vagancia, la falta de objetivos, de motivación.

¿Por qué no hay objetivos? Los objetivos existen, pero no pasan de ser una fútil forma de querer llamar la atención, en nuestro deseo de demostrar que somos “mejores” que alguien. Aquí se pierde la responsabilidad, por no poder responder hábilmente ante lo que es un deseo que ni tan siquiera nos pertenece. Son las cuestiones sin resolver de la continuidad del sistema perceptivo que sostenemos, nuestro mundo. La manera de vivir y morir se manifiestan aquí como la realidad. Queremos hacernos cargo de cuestiones que están más allá de nuestro alcance. Esto nos lleva a querer recrear en el futuro lo que ocurrió en el pasado y que, según tú, no se resolvieron de la manera más conveniente. Muchas –la mayoría- se van haciendo inconscientes, porque en el fondo nos da miedo que pudieran llegar a producirse, y se olvidan con el pasar del tiempo, al menos en la forma. Este miedo resultante, nos va a condicionar de manera definitiva durante toda nuestra vida en cualquier toma de decisiones.

El miedo tiene la función biológica de protegernos. De ahí se deriva el deseo inconsciente de protegernos con el miedo, en un afán por sobrevivir. Algunos estudios revelan que nuestras actitudes están determinadas en un 10% por factores externos y en 90% por nuestra propia mente. Si esto es cierto, ¿por qué nuestra actitud ante la vida suele ser tan diferente de cómo realmente queremos que sea?

En parte, la razón reside en que modelamos nuestra actitud tomando como punto de referencia a las personas que nos rodean, sobre todo en los primeros años de nuestra vida. A una edad tan temprana no nos preguntamos si ésa es la actitud que deseamos para el resto de nuestra vida. Por eso luchamos contra ella y sentimos que no se ajusta a nosotros, es como si lleváramos los zapatos de otra persona.

Imagina que te hallas frente a un estanque, con una piedra en cada mano. En la mano izquierda tienes una piedra contaminante y si la lanzas, contaminarás toda el agua del estanque para las generaciones futuras.
En la mano derecha tienes una piedra purificadora y si la lanzas purificarás el agua para las generaciones futuras. Tú decides que piedra lanzar.
Ahora imagina que las palabras que utilizas son como las piedras y el agua son las personas que nos rodean. Si eliges palabras negativas, éstas contaminarán nuestra mente y destruirán tu entorno, el de los demás y, quizá, el de generaciones futuras.
Por el contrario, si eliges palabras positivas, estás purificando, apoyando y motivando.
La pregunta es: ¿Qué clase de entorno puedo crear para mí, para las personas que me rodean y para el mundo con mis palabras?

La palabra surge del pensamiento, del sentimiento y de la creencia. Las palabras que usamos dicen mucho de nosotros mismos, en relación a lo que sentimos y en lo cual creemos.

Solemos estar siempre excusándonos. Dices algo y, si hay miradas inquisitivas a tu alrededor, te retractas o intentas buscar aliados, contra más poderosos mejor, que apoyen tu planteamiento.

El poder de la palabra está en lo que dices y en cómo lo dices. Es una dualidad compartida que engloba dentro de sí el cuerpo físico y la mente (pensamiento-sentimiento).

Para expresar algo necesitas energía. Puedes decir lo que quieras, siempre que tengas la energía suficiente para decirlo.
Cuando expresamos algo estamos invocando el intento de la Manifestación.
Ser conscientes, o no, de este proceso, no significa que no se produzca en todas y cada una de las ocasiones que tenemos, es decir, en todo lugar y a cada momento.
No podemos corregir eso. El poder de la palabra es así. Por sí mismo manifiesta Todo. Tu debilidad o fortaleza, tu miedo o tu confianza. Donde si podemos acceder es al uso y al contenido que utilizamos al usar el poder de la palabra.

Si te fijas bien, lo que dices es producto de lo que piensas. Según sean tus pensamientos así son tus palabras, lo que vas a expresar, o tu silencio, que también es otra manera de expresar, en este caso sería no-expresar, forman parte de tus pensamientos más íntimos. Es por eso por lo que no tenemos “pensamientos privados”, todos forman parte de la totalidad en la que estamos inmersos.

Para fomentar la confianza en nosotros mismos o en los demás, nuestra actitud, mediante el uso que hagamos de la palabra, va a decir mucho a favor o en contra.
Si queremos ver la vida con ojos nuevos, tenemos que empezar por revisar nuestros pensamientos, nuestras actitudes y nuestra forma de hablar. Ver en qué situaciones o con cuáles personas utilizamos un lenguaje poco constructivo y, simplemente, cambiarlo.

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viernes, diciembre 27, 2024

El Resurgir de la Conciencia

- El Deseo
- La explosión (que surge del deseo)
- Concepción
- División celular
- Átomo
- Energía
- “Inicio y comienzo” (olvido)

Todo surge del deseo. Tu deseo es vivir. El deseo de La Fuente Creadora es que haya vida, que haya conciencia en esa vida y que esa vida sea consciente de su origen.

La vida tiende a perpetuarse por toda la eternidad (explosión), pero la conciencia aparece y desaparece (concepción).
Tu y yo tenemos una vida con conciencia aquí y ahora. El desafío consiste en alinear la conciencia con todos los campos energéticos puestos a nuestra disposición, dentro de la conciencia humana, en lugar de desgastar nuestra energía en la alineación del campo reducido del cuerpo físico.

Empezaremos por lo que creemos ser: un cuerpo.
Creemos ser el producto de una explosión. El Big-Bang cósmico tiene lugar en cada nueva concepción.
Creemos que nuestra vida empieza el día que nacemos hasta ahora mismo. Nuestra vida limitada en el espacio-tiempo o cuerpo-mente es lineal. Tiene un principio y ha de tener un final. Esa es nuestra manifestación, hasta ahora, corroborado por millones de años de existencia, lo que no significa nada en la eternidad.
Veamos cómo se inicia todo.

1ª Semana
Después de la concepción, el embrión es un disco de sólo dos centésimas de centímetro de tamaño



La sensación es la de haber quedado atrapado en una membrana entre dos mundos



Hay una sensación torpe y difusa de abrumadora pesadez y de sueños sombríos



Hay un deseo urgente de Ser. Crecer. Desarrollarse. La conciencia empieza a tomar forma



Toda la vida se contiene en esta impresión subjetiva, más allá del simple y absoluto conocimiento y de la inmensidad.

Línea del Tiempo Embrionario y Fetal
La conciencia ha entrado en un molde y éste empieza a diseñar su forma mediante sucesivas separaciones o divisiones de células, que empiezan a encajar y desarrollarse hasta llenar por completo el molde o la forma humana.
Este proceso corresponde a un alineamiento concreto de iluminación de la conciencia dentro de la propia esfera o molde, que corresponde a la conciencia humana.

Lo que creemos ser, como un cuerpo físico, es la aparición de la conciencia en un conjunto alineado de energía que configura un campo energético específico.

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miércoles, diciembre 25, 2024

El Acortar de los Días

Abre tu corazón. La Luz llama. La Luz clama. Hoy sentirás la gran fuerza de mi espíritu guerrero manifestarse en el poder de estas palabras que llegan, con fe, para infundirte coraje en esta etapa crítica del proceso de ascensión. Tu mensaje debe llegar sin importar los obstáculos. Es necesario que sigas vibrando. Es imperioso que continúes atando, uniendo lo que en algún momento de tu caminar se separó. Eres guía. Es ahora cuando se necesita estar bien firme. Sigue sembrando. Sigue alumbrando. Alienta. Ama. Brilla. Eres luz.


Despertar es recordar. Recordar es empoderarse y moverse para cumplir con nuestro destino de ayudar a liberar a quienes sienten que sus corazas les impiden ser más humanos. Por eso, aunque estés cansado, aunque todavía no veas el fruto de tu labor, no te detengas. La energía que proviene desde el centro de la galaxia divide las aguas, potenciando el modo de vibrar. Tu tarea es vital. Más personas aún deben comprender la importancia de este momento sagrado.

Estamos ascendiendo hacia una nueva dimensión. La Tierra lo sabe. En tanto nuestro planeta siga aumentando su frecuencia y cada una de nuestras células se sincronice con su vibración, percibiremos que el día se vuelve más y más corto. Esto quedará evidenciado en una mayor sensación de aceleración y confusión, pues la mente estará agitada. Persiste. Que otros sepan que es hora de ingresar al corazón para encontrar la paz que externamente no se encuentra.

No pregonamos el amor en el sentido poético. Somos conscientes de que al vibrar en el amor florecen los dones y talentos. El miedo, en cambio, los marchita e impide desplegar el increíble potencial lumínico que llevamos dentro. Tenemos tarea por desarrollar. Acudimos a iluminar la oscuridad que anida en la inconsciencia. Somos mensajeros consagrados a la Luz, cumpliendo con nuestro bello acuerdo del alma de hacer relumbrar la trama que enaltece y sustenta la vida.

Este es nuestro tiempo. Acordamos venir. Acordamos servir. Acordamos sentir. Acordamos despertar para activar y dispersar la mágica esencia divina que guía y anima a volar en la luz de la consciencia. Somos la señal del cambio. Emitimos la radiación cristalina que transformará a la Madre Tierra en un grandioso corazón, en donde quedará grabado -en cada grano de arena, en cada gota de agua- que triunfó el amor. Lo estamos logrando. Vibra. Ama. Destella. Eres Luz.

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domingo, diciembre 01, 2024

La Capacidad de Asombro

El asombro es la sensación de estar en presencia de algo vasto que trasciende tu comprensión actual del mundo. Este sentimiento suele asociarse con la observación de lo sublime en la naturaleza: grandes montañas, árboles, vastas dunas o el amplio horizonte del océano. Sin embargo, la naturaleza no es la única fuente de asombro, ni la más común. Además, el asombro se extiende mucho más allá de un sentimiento momentáneo de deslumbramiento o inspiración, influyendo en nuestra salud de al menos cinco maneras.

Una fuente sorprendente de asombro
Las personas pueden sentirse asombradas por ideas filosóficas, descubrimientos científicos, música, diseño visual, espiritualidad y religión, realizaciones personales, hazañas impresionantes y epifanías. Incluso el simple hecho de aprender sobre otras personas interesantes estimula el asombro.

La fuente más común de asombro en todo el mundo es la belleza moral: virtud y carácter excepcionales marcados por la pureza y la bondad de intención y acción. Esto incluye ser testigo del coraje, la amabilidad, la fuerza o la superación de las dificultades de otras personas; por ejemplo —historias de personas que arriesgaron sus vidas para salvar a extraños o actos de bondad durante desastres─.
La belleza moral también incluye cómo las personas se sienten asombradas por el comienzo —o el final— de la vida. Muchas madres señalan que dar a luz es la fuente más importante de asombro.

El asombro ocurre en un ámbito separado del mundo del materialismo, el dinero, la adquisición y la señalización de estatus —un ámbito más allá de lo profano que muchos llaman sagrado.

Un idioma que todos hablamos
El asombro estimula una respuesta facial única similar a expresiones universales como la diversión, la satisfacción y el dolor.
En diferentes culturas, cuando el asombro invade a alguien, como cuando ve fuegos artificiales o estrellas fugaces, su rostro se transforma y reacciona con la misma expresión facial —arquea las cejas y abre los ojos como si intentara absorber cada detalle de la magnífica vista. Su mandíbula se afloja, tiene la boca ligeramente abierta, está congelada en un momento de asombro sin palabras. Una suave sonrisa se dibuja en las comisuras de sus labios y su cabeza se inclina ligeramente hacia atrás como si estuviera tirada por un hilo invisible.

Cómo afecta el asombro a la salud
El asombro estimula el bienestar de cinco maneras. La primera es a través de un cambio en el sistema inmunológico.
Las citocinas son mensajeros químicos que envían señales al sistema inmunitario para que trabaje más. Son importantes para una respuesta proinflamatoria que destruye a los patógenos y cura las heridas. Sin embargo, una respuesta hiperactiva de las citocinas se asocia con mala salud y trastornos como la artritis, el Alzheimer y la depresión clínica.


Las investigaciones emergentes empiezan a reconocer el papel de las emociones positivas afectan nuestra salud física, por ejemplo, la alegría y el amor, reducen los niveles de la citocina interleucina-6 (IL-6), un indicador de los niveles de inflamación. Sin embargo, el mayor indicador de la reducción de los niveles de citocinas, hasta tres veces más que la alegría, es la sensación de asombro.
El asombro puede beneficiar, además, a las personas con inflamación y durante períodos de estrés agudo y crónico.

El asombro también puede afectar la salud a través de una mayor integración social, prosocialidad, un mayor sentido de significado y una disminución del sentido de sí mismo.

Un «ego» más pequeño
No es sorprendente que el asombro nos prepare para ser más espirituales. Las experiencias asombrosas aumentan nuestra motivación para darle sentido al mundo, lo que puede desencadenar la creencia en lo sobrenatural. Esta estimulación espiritual aumenta aún más la salud mental y física.

Nuestros cuerpos responden a dosis saludables de naturaleza inspiradora, como respondemos a una comida deliciosa y nutritiva, un buen sueño, una bebida de agua que nos sacie o una reunión estimulante con amigos o familiares: nos sentimos nutridos, fortalecidos, empoderados y vivos. También reduce la probabilidad de enfermedades cardiovasculares, enfermedades autoinmunes, diabetes, depresión, trastorno de estrés postraumático (TEPT) y ansiedad, así como los dolores y molestias del día a día.


El asombro cotidiano es una necesidad humana básica. Podemos recuperar esta sensación de asombro al abordar la vida con curiosidad —buscando las maravillas de la naturaleza que a menudo pasamos por alto y las conmovedoras muestras de bondad humana que nos rodean.

Fuente: The Epoch Time

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domingo, noviembre 24, 2024

Transhumanismo: La Búsqueda de la Superación de las Limitaciones Humanas

El transhumanismo, término popularizado en el siglo XX, tiene sus orígenes en los pensadores humanistas del Renacimiento que creían en la capacidad de perfeccionar al ser humano.

Sin embargo, el movimiento transhumanista moderno cobró impulso a mediados del siglo XX con la llegada de los rápidos avances tecnológicos, sobre todo en campos como la inteligencia artificial, la biotecnología, la nanotecnología y la manipulación genética. Pioneros como Julian Huxley imaginaron un futuro en el que los humanos podrían trascender sus limitaciones biológicas gracias a la tecnología.

El transhumanismo moderno aboga por el uso de la tecnología para mejorar la condición humana, lo que podría conducir a un futuro posthumano en el que los individuos puedan prolongar radicalmente su esperanza de vida, mejorar sus capacidades cognitivas e incluso fusionarse con las máquinas. Según el escritor modernista Noah Harari, el ser humano ha sido «pirateado» y el alma hace tiempo que murió (si es que alguna vez existió). El mundo futuro de Harari es de lo más sombrío que se pueda imaginar, pero comparte esta visión con mucha gente que piensa que un mundo transhumano sería lo máximo.

Los avances médicos se centran totalmente en la prolongación de la vida y la mitigación del sufrimiento físico. La vida es lo único que tiene valor, ya que ciertamente no hay existencia «celestial» tras la muerte del cuerpo (ni el sentido de la vida tiene mucha importancia).

¿No resulta atractivo? La mayoría de la gente piensa que sí. Quiero decir, ¿qué tonto no pensaría que la tecnología médica no es el mayor logro de la humanidad? Salvar todas esas vidas. ¿Qué podría ser mejor? Si tuviéramos que renunciar a todo eso y vivir la vida que Dios (o la naturaleza) pretendía ─un tiempo limitado en esta tierra, experimentando tanto el sufrimiento como la alegría─, ¿a qué avance médico renunciaríamos primero? Una cosa en la que la mayoría de la gente no piensa es que la mayoría de las aflicciones que trata la medicina son cosas provocadas por los avances del hombre en otras áreas que crean toxinas ambientales, guerras, enfermedades, cánceres y máquinas que causan accidentes graves.

Tenemos que cuestionarnos si debemos permitirnos alterar aspectos fundamentales de nuestra humanidad. Muchos tememos que el transhumanismo pueda exacerbar las desigualdades sociales al conceder a los ricos un mayor acceso a las tecnologías que prolongan la vida ─otro punto para la élite─. Además, filósofos como Francis Fukuyama sostienen que inmiscuirse en la naturaleza humana de un modo tan fundamental podría tener consecuencias imprevistas que socavarían el tejido mismo de lo que significa ser humano.

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viernes, noviembre 22, 2024

Tormentas Personales

¿Sabías que los bisontes son el único animal que camina hacia las tormentas en lugar de huir de ellas?

En pleno temporal, cuando todo parece caótico, los bisontes toman una decisión sorprendente: avanzar directamente hacia la tormenta. No lo hacen por temeridad, sino porque saben instintivamente que al caminar hacia ella, pasarán menos tiempo bajo sus efectos y saldrán antes al otro lado.

Muchas veces, nuestras "tormentas" personales —esos retos que parecen inabordables— nos invitan a huir o a retrasarlo. Pero, ¿y si hacemos como los bisontes?

No solo se trata de salir de la tormenta; se trata de lo que aprendemos al atravesarla, de la fuerza que descubrimos en nosotros mismos, y de las historias que quedan para compartir. Cada caso es personal, de cada tormenta puedes aprender algo y también llegues a lograr templar tu espíritu más de lo que jamás hubieras pensado.

La próxima vez que la vida te ponga a prueba, pregúntate: ¿Estoy dispuesto a avanzar hacia esa tormenta? Recuerda que en cada instante difícil, habrá un descubrimiento personal.

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miércoles, noviembre 20, 2024

Manipulación y Mercantilización de la Angustia Humana

En una época en que los medios corporativos prosperan creando sagas que inducen miedo (ya sea el espectro de un cambio climático catastrófico, brotes virales inventados o la sombra inminente del Armagedón nuclear), ¿deberíamos realmente sorprendernos de que las “pandemias de salud mental” sean la norma y no la excepción?

Cuando el miedo no basta, la sociedad recurre al siguiente paso lógico: la solución de la industria farmacéutica. El médico, un mero engranaje de esta máquina, receta “pastillas biofarmacéuticas” con ingredientes tan misteriosos como los supuestos beneficios que prometen.

¿Y si estos consuelos químicos no logran calmar tu miedo existencial? Pues entonces te llevan a los brazos reconfortantes de los servicios de salud mental, donde los profesionales, armados con dudosos manuales de diagnóstico, te etiquetan, medicando tu esencia misma. Esto no es un tratamiento médico; es una cadena de montaje para convertir a los humanos en seres sedados que caminan, perfectamente adaptados a la realidad distópica creada por quienes se benefician de nuestro pánico.

Ahora, hablemos de las mentes jóvenes, el futuro de nuestra especie. Nuestros niños, que alguna vez brillaron con la curiosidad y la energía naturales de la juventud, ahora están siendo sometidos químicamente bajo el pretexto de controlar “problemas de conducta” o depresión.

Es una ironía terrible que en un mundo en el que clamamos por la individualidad, estemos adoctrinando a nuestros hijos para que no sean más que nodos silenciosos y obedientes en una red de control. Se les alimenta con propaganda bajo el estandarte de la educación: que el CO2, el aliento mismo de la vida, es nuestra perdición; que la ciencia y la historia son verdades diseñadas a medida para adaptarse a una agenda; que la vacunación constante es el único escudo contra la próxima pandemia fantástica, filtrada en un laboratorio o fabricada por los medios. Esto no es educación; es adoctrinamiento. No es solo desinformación; es un ataque a la inocencia y la verdad de la infancia, disfrazado de cuidado.

El término “Psique” del que deriva el nombre de la psicología, apunta etimológicamente al estudio del alma, una exploración supuestamente orientada a comprender las capas más profundas de la existencia humana.

Sin embargo, lo que encontramos en la práctica actual de la psicología y la psiquiatría es una marcada desviación de esta noble búsqueda. En lugar de profundizar en la profunda sabiduría de las escrituras antiguas que detallaban la ciencia del alma con reverencia y profundidad, nos encontramos en una industria que se parece más a un mercado donde las almas no se curan sino que se las conduce a la dependencia farmacéutica.

Los psiquiatras, al igual que sus colegas médicos, recetan medicamentos basándose únicamente en los síntomas, una práctica que contradice la ciencia empírica. No se trata de un tratamiento, sino de conjeturas disfrazadas de autoridad médica.

A la comunidad psiquiátrica le gusta encubrirse con el manto de la ciencia, pero sus diagnósticos tienen más que ver con la interpretación del comportamiento que con cualquier realidad bioquímica. Estos supuestos "expertos" manejan sus diagnósticos como si fueran un mazo, sentenciando a las personas a una vida de estigma y medicación sin el respaldo de evidencia sólida y reproducible. Esta práctica no suena a ciencia; huele a control, manipulación y mercantilización de la angustia humana para beneficio de las corporaciones.

Además, la industria farmacéutica, con sus bolsillos llenos y sus intereses creados, se ha apropiado de lo que debería ser un enfoque holístico de la salud mental, convirtiéndolo en una cadena de montaje para la distribución de medicamentos. Los efectos secundarios de estos medicamentos, que a menudo se pasan por alto en aras de obtener beneficios, a veces pueden ser tan perjudiciales como los síntomas que se supone que deben aliviar. Esto no es atención sanitaria, es una apuesta con vidas humanas, donde los dados están cargados a favor de las grandes farmacéuticas.

Cuando la psiquiatría entra en juego, no sólo está en juego tu cordura, sino también tu propia estructura familiar. Imagínate un sistema en el que una sola opinión psiquiátrica puede despojarte de tus derechos parentales porque, a los ojos de una industria con ánimo de lucro, tu hijo ha sido "considerado" un enfermo mental. No se trata de una distopía orwelliana, sino de la realidad en lugares como Irlanda, donde el Estado puede anular los derechos parentales basándose en el juicio subjetivo de un profesional cuyo conjunto de herramientas incluye más opciones farmacéuticas que precisión diagnóstica.

El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV), la supuesta "biblia" de la psiquiatría, es menos un documento científico que un manifiesto político, aprobado no por evidencia empírica sino por consenso de un comité. El propio Allen Frances, que en su día dirigió el DSM-IV, admite la falta de pruebas objetivas y denuncia la vaguedad fundamental del sistema.

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miércoles, octubre 16, 2024

Desmantelando y Exponiendo el Último Refugio de los Perdedores de la Sociedad

El ocaso del intelectualismo occidental, donde el otrora luminoso camino de la razón se ve ahora ensombrecido por las siluetas de la locura emocional. La mayor parte del gran experimento en cultura y pensamiento parece haber sucumbido a un carnaval grotesco donde lo juvenil y lo mercenario bailan en un abrazo grotesco.

Lo que hoy se considera cultura es triste; no es cultura sino un desfile de egos, un mercado donde se vende el alma a cambio de la siguiente distracción fugaz. Nuestro descenso a este vacío intelectual no sólo fue previsto, sino que fue anunciado a los cuatro vientos por personas como Lapham, Berman y Kaplan, que vieron, horrorizados, cómo la democracia no sólo vacilaba, sino que se hundía en el descrédito de sus propias contradicciones

Las visiones proféticas de la ciencia ficción, desde las sociedades de quema de libros de Fahrenheit 451 hasta el monacato postapocalíptico de Un cántico para Leibowitz , no eran sólo cuentos para poner los pelos de punta, sino advertencias, ahora manifiestas. Nos mostraban un mundo donde el populacho, drogado con trivialidades, marcha al son de una oligarquía que se dedica a la distracción y la división.

El aumento de los problemas de salud mental, en particular entre los jóvenes, no es casualidad. Cuando la sociedad difunde la idea de que la identidad o el valor de una persona dependen de interpretaciones subjetivas y en constante cambio de la opresión o el privilegio, no solo genera confusión, sino también una crisis existencial. El aumento de las tasas de suicidio y los casos de disforia de género en la población más joven pueden considerarse síntomas de un malestar más profundo: una sociedad que ha perdido su fundamento en cualquier verdad objetiva o marco moral compartido.

Este movimiento afirma luchar por la justicia, pero en cambio erosiona los cimientos mismos sobre los que se asienta la verdadera justicia: las normas éticas universales y la noción de una humanidad común. Al priorizar las “experiencias vividas” subjetivas por sobre el análisis objetivo, estas ideologías empujan a los individuos a cámaras de resonancia de sus propios sentimientos, donde cada malestar personal se convierte en opresión sistémica.

El fenómeno en el que un padre pide el consentimiento de su bebé para realizarle cuidados básicos, por absurdo que parezca, no es más que un microcosmos de un panorama más amplio y ridículo en el que se sacrifica la racionalidad en el altar de la hipersensibilidad. Aquí vemos cómo la educación se reduce a cámaras de resonancia en las que solo resuenan relatos aprobados. Los profesores, antaño reverenciados, ahora están a merced de la multitud, y su libertad académica se negocia a cambio de la aprobación fugaz de aquellos a quienes se supone que deben educar.

El ataque a la meritocracia con el pretexto de nivelar el campo de juego es particularmente paradójico. Si bien afirman luchar por la igualdad, estos movimientos a menudo abogan por la igualdad de resultados en lugar de la igualdad de oportunidades, una postura que contradice inherentemente los principios del mérito y el esfuerzo individual. Esta exigencia de resultados uniformes independientemente de los aportes o la capacidad no solo desmotiva, sino que también devalúa los logros genuinos.

La comparación con Roma no es sólo poética, sino también una advertencia. Al igual que Roma, donde la decadencia no sólo estuvo marcada por presiones externas sino por una decadencia interna, nuestra sociedad enfrenta un riesgo similar de colapso desde dentro. El virus mental de nuestra época no es la superstición en el sentido clásico, sino una adhesión dogmática a narrativas que rechazan la complejidad en favor de la simplicidad, los hechos en favor de los sentimientos.

El concepto de desindividuación de Leon Festinger explica gran parte de lo que vemos: individuos que se pierden en el fervor colectivo, donde la identidad personal queda sumergida bajo la identidad grupal, lo que conduce a conductas que, de manera aislada, se considerarían irracionales o dañinas. Esta pérdida de identidad en la multitud no solo erosiona la responsabilidad personal, sino también la noción misma de derechos y libertades individuales, que son fundamentales para cualquier sociedad democrática.

Esta adopción generalizada de la desindividuación por parte de los sectores público y privado no sólo fomenta un entorno propicio para el comportamiento antisocial, sino que alienta activamente el desapego de la responsabilidad personal y el pensamiento crítico. Este cambio social hacia la aceptación de la identidad colectiva por encima de la racionalidad individual ha llevado a casos en los que el absurdo se ha normalizado, como la afirmación de que los hombres biológicos pueden quedarse embarazados, lo que demuestra hasta qué punto ha llegado el desapego de la realidad empírica.
Por ejemplo, la “crisis” de la COVID-19 no solo actuó como una emergencia sanitaria, sino como un catalizador de la entropía social, exacerbando las fracturas existentes en la sociedad. El miedo y la incertidumbre propagados por la incesante cobertura mediática, junto con los errores gubernamentales, no solo pusieron a prueba la salud pública, sino que atacaron el tejido mismo de la cohesión social.

El caos resultante de estos acontecimientos no ha sido aleatorio, sino que ha estado dirigido por las corrientes subyacentes de desindividuación. A medida que los individuos se fusionan en turbas, tanto físicas como digitales, reflejan los aspectos más oscuros y no abordados de nuestra psique social. Estas turbas, que exigen conformidad en pensamiento y acción, reflejan el caos sembrado por quienes están en el poder, quienes, ya sea por incompetencia o por diseño, perpetúan sistemas que desestabilizan las normas sociales.

El “humanismo exclusivista” de Charles Taylor capta perfectamente esta paradoja, en la que se utiliza el argumento del universalismo para excluir cualquier cosmovisión que no se ajuste a sus estrechas definiciones. No se trata de una ampliación de la comprensión o de los derechos humanos, sino de una limitación del pensamiento aceptable, que conduce a un panorama cultural en el que sólo se considera válido lo secular, lo material y lo políticamente conveniente.

Esta esquizofrenia cultural deja a los individuos y a la sociedad lidiando con una crisis de identidad, divididos entre el atractivo materialista de la vida moderna y un profundo vacío espiritual sin resolver. El resultado es una población que está conectada técnicamente, pero emocional y moralmente a la deriva, buscando significado en causas que a menudo conducen a una mayor división en lugar de unidad.

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domingo, octubre 06, 2024

Poderosos Algoritmos

Parece que la tecnología nos ha homogeneizado hasta el punto de que las personalidades únicas son cada vez más escasas. Ahora todo parece uniforme. Imagina ver el tráiler de una película que te parece ridícula, pero luego revisas los comentarios y todo el mundo está entusiasmado con ella. Es bastante desalentador, ¿no? Sobre todo porque la mayoría no está allí para conversar, sino que busca la emoción instantánea de sumarse al coro de entusiasmo o desdén.

Las empresas se han dado cuenta y ahora son expertas en personalizar las experiencias, mostrándonos solo lo que queremos ver. Tomemos TikTok, por ejemplo, que puede mostrarte secciones de comentarios completamente diferentes en función de si es probable que estés de acuerdo o no con el contenido. Si pasas suficiente tiempo allí, te sentirás envuelto en una burbuja de tus propias preferencias y nunca te encontrarás con nada desconocido.

Esto significa que, independientemente de si te gustan los memes, la moda o cualquier otro interés específico, te encontrarás flotando en los mismos espacios digitales cómodos. ¿Y si alguna vez te desvías del camino? La aplicación está lista para empujarte de regreso a donde "perteneces" o, peor aún, a un grupo que solo está ahí para burlarse del territorio desconocido.

Con algoritmos tan sofisticados, no hay necesidad de enfrentar nunca contenido que cuestione tus puntos de vista. Si eliminas esta experiencia seleccionada, es probable que muchos abandonen estas plataformas. La validación es el punto. Esta realidad seleccionada no cambiará a menos que lo haga el motivo de lucro.

Hoy en día, parece que la identidad personal se construye a partir de palabras de moda en materia de salud mental, memes virales o lealtad a las marcas.

Esto no es casual. Existe una tendencia a convertirnos en un ejército de consumidores predecibles, demasiado similares y pasivos como para cuestionar o cambiar el sistema. Sinceramente, romper con este ciclo de uniformidad parece urgente, pero casi imposible.Esto no es casual. Existe una tendencia a convertirnos en un ejército de consumidores predecibles, demasiado similares y pasivos como para cuestionar o cambiar el sistema. Sinceramente, romper con este ciclo de uniformidad parece urgente, pero casi imposible.

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